Rav Yehuda Levi
Haftara Semanal

Haftarat Shabat Hagadol

La Haftará del Shabat que antecede a Pesaj, Shabat Hagadol está tomada del Profeta Malají (Malaquías) 3:4 - 24 El Shabat anterior a Pésaj es llamado Shabat Hagadol (el gran shabat) en recuerdo del gran milagro ocurrido el Shabat anterior a la salida de los hijos
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La Haftará del Shabat que antecede a Pesaj, Shabat Hagadol está tomada del Profeta Malají (Malaquías) 3:4 - 24

El Shabat anterior a Pésaj es llamado Shabat Hagadol (el gran shabat) en recuerdo del gran milagro ocurrido el Shabat anterior a la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

En el año que salieron los judíos de Egipto, D'os les había ordenado que cada uno tome el sábado anterior - 10 de Nisán - un cordero para su sacrificio de Pésaj.  Los judíos ataron ese cordero a las patas de sus camas y los egipcios - al ver lo que los judíos hacían con su dios - les preguntaron: "¿por qué es que están haciendo esto?".  Los hijos de Israel les contestaron: "Pues lo vamos a matar para cumplir con la orden de D'os de matarlo como sacrificio de Pésaj y comerlo".  En aquel momento los dientes de los egipcios temblaron por cuanto que los judíos matarían a su dios, mas ellos no tenían permiso para decirles a los judíos nada. 

"Pues Yo soy D'os, no he cambiado, y ustedes - los hijos de Iaacov - no fueron destruidos" (3:6).

Para explicar este versículo, el "maguid" de Duvna (Rabí Iaacov Krantz, 1741 - 1804), nos recuerda las palabras de Nuestros Sabios del Talmud:

"Dijo Rabí Iehoshúa Ben Leví: ¿Por qué se los llamaba [a los 120 Sabios de los comienzos de la época del segundo Templo de Jerusalem] los 'anshé Kenéset Haguedolá' (hombres de la Gran Asamblea)?  Pues retornaron la corona a su lugar.  Ya que vino Moshé y dijo: "El D'os Grande, Poderoso y Terrible" (Devarim 10), vino Irmiahu y pensó: 'Gentiles destruyen Su Templo, ¿dónde están sus acciones terribles?', y no dijo: 'Terrible' (en Irmiahu 32).  Vino Daniel y dijo: 'Gentiles esclavizan a Sus hijos, ¿dónde están sus poderes?' y no dijo: 'Poderoso' (en Daniel 9).  Vinieron ellos [los hombres de la Gran Asamblea] y dijeron: 'Todo lo contrario, ese es Su poder, que se contiene y les deja hacer a los malvados lo que desean, y esas son Sus acciones terribles pues ¿cómo puede ser que un pueblo perdure entre los pueblos?'" (Iomá 69b).

Dice el maguid de Duvna que esto se asemeja a un hombre que mandó a su hijo a otra ciudad para que estudie allí en la escuela, y arregló monetariamente con uno de los hombres de aquella ciudad para que éste mantenga a su hijo y le dé de comer en su casa durante aquel tiempo.  Ocurrió que el niño, estando ya en aquella ciudad, se enfermó, y no podía tolerar casi ninguna comida.  Finalmente cuando viajó su padre a aquella ciudad para traerlo de vuelta a su casa, aquel hombre le exigió al padre del niño que le pague lo que habían acordado.   Le dijo el padre al hombre: "¿Cómo te has atrevido a pedirme el dinero que habíamos acordado, cuando mi hijo se ha enfermado, y tú sabes que él comía muy muy poco?".  Le contestó el hombre al padre: "Necio!  Tú tienes que saber que el enfermo requiere el doble de gastos que las personas sanas a causa de los tratamientos y de las costosas medicinas que debe tomar varias veces al día y también por sus comidas, que deben ser especiales, puesto que no todo alimento él puede tolerar". 

Esta parábola ejemplifica bien lo que se nos quiere enseñar.  Cuando nosotros estuvimos en nuestra tierra, nuestro cuerpo y nuestra alma eran sanos y fuertes.  D'os hacía con nosotros grandes e imponentes bondades a ojos de todos los pueblos, y todos los pueblos de la tierra veían las obras de D'os, que eran maravillosas.  Pero esto no siguió siendo así cuando el pueblo judío fue exiliado a una tierra extraña.  A partir de aquel momento dejaron de ocurrir aquellos milagros, y a ojos de los hombres pareciera ser como si D'os hubiera retirado Su providencia de sobre nosotros.  Y es por esta razón que los profetas Irmiahu y Daniel se negaron a decir refiriéndose a D'os: "el Poderoso" o "el Terrible",  pues ellos quisieron tranquilizar el corazón de las personas para que no tengan pensamientos malos respecto de D'os al ver ellos que aparentemente la realidad demostraba que Él no era ni Poderoso ni Terrible.

Y es por eso que vinieron los Hombres de la Gran Asamblea a abrirnos los ojos y a hacernos entender que también en esta época en la cual estamos fuera de nuestra tierra, los poderes de D'os y sus imponentes obras son muchas y numerosas, tal como eran antes.  Pues el hecho de que como pueblo estemos vivos y sigamos existiendo es un milagro y una maravilla, pues desde aquel momento en el que fue exiliado el reino de Iehudá de su tierra, nuestro pueblo fue dispersado por todo el mundo, y quedó bajo el poder de distintos pueblos que fueron crueles con el pueblo de Israel de una manera fuera de lo común.  Ellos derramaron nuestra sangre como el agua, y desearon destruirnos y borrarnos de la faz de la tierra para que no sea recordado más el nombre de Israel.

Y a eso se refirieron los hombres de la Gran Asamblea al decir: "Todo lo contrario, ese es Su poder, que se contiene y les deja hacer a los malvados lo que desean, y esas son Sus acciones terribles, pues ¿cómo puede ser que un pueblo perdure entre los pueblos?'".

Y a todo esto se refirió el profeta Malají al decir en nombre de D'os:: "Pues Yo soy D'os, no he cambiado" y así como siempre hice milagros así también Yo los hago ahora, y la prueba de ello es que "ustedes - los hijos de Iaacov - no fueron destruidos", y esto es realmente sobrenatural, pues todas las persecuciones y las matanzas no causaron vuestra destrucción como pueblo.  Es por eso que al observar todos estos milagros y maravillas, ustedes deberían comprender que Yo no cambié en Mi comportamiento hacia ustedes, e incluso hoy Mi benevolencia está con ustedes acompañándolos constantemente.



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