Rav Baruj Mbazbaz
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Parashat Toldot-6

La Torá y Los Placeres Todos conocemos la historia de Iaacov y Esav. Hasta los trece años, Iaacov y Esav aparentaban ser dos hermanos muy parecidos en su forma de ser, pues jugaban y crecían como cualquier niño de esa edad. Pero al llegar a la adolescencia, la Tor&a
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La Torá y Los Placeres

Todos conocemos la historia de Iaacov y Esav. Hasta los trece años, Iaacov y Esav aparentaban ser dos hermanos muy parecidos en su forma de ser, pues jugaban y crecían como cualquier niño de esa edad.

Pero al llegar a la adolescencia, la Torá nos cuenta que Esav decidió salir al campo a cazar animales y dedicarse a disfrutar de la vida de la manera que él entendía que debía hacerlo.

Por otro lado, el mismo versículo nos dice que Iaacov era un joven simple que moraba en las tiendas.¿Cuál era su ocupación? Estudiar la Sagrada Torá.

No transcurrió mucho tiempo antes de que la gente notara la diferencia entre el camino de uno y del otro. Esav se convirtió en un hombre de campo, acostumbrado a matar por placer, llegando a ser esclavo de sus deseos, y por buscar satisfacerlos ilimitadamente, incluso llegó a cometer adulterio.

En contraposición, Iaacov había encontrado su camino en el cumplimiento de la Torá. Él era un joven asentado, educado y maduro.

Preguntan Nuestros Sabios: ¿Cómo puede ser que dos hermanos nacidos en un mismo hogar, con la misma educación, hayan tenido comportamientos tan distintos? Y aún más, con los padres ejemplares que ellos tenían - Itzjak y Rivká - ¿por qué Esav decidió buscar el ejemplo fuera de su hogar?

Nuestros Sabios nos explican que la equivocación de Esav fue su perspectiva acerca de la vida.Esav pensaba que para ser merecedor de llegar al Olam Habá él no debía disfrutar del mundo material, y eso no lo podía admitir."¿Voy a desaprovechar la vida sin disfrutarla?" - él pensaba.

Por otro lado, Iaacov sabía claramente que toda la función del iehudí en este mundo es ganar méritos para poder llegar al Olam Habá, y para lograrlo el único camino era disfrutar de la vida de la manera que D'os nos dice que lo hagamos. Es decir, que Iaacov entendió que existe la posibilidad de adquirir un mundo espiritual a través del uso adecuado de este mundo material - algo que Esav no podía concebir.

Ahora podemos entender que la razón por la cual Esav se desvió del camino que le enseñaron sus padres fue que él no entendía que si disfrutamos de los placeres materiales correctamente podemos utilizarlos como ayuda para elevarnos espiritualmente.

Lo que aún no nos queda muy claro es por qué Esav, teniendo un abuelo como Abraham Avinu, quien logró acercar a tanta gente al camino de la fe en D'os, no se acercó a él para preguntarle qué realmente le ofrecía a toda esa gente.

El problema de Esav fue que él no estaba dispuesto a ceder a ningún placer material, ni siquiera por un corto tiempo.Si quería comer, él no pensaba si ese día era ayuno o no; si quería cazar, tampoco le interesaba si era shabat o no. Inmediatamente satisfacía sus deseos.

Sin embargo, Iaacov tomó el ejemplo de su padre y su abuelo, y entendió que no hay mayor placer material que el de disfrutar las cosas en su correcta medida, y ¡¿quién mejor que D'os sabe cuándo permitirnos disfrutar de algo y cuándo no?!

En realidad, muchos de nosotros hasta hoy en día tenemos la misma confusión que tuvo Esav.

Por ejemplo: Nos cuesta entender por qué una persona que durante toda la semana madruga para llegar temprano al trabajo, en shabat - que no tiene la obligación de madrugar - también se levanta temprano, pero esta vez para ir a la sinagoga.

Pero lo que nosotros no sabemos es que ese iehudí no se siente triste cuando va a la sinagoga, sino que por el contrario, allí él logra encontrar un momento en el cual puede relajarse y meditar sobre lo que dicen los rezos, y de esta manera alimenta su alma y se siente satisfecho.

Éste es el punto que Iaacov tenía claro: él sabía que hay que disfrutar del mundo material que nos brinda D'os, pero la intención debe ser utilizar lo material para el desarrollo de lo espiritual, pues este mundo es solamente un paso necesario para ser merecedores de llegar al Olam Habá.

No existe una persona en el mundo que no quiera ahorrar dinero.No todos pueden, pero todos quieren, ya que entienden que el ahorro de hoy los puede sacar de aprietos el día de mañana. Iaacov buscó desde muy joven invertir su capital en una segura caja de ahorros.Él sabía que por cada mitzvá que hacía recibiría el pago a largo plazo… pero para la eternidad.

El Talmud nos enseña: "Toda persona que tiene la oportunidad de disfrutar lo que sus ojos ven y no lo hace, tendrá que rendir cuentas frente a D'os".Efectivamente, Iaacov no se alejó del dinero y los bienes. De hecho, la Torá nos cuenta que Iaacov era un hombre muy rico.Pero la diferencia entre él y su hermano Esav radicó en el hecho de que Iaacov supo cómo utilizar sus posesiones para el servicio a D'os.A pesar de toda la riqueza que poseía, la prioridad de Iaacov Avinu fue depositar la mayor cantidad de "bienes" en su "cuenta de ahorros" del Mundo Verdadero.


Cortesia del Rab Baruj Mbazbaz, autor del libro "BIRKAT HASHAMAIM"


 

 



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