Rav Yosef Bitton
Tora y Halajá

Parashat Koraj

La semana pasada leímos que a partir del episodio de los espías los judíos adultos que salieron de Egipto, no entrarían a la tierra de Israel. Sus hijos y sus nietos, sin embargo, entrarían a la Tierra Prometida al cabo de 40 años. Y mientras los eco
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La semana pasada leímos que a partir del episodio de los espías los judíos adultos que salieron de Egipto, no entrarían a la tierra de Israel. Sus hijos y sus nietos, sin embargo, entrarían a la Tierra Prometida al cabo de 40 años.

Y mientras los ecos de esta terrible situación todavía se escuchaban en el aire, tuvo lugar una rebelión en el pueblo de Israel.  El tema de discusión no era si seguimos adelante para Israel o si nos volvemos a Egipto o si nos transformamos en nómadas y nos instalamos en el desierto como los beduinos.

En esta ocasión hay un ataque personal, dirigido específicamente contra Moshé Rabbenu.  

Kóraj, un primo de Moshé, desafía su autoridad y cuestiona su credibilidad.  

“¿Por qué Moshe tiene que ser el líder exclusivo? ¿Por qué Moshé se auto proclamó como el jefe de un pueblo en el que todos son o pueden ser líderes? ¿Acaso Moshé es más santo que todos los demás? “

Este argumento suena muy noble. Kóraj parece abogar por los derechos del pueblo: ¡somos todos iguales! , parece decir. Su discurso merecería el primer premio a la defensa de la democracia. Pero como lo explican los sabios, Kóraj estaba desafiando a Moshé por un interés personal. Kóraj pretendía el cargo de Moshé. Y no dudó en atacarlo cuando Moshé todavía estaba muy vulnerable por lo que había ocurrido con el episodio de los espías.

El caso de Kóraj es lo que los sabios llaman una confrontación o disputa destructiva (?????? ??? ??? ????), que es cuando lo que está en juego son los intereses propios, no de la comunidad o del pueblo. ¿Cómo identificar una confrontación de este tipo? Cuando el objeto de la confrontación no es es el tema de la confrontación sino el sujeto que la lleva a cabo.

Y lo que más se destaca en esta confrontación es que como muchos politicos, Kóraj ocultó su interés personal, y lo disfrazo de interés del pueblo. Lo de Kóraj, un tema de envidia política disfrazado de un “llamado a la democracia”. Y terminó muy mal para Koraj. No solo que no consiguió lo que quiso, sino que perdió todo lo que tenía. 

Volviendo a los argumentos de Koraj, hay demasiados ejemplos de este tipo de hipocresía donde uno parece objetivo pero es subjetivo. Esto ocurre en todas las areas que uno se pueda imaginar.

Ayer, por ejemplo, el Fiscal general de los EEUU escribió un reporte donde, entre otras cosas, acusa al ex jefe del FBI, James Comey, de haber usado su servidor de email personal , gmail, para enviar emails relacionados con su trabajo del FBI. Esto puede considerarse un delito con prisión.  Lo curioso es que en 2016 este jefe del FBI exoneró a la candidata a la presidencia, Hillary Clinton, que había usado su servidor personal para emails del gobierno, diciendo que a pesar de la terrible desprolijidad de la señora Clinton, él no recomendaba presentar cargos criminales en su contra, ya que no lo consideraba un acto intencional. En su momento, este fallo causó muchísimo revuelo, pero de alguna manera, se respetó el criterio y la decision “objetiva” del jefe del FBI. Pero ahora, desde ayer, muchos periodistas y politicos dudan que el jefe del FBI estaba actuando con objetividad, y especulan que el jefe del FBI ¡se estaba exonerando a sí mismo!

Este tipo de noticias me hace pensar en lo relevantes y contemporáneas que son las historias de nuestra Torá. Y en la importancia de estudiar los patrones de conducta bíblicos, los malos y los buenos, para explorar y comprender lo profundo de la psicología humana.  


SHABBAT SHALOM!



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