Rav Yehuda Levi
Temario Semanal

Parashat Vaera-2

Temas de la Parashá Shemot (Éxodo) 6:2 - 9:35 Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (6:2-13): D'os recuerda la promesa a los patriarcas. D'os manda e instruye a Moshé. Segunda aliá (6:14-28): La descendencia de Ia
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Temas de la Parashá
Shemot (Éxodo) 6:2 - 9:35

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (6:2-13): D'os recuerda la promesa a los patriarcas. D'os manda e instruye a Moshé.

Segunda aliá (6:14-28): La descendencia de Iaacov hasta Moshé y Aharón.

Tercera aliá (6:29 - 7:7): D'os le advierte a Moshé sobre lo que ocurrirá en Egipto.

Cuarta aliá (7:8 - 8:6): La señal de la vara que se convirtió en serpiente. La plaga de la sangre. La plaga de las ranas.

Quinta aliá (8:7-18): La plaga de los piojos.

Sexta aliá (8:19 - 9:16): La plaga de las fieras salvajes. La plaga de la mortandad en los animales. La plaga de la sarna.

Séptima aliá (9:17-35): La plaga del granizo.

 

Comentario de la Parashá

Al comienzo de nuestra parashá vemos acerca de la decisión de D'os, de recordar la promesa que Él había jurado a nuestros patriarcas. Aquella promesa de que su descendencia recibirá la tierra de Israel como posesión.

Sin embargo, a pesar de la asombrosa noticia, Moshé Rabenu se encontró ante una desalentadora realidad:

"Y habló Moshé esto a los hijos de Israel, mas ellos no escucharon a Moshé a causa de la cortedad de espíritu y el trabajo duro" (6:9).

Los comentaristas de la Torá están divididos respecto de la comprensión de los términos "mikótzer rúaj umeavodá kashá - a causa de la cortedad de espíritu y el trabajo duro".

Algo parecido encontramos en las palabras del Rashbam (Rabí Shelomó Ben Meir, 1085 - 1174), Rabí Jizkiá Ben Manóaj (s. XIII) en su libro "Jizekúni" y Rabí Ovadiá Seforno (1470 - 1550). Ellos dicen que los hijos de Israel no pudieron analizar todo esto a causa de la opresión, pues de no haber opresión hubieran escuchado a Moshé y hubieran entendido que es correcto creer.

Pero Rabí Jaim Ben Atar (1696 - 1743) en su libro "Or Hajaim", nos dice algo distinto a todos estos comentaristas: "Tal vez, por cuanto que no seguían el camino de la Torá, no escucharon; y a eso se le llama: "cortedad de espíritu", ya que la Torá amplía el corazón del hombre".

En realidad, un camino interpretativo muy similar - que ya había sido expresado por Ionatán Ben Uziel (s. I) en su targum, así como por Nuestros Sabios del midrash (Shemot Rabá 6:5, entre otros) - lo encontramos en el libro "Hadar Zekenim" de los Baalé Hatosafot (s. XII): "No se entiende, ¿existe alguien a quien se le anuncien buenas noticias y no se alegre?… entonces ¿por qué dice "mas ellos no escucharon"? Quiere decir que era duro para ellos alejarse de la idolatría".

Y aquí llegamos a la raíz del problema. Esa falta de espiritualidad a la que el libro "Or Hajaim" había hecho referencia, tenía un origen. Dicen Nuestros Sabios que los hijos de Israel en la tierra de Egipto, se sumergieron en una de las más grandes transgresiones que se pueden cometer: el pecado de la idolatría. Ellos aprendieron la cultura y la religión de sus vecinos egipcios, imitándolos y asimilándose a ellos, en ese campo.

Dicen Nuestros Sabios que la futura y última redención será parecida a la redención de Egipto y las características del pueblo judío casi a comienzos del siglo XXI, desgraciadamente no son muy distintas a las de nuestro pueblo en Egipto hace 3300 años aproximadamente.

Podemos ver claramente que si hoy mismo viniera un "Moshé Rabenu" y nos dijera: "Dejen sus costumbres y vayamos a la tierra de Israel" muchos de nuestros hermanos le contestarían: "En este momento no podemos, tenemos muchas ocupaciones importantes aquí. Cuando consigamos pasaje nos comunicaremos contigo, ¿de acuerdo?".

Sin embargo, los judíos no rechazarán totalmente sus palabras. Rabí Shemuel Iafé Ashkenazí (1525 - 1595) en su libro "Iefé Tóar" comentando el midrash citado anteriormente, nos dice que el pueblo de Israel al comienzo, cuando les fue dicho: "…recordar, Yo los he recordado a ustedes…" (Shemot -Éxodo- 3:16), sí aceptó las palabras de Moshé, como dice la Torá: "Y creyó el pueblo…" (4:31).

Dice nuestro autor que en aquella oportunidad no les fue difícil creer en D'os y en Moshé, ya que no les fue insinuado a ellos que debían cambiar su comportamiento y abandonar la idolatría. Pero aquí, en esta ocasión, en la que D'os dijo: "Y los tomaré a ustedes para Mí por pueblo y Yo seré para ustedes por D'os…" (6:7) a ellos le fue muy dificultoso creer en las palabras de Moshé, ya que de ellas se entiende q ue deberán abandonar la idolatría y toda acción y pensamiento que contradiga la voluntad del Creador, y eso era algo muy incómodo para ellos, pues no hay sufrimiento más amargo que el tener que cambiar los hábitos.

Ahora bien, si cada uno de nosotros intentáramos cambiar un poquito cada día lo que nos falta para perfeccionarnos, eso seguramente sería un buen entrenamiento para poder comprender las palabras que el futuro redentor nos dirá cuando venga a anunciarnos definitivamente la gueulá (redención). Y seguramente de eso depende que venga, del hecho que estemos entrenados para hacer ese pequeño esfuerzo.

 

 

 



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