Rav Yehuda Levi
Temario Semanal

Parashat Vaieji-2

Temas de la Parashá Vaiejí Bereshit (Génesis) 47:28 - 50:26 Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (47:28 - 48:9) Los últimos días de la vida de Iaacov. Segunda aliá (48:10-16) Iaa
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Temas de la Parashá Vaiejí

Bereshit (Génesis) 47:28 - 50:26

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (47:28 - 48:9)

Los últimos días de la vida de Iaacov.

Segunda aliá (48:10-16)

Iaacov bendice a Iosef.

Tercera aliá (48:17-22)

Iaacov bendice a Efráim y a Menashé.

Cuarta aliá (49:1-18)

La bendición de Iaacov a Reubén.

La bendición de Iaacov a Shimón y a Leví.

La bendición de Iaacov a Iehudá.

La bendición de Iaacov a Zebulún.

La bendición de Iaacov a Isajar.

La bendición de Iaacov a Dan.

Quinta aliá (49:19-26)

La bendición de Iaacov a Gad.

La bendición de Iaacov a Asher.

La bendición de Iaacov a Naftalí.

La bendición de Iaacov a Iosef.

Sexta aliá (49:27 - 50:20)

La bendición de Iaacov a Biniamín.

El fallecimiento y la sepultura de Iaacov.

Séptima aliá (50:21-26)

 

El fallecimiento de Iosef.

Comentario de la Parashá

En la parashá de esta semana - la última de este primer libro de la Torá - estudiamos sobre el fallecimiento de dos grandes figuras de nuestra tradición.  Primero vemos el fallecimiento de Iaacov Avinu y todo el ceremonial que Iosef dispuso para honrarlo, y luego, al final del libro, el fallecimiento de Iosef.

Cuando falleció Iaacov, Iosef le pidió permiso al Faraón para poder salir de Egipto y enterrarlo en la tierra de Israel.  El cortejo que acompañó a Iaacov hasta la tierra de Israel fue muy numeroso, hasta tal punto que muchos egipcios se le unieron por el respeto que les merecía la figura de Iaacov.

Dice la Torá:

"Llegaron hasta Goren Haatad - al otro lado del Jordán - y lloraron allí un lloro grande y muy profundo, e hizo para su padre duelo por siete días" (50:10).

La Torá nos relata que el "misped" (lamentación, lloro) que tuvo Iaacov Avinu  en Goren Haatad fue grande y muy profundo, y que el "ével" (duelo, luto, aflicción) tuvo una duración de siete días.  

A pesar de que la shivá, es decir los siete días de duelo, tienen lugar después del entierro, en el caso de Iaacov Avinu el duelo tuvo lugar antes del entierro, como se entiende de la misma Torá que en el versículo 13 del cap. 50 nos cuenta que Iaacov fue enterrado, después de que en el vers. 10 el texto nos había dicho que hicieron por él un duelo de siete días. (Véase el comentario de Rabenu Bejaié y de Rabí Abraham Ibn Ezrá).

Es interesante notar que en el judaísmo cada momento tiene su significación particular y su importancia.  Además de ver cómo el Tanaj (Biblia) nos relata detalladamente momentos alegres que vivieron los distintos personajes bíblicos, parecería ser que el texto también quiere enseñarnos que debemos aprender a entender los otros momentos de la vida para saber cómo vivirlos de la manera adecuada.  

Pero hay algo más profundo aún.  Nuestros Sabios en el midrash (Bereshit Rabá 100:13, Tanjumá Vaijí 17) formulan la siguiente pregunta:

"¿Y por qué se hace (duelo) siete días?  Por los siete días de fiesta del novio y la novia".

Rabí Shemuel Iafé Ashkenazí (1525 - 1595) en su comentario sobre el midrash llamado "Iefé Tóar" nos explica que la pregunta del midrash está basada en el hecho de que Nuestros Sabios nos enseñaron que todo aquel que se entristece por algún fallecido más de lo debido es castigado.  Entonces, ¿por qué Nuestros Sabios decretaron que el duelo debe ser de siete días, y no prefirieron disminuir los días de sufrimiento y de duelo?

Pero la respuesta del midrash parece carecer de sentido pues, ¿qué relación hay entre los siete días de duelo y dolor por la desaparición de un ser querido, y los siete días de fiesta en los que se alegran los novios después de su ceremonia nupcial?

Sin embargo - explica nuestro autor - que sí existe una profunda interrelación entre estos dos momentos, aparentemente distintos y opuestos en la vida del ser humano.  Él dice que Nuestros Sabios quisieron igualar el número de días de ambos momentos por cuanto que, como enseñó el rey Shelomó, "Es mejor ir a la casa del deudo antes que ir a la casa de fiestas…" (Kohelet -Eclesiastés- 7:2), y además, "El corazón de los sabios está en la casa del deudo, mas el corazón de los necios en la casa de fiestas" (Kohelet -Eclesiastés- 7:4).

Existe una diferencia sustancial entre el sabio y el necio.  Mientras que el necio busca desesperadamente momentos y situaciones donde pueda olvidarse de sus responsabilidades, el sabio busca oportunidades que le recuerden cuál es su obligación en este mundo.  Cuando la mayoría de las personas van al cementerio o incluso a los hospitales, se sienten invadidos por una sensación extraña, por una sensación que les pregunta: "¿Qué estás haciendo con tus días?", y es por eso que Nuestros Sabios quisieron igualar el número de días de la fiesta por la boda con los días del duelo, para enseñarnos que incluso en los momentos más alegres de nuestra vida no debemos olvidarnos de nuestras obligaciones como personas y como judíos.

Por otro lado - dice nuestro autor - los Sabios nos quisieron enseñar que por cuanto que el hombre está destinado a morir, él debe tener hijos y dejar detrás de él descendencia para que el mundo se siga desarrollando.  Es por eso que Nuestros Sabios decretaron siete días de duelo después del entierro, así como decretaron siete días de fiesta después de la boda.  De esta forma sabremos que es nuestra obligación formar un hogar no sólo para estar acompañados, sino también para procrear.    

Termina el midrash diciendo:

"Les dijo el Santo - Bendito es Él (a los hijos de Israel): En este mundo ustedes sufrieron por este justo (Iaacov) y se cuidaron en enduelarse por él siete días (honrándolo), en el mundo venidero (vuestra recompensa será que) Yo convertiré ese duelo en felicidad, como está escrito: '…y convertiré su duelo en felicidad, y los consolaré y los alegraré de su dolor' (Irmiahu -Jeremías- 31:12); y así como Yo los consolaré a ustedes Yo también consolaré a Tzión (Jerusalem) y a todas sus ruinas, así como está escrito: 'Pues consolará D'os a Tzión, consolará a todas sus ruinas; y convertirá su desierto en un Edén y su planicie en un jardín de D'os; felicidad y alegría habrá en ella, agradecimiento y voz de canción' (Ieshaiahu -Isaías- 51:3)".  Amén.

 

 



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