Rav Baruj Mbazbaz
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Parashat Ki Tavo-6

Degustando el Judaísmo El Jafetz Jaim cita el siguiente ejemplo: Un turista llegó a un hotel para hospedarse. Dejó sus dos maletas en la entrada y el recepcionista le indicó al maletero que lleve las maletas a la habitación. El turista, al recibir sus male
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Degustando el Judaísmo

El Jafetz Jaim cita el siguiente ejemplo:

Un turista llegó a un hotel para hospedarse. Dejó sus dos maletas en la entrada y el recepcionista le indicó al maletero que lleve las maletas a la habitación.

El turista, al recibir sus maletas, sacó un dólar para darle al maletero. Éste, al ver que la propina no estaba acorde con su esfuerzo, le dijo: "Disculpe caballero, pero el esfuerzo de cargar dos maletas tan pesadas, merece una mejor propina".

El turista le respondió: "mis maletas no pesan, son muy livianas. Si a usted le pesaron, quiere decir que se confundió y estas no son mis maletas".

Lo mismo nos dice D'os a nosotros.
Hay quienes piensan que las mitzvot pesan demasiado como para cumplirlas, y por eso el solo intentar cumplirlas, los cohibe. Pero a las personas que adoptan esta actitud D'os les responde: "Si las mitzvot te pesan, quiere decir que no estás cumpliendo Mis mitzvot como Yo las ordené, porque Mis mitzvot y Mi Torá no aburren ni pesan. Al contrario, ellas alegran a la persona en cada momento. Si tú no sientes eso, es porque no adoptas una postura adecuada ante su cumplimiento".

David Hamelej dijo en Tehilim (Salmos 19): "Los preceptos de D'os son rectos y alegran el corazón", y este versículo refleja lo que acabamos de explicar. Sin embargo, aún cabe la pregunta: ¿Por qué David tuvo la necesidad de aclarar que las mitzvot son rectas? ¿Acaso D'os haría algo desviado?

Aquí también vemos que la intención de David Hamelej es enseñarnos que si uno cumple las mitzvot según su parecer y no como lo pide la Torá, él mismo estará causando la sensación de que ellas son aburridas y tristes. Pero la persona que cumple las mitzvot exactamente como D'os las ordenó, sin agregar o disminuir de lo que está escrito, sentirá satisfacción y alegría en su corazón.

Ahora podremos entender también otra cosa que dijo el rey David en Tehilim: "Prueben y vean, lo bueno que es D'os". Esto significa que hay que probar las mitzvot para darnos cuenta de lo bueno que es D'os por habernos entregado la Torá y sus preceptos.

Nuestros Sabios preguntan: Aparentemente el orden de este versículo no es correcto, ya que para probar, primero hay que mirar, pero el versículo dice primero "prueben" y luego "vean".

La respuesta es que el rey David tuvo la intención de enseñarnos una clave básica en nuestras vidas, y es que la única manera de poder ver correctamente la vida según la Torá es probando primero. Esto quiere decir que viendo el judaísmo desde el lado de enfrente no obtendremos la sensación correcta, ya que lo que podremos ver será, en el mejor de los casos, sólo una aproximación al judaísmo, y en el peor una deformación del mismo.

El judaísmo no es una teoría que sólo debe ser estudiada. Para poder vivir la Torá y las mitzvot hay que hacer y sentir, y sólo de esta forma podremos recibir sin prejuicios el verdadero mensaje que está contenido en ella.

En muchas ocasiones, vimos casos de personas que nunca se habían acercado a preguntar el sentido y los motivos de las mitzvot, pero tenían bien en claro su postura con respecto a su cumplimiento: "Es muy interesante pero no es para mí".

Pero si analizamos los hechos lógicamente llegaremos a la conclusión de que es absurdo pensar que D'os nos entregó en la Torá un estilo de vida aburrido, antiguo y triste, pues así como un padre busca lo mejor para sus hijos, y se esfuerza constantemente en apoyarlos para que prosperen, así también ocurre con D'os, que desde que nos creó busca nuestro bien, y Su apoyo para que prosperemos es constante.

Lo aparentemente triste está lleno de alegría y lo que parece antiguo es moderno y efectivo. Sólo debemos seguir el mensaje de David Hamelej: "Prueben y vean".

Esta es una de las bases fundamentales para poder retornar a nuestras fuentes, y de esta manera poder cumplir fielmente la función que D'os nos pide que realicemos, con alegría y predisposición.



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