Hace un tiempo llegó
a mis manos el siguiente cuento y quería compartirlo con ustedes:
Hubo una vez un perrito llamado
Obdulio que paseaba por el bosque y entró en una casa abandonada. Subió
las viejas escaleras de madera y se encontró con una puerta entreabierta. Lentamente,
ingreso al cuarto… y para su sorpresa, vió que en ese cuarto habían
otros 1000 perritos observándolo tan fijamente como él los
observaba a ellos.
Obdulio comenzó a mover
la cola y a levantar sus orejas poco a poco y los 1000 perritos hicieron
lo mismo.
Luego, Obdulio le ladró
alegremente a uno de ellos y se sorprendió al ver que los 1000
perritos también ladraban alegremente con él.
Y cuando Obdulio salió
del cuarto, pensó para si mismo:
QUÉ
LUGAR TAN AGRADABLE!!
VOY
A VENIR MÁS SEGUIDO A VISITARLO.
Un tiempo después, Bladimir,
otro perrito callejero, llegó a la misma casa y entró al mismo
cuarto. Pero a diferencia de Obdulio, al ver a los otros 1000 perritos
del cuarto se sintió amenazado ya que lo observaban de una manera
agresiva. Luego comenzó a gruñir, y los 1000 perritos
le gruñeron a él también. Comenzó a ladrarles
ferozmente, y los otros 1000 perritos le ladraron también a él.
Al salir de la casa Bladimir
pensó:
QUÉ
LUGAR TAN HORRIBLE ES ESTE!!
NUNCA
MÁS VOY A VOLVER A ENTRAR ALLÍ.
En el frente de aquella casa
abandonada, se encontraba un viejo cartel que decía:
"LA
CASA DE LOS 1000 ESPEJOS"
* * *
Todos los rostros del mundo
son espejos… Decide cuál llevarás por dentro y
ese será el que mostrarás externamente y los demás verán. El
reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás. Las
cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se
sienten con el corazón.
Es por eso que debemos proyectar
lo mejor de nuestro interior, mediante nuestras acciones y nuestra actitud
frente a la vida, para así poder disfrutar el reflejo de esa proyección!!
Shabat Shalom! |