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Está
escrito en el libro de los Salmos: "Te bendecirá Hashem
desde Tzión y verás el bien de Yerushalaim todos los días
de tu vida".
¿Qué significa específicamente este versículo?
Si bien
podemos comprenderlo en su sentido literal, entendiendo que la bendición
de Hashem es que podamos ver el bien de Yerushalaim todos los días de
nuestra vida, podemos comprenderlo también de una manera diferente, entendiendo
que en mérito a que habremos de ser bendecidos desde Tzión, adquiriremos
la capacidad para poder ver el bien de Yerushalaim todos los días de
nuestra vida...
Y como según
la Kabalá Tzión representa el punto íntimo del alma de
la persona, cuando la persona es iluminada en dicho punto íntimo, absolutamente
toda su vida es iluminada a partir de allí, viendo siempre el bien de
Yerushalaim, a través de lo cual desarrollaremos la capacidad para ver
también el bien del mundo entero.
Y la verdad
es, que cuando elegimos mirar bien, elegimos juzgar bien y elegimos hablar bien,
con ello ya comenzamos a iluminar la realidad haciendo que se transforme y sea
buena...
Y está
escrito que en los día mesiánicos Yerushalaim se expandirá
hasta Damasco y la tierra de Israel se expandirá hacia el mundo entero
... y toda la luz y toda la santidad llegarán a todos y cada uno de los
rincones de la tierra y hacia todos y cada uno de los puntos más recónditos
del corazón de la persona...
Y al entrenarnos
en tratar de iluminar la parte más íntima e interna de nuestra
alma, con ello ya contribuimos a acercar los días del Mashiaj, haciendo
que todo se vea de una manera más feliz y mejor...
Dijo Rabi
Arie Leib de Gur: Mediante el esfuerzo, se puede encontrar la verdad
que existe en cada cosa.
¿Y por qué debe cada cosa necesariamente estar contenida por la
verdad?
Por -al menos- dos motivos.
En primer lugar porque está escrito que "el sello de
Hashem es la verdad", y como todo proviene directa o indirectamente
de Hashem, indefectíblemente que un aspecto de la verdad debe de estar
incluido en cada cosa.
En segundo lugar, está escrito que "la mentira no tiene
pies", motivo por el cual, todo debe de tener algún
punto de verdad sobre el cual -al menos parcialmente- poder apoyarse...
¿Y por qué es importante esforzarnos por encontrar el punto de
verdad que hay en cada cosa?
Porque a través de ello, con la ayuda de Hashem podremos llegar a tener
el mérito de transformar a todo lo que no es verdad también en
verdadero.
¿Cómo? Tomando el punto de verdad, que es sin duda el punto bueno
y positivo que existe en cada cosa, potenciándolo y expandiéndolo,
hasta que el mal y la mentira se debiliten y finalmente se vayan...
Por último, para poder hacer esto en forma efectiva, es imprescindible
conectarnos con la Torá que es llamada "Torat Emet", es decir
una enseñanza de la verdad ... pues no sólo que la Torá
es verdadera porque proviene de Hashem, sino que la Torá es verdadera
porque nos induce a buscar la verdad y lo bueno que existe en cada cosa; para
así transformar al mundo entero en un lugar donde "de verdad"
valga la pena vivir -valga la redundancia- (y valga la redundancia también
sobre el segundo "valga la redundancia"...)
Dijo un
sabio: El hallar gracia a los ojos de los demás, no depende sino
de la humildad.
¿Y por qué esto es así?
Porque es el orgullo la cualidad que genera barreras y separa a las personas
de los demás seres humanos, siendo la humildad aquello que elimina dichas
barreras, para poder relacionarnos mejor unos con otros.
Y cuanto más humilde es la persona, mayor es su capacidad para ver lo
bueno que hay en sus semejantes (a diferencia del orgulloso, que está
tan concentrado en sí mismo que le es sumamente difícil ver lo
bueno, más allá de sí).
Y como está escrito que "así como el rostro se
refleja en el agua, así el corazón de la persona en el de sus
semejantes", de momento que la persona es humilde y vé
lo bueno que hay en los demás, eso potencia también en ellos su
capacidad de poder ver el bien, hallando -también nosotros- gracia a
sus ojos ...
Por último está escrito que "no hay humilde como
nuestro D-s".
Por consiguiente, cuando potenciamos nuestra humildad, con ello potenciamos
también la imágen y semejanza divina que se encuentra dentro nosotros,
irradiando luz hacia los demás y atrayendo su luz también hacia
nosotros ...
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