Reconocer nuestra vulnerabilidad!
¿Por qué?
Porque la persona que no reconoce su vulnerabilidad, puede llegar a pensar que es capaz de resolver y hacer todo sola!
Y si bien la persona debe siempre de hacer su parte, debe de estar plenamente consciente que para todo necesita de la ayuda y de la anuencia del Creador!
Y cuando la persona se la cree que es ella, y que no necesita de la ayuda de nadie para lograr sus objetivos, pues le basta con su habilidad e inteligencia, es probable que Hashem le mueva el piso para demostrarle su vulnerabilidad.
Y todo lo que pasa hoy en día con la pandemia, es para mostrar a la humanidad que un virus invisible puede poner al mundo entero en "jaque" y que también el descubrimiento de vacunas, puede verse afectado por mutaciones que nadie tiene el poder de poder controlar!
Y toda esta gran evidencia de la vulnerabilidad humana, no viene sino a despertar al mundo para que tome conciencia de la gran necesidad de la intervención de la Providencia Divina, la cual se revelaraá prontamente en los días del Mashíaj, con el comienzo y la continuación de nuestra tan ansiada y añorada Redención Final.
La vida no es todo o nada!
El impulso negativo del hombre al cual nuestras fuentes llaman comunmente "el yétzer harrá", busca todo el tiempo tirarnos abajo para que nos alejemos de la alegría, del bien, de la felicidad y de Hashem nuestro Creador!
¿Cómo lo hace?
Metiéndonos toda clase de falsas ideas en la cabeza, como ser que si algo no es completo o total entonces no sirve, haciendo que nos hundamos en la tristeza y en la desesperación, cuando vemos que las cosas nos quedan por la mitad.
Y si bien, obviamente a priori debemos de aspirar a completar las cosas, muchas cosas, también pareciales sirven y son buenas!
Quería bajar 10 kilos pero sólo logre bajar 5 kilos, sirve!
Queriá correr una hora pero solo corrí media hora, sirve!
Quería estudiar un tiempo fijo de Torá todos los días, pero solo logre hacerlo la mitad, sirve!
Y en este sentido, la canción Daieinu (nos basta) que cantamos en Pesaj, contiene justamente este importantísimo mensaje: que si queremos liberarnos de la tristeza, y de la falta de fe y de optimismo, mirando positivamente la vida, debemos de aprender a estar contento también si no todo es óptimo, aspirando a más y a lo completo, pero estando contento también con cada una de las partes ...
También lo relativo es relativo!
Existen personas que se evaden de hacer cosas, de definir sus posiciones o de tomar compromisos, bajo el cómodo y supuestamente lógico y válido argumento que todo es relativo!
Sin embargo, si todo es relativo, también lo relativo es relativo!
Por consiguiente, como también lo relativo es relativo, no podemos seguir utilizando este argumento como pretexto para nuestra evasión!
Y sin lugar a dudas, más vale tomar una postura, un compromiso o hacer algo que eventualmente nos pueda llevar a equivocarnos, a vivir una vida en la cual ocultemos a nuestra cobardía y a nuestra falta de coraje, bajo el cómodo pretexto de la relatividad (de la cual tarde o temprano seguramente que nos vamos a arrepentir ...).
Y si bien obviamente hay que tomar decisiones con inteligen-cia y con sentido común, debemos de revisar que nuestros móviles internos sean correctos y genuinos; y no evasivos argumentos inteligente-mente elaborados!
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