Preparándose para el mes de Elul, el ultimo mes del año Un año se aleja de nosotros, un año de vida, un año de sucesos en la vida comunitaria y también en la vida personal de cada uno de nosotros; por que ésta es influenciada y está

 

Preparándose para el mes de Elul, el ultimo mes del año

Un año se aleja de nosotros, un año de vida, un año de sucesos en la vida comunitaria y también en la vida personal de cada uno de nosotros; por que ésta es influenciada y está estrechamente vinculada con aquella, y los ruidos y tormentas de la vida comunitaria se reflejan en nuestra vida diaria.

Un año en que hemos visto penurias, un año en que hemos visto desgracias, un año en que hemos visto que el ser humano mira el tiempo pasar y pocas veces reflexiona sobre el porqué de las cosas; un año de alegrías, un año de bendiciones en lo familiar y lo personal, un año de satisfacciones. Miramos para atrás y nos damos cuenta todo esto quedo en el pasado. ¿Qué aprendimos, qué lecciones podemos sacar?

Por eso cuando llegan los días previos a Rosh HaShaná y debemos hacer un balance del año que pasó, estamos obligados a considerar todo lo que nos rodea para de esa forma saber cual es nuestra situación. Si a nuestro alrededor hubo tanto embrollo, desconocimiento y tergiversación de ideas, sin duda la vida personal también se verá igual ya que ella se nutre de las oportunidades y estímulos que nos rodean. Sin embargo, si nos paramos a reflexionar a tiempo, muchos de estos estímulos externos se pueden parar y no nos tienen que influenciar.
Pero, ¿es acaso antes de Rosh HaShaná el momento adecuado para pensar, es correcto que la vida sea arrastrada por las salvajes oportunidades que saltan ante nuestra vista?

¿Cuántas horas valiosas del año se perdieron irremisiblemente debido al rápido transcurrir de los acontecimientos y a la curiosidad despertada por las ?novedades?, cuántas horas de estudio y crecimiento personal perdimos al dejarnos llevar por las vanidades del mundo?

Ahora, cuando miramos retrospectivamente, por lo menos vemos la intrascendencia de haber puesto todo, el alma y nuestra vida en cosas que no tienen importancia y muchas veces nos hicieron daño tanto físico como espiritual.

Es una lastima que durante el año no nos damos el tiempo para pensar sobre esto y corremos a la par de todos, pero al acercarse Rosh HaShaná cuando la persona es ?arrastrada? a la sinagoga y se le dice: ?hoy es el día del juicio, tu pasado y tu futuro están ante el Tribunal Celestial, toda tu vida esta en juego?, ahora al comenzar el mes de Elul, el ultimo mes del año es hora de despertar y cambiar de rumbo, mejorar nuestras acciones y ver a nuestro alrededor para saber como ayudar a nuestros hermanos.

Cuando nos damos cuenta que pasa con nosotros y tomamos conciencia del juicio, dejamos todas las idolatrías de los diarios, las películas, las noticias y pedimos por la misericordia de nuestro Padre Celestial.
Entonces, se sacude la atmósfera callejera y se empieza a observar cual es el deber de la persona en el mundo, cual es el sentido de la creación, con que fin estamos acá y que debemos preparar para el camino que alguna vez nos tocará emprender.

El que tenga suficiente inteligencia y un estremecimiento le recorra por todo el cuerpo, y logre usar esta señal como guía para el nuevo año que comienza será una persona feliz.

Nuestros sabios nos enseñaron que la palabra ELUL son las iniciales de las palabras de este versículo. ?Ani Le Dodi veDodi Li? (cantar de los cantares 6-3) Yo soy para mi querido y mi querido es para mi. Tenemos que mirar a nuestro alrededor, tenemos que ver que pasa con nuestros seres queridos, que pasa con nuestra comunidad, que pasa con nuestros amigos, este es el primer paso; pedirles perdón si hicimos algo en contra de ellos y construir nexos mas fuertes con lo nuestro.

Tenemos un mes de preparación para el juicio, tenemos tiempo para preparar la defensa y asegurarnos que mejoramos nuestras faltas. Hagamos el balance anual y tratemos de tener ganancias del año que paso.

Que el balance del año anterior nos produzca ese estremecimiento, y del mismo obtengamos la decisión de mejorar en todos los aspectos de nuestra vida.

 

Adaptado de un artículo de la revista Oasis