Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

PERASHAT TZAV-18

HAY MUCHAS   “PATENTES” “Le ordenarás a Aharon y a sus hijos, diciendo…”(Vaikra 6,2) El Jafetz Jaim ztz”l trae las palabras del Midrash que se desprenden de la palabra “leemor” (diciendo), que Moshe les dice a los hijos de Israe
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HAY MUCHAS   “PATENTES”

“Le ordenarás a Aharon y a sus hijos, diciendo…”(Vaikra 6,2)

El Jafetz Jaim ztz”l trae las palabras del Midrash que se desprenden de la palabra “leemor” (diciendo), que Moshe les dice a los hijos de Israel que se ocupen también de la “lectura” de la perasha del sacrificio de Ola.

También cuando ofrendaron el sacrificio, que se ocupen también de la lectura de la perasha de ese sacrificio.

Agrega el Jafetz Jaim, y hoy que no tenemos la posibilidad de acercar las ofrendas, con seguridad que para nosotros será un gran precepto fortalecernos en la lectura de los sacrificios y estudiar sus leyes, y se nos considerará como si hubiéramos realizado el mismo sacrificio.

Cuenta el gaon rabi Itzjak Zilverstein Shlita: en la víspera de la fiesta de Pesaj me asocié en el acompañamiento de los restos de un doctor de mucho renombre, que siempre cuidó la Tora y cumplió sus preceptos, que falleció joven, cuando todavía conservaba sus fuerzas intactas.

Los amigos que se habían hecho presentes en el acompañamiento estaban en estado de shock, y podían verse claramente en sus rostros señales que indicaban el temor que sentían, como pensando que si hoy esto le pasó al doctor, mañana o pasado mañana podía sucederle a alguno de ellos, Hashem nos guarde…

Yo sabía, desde el principio, que los amigos del doctor hablarían conmigo en algún momento del acompañamiento, para que les diga algunas palabras de fortalecimiento. Llevaba conmigo un pequeño libro que trataba el tema de la obligación de recitar los “Korbanot”, de acuerdo a las palabras de nuestros sabios y del Shuljan Aruj, y encontré allí un relato en nombre del Zohar Hakadosh.

Un hecho de la vida real, sobre un sabio llamado rab Aja que se dirigía a una ciudad llamada Tarsha.

Ni bien llegó se hospedó en la casa de una familia conocida del lugar.

En esa ciudad se desató una epidemia muy fuerte, durante siete días corridos, y cuando los habitantes supieron de la llegada de rab Aja, se dijeron unos a los otros: vayamos a ver al sabio que viene de otras ciudades y veamos si tiene una solución para nuestro sufrimiento…

Fueron a visitarlo y le dijeron: sepa usted Rabenu, que en esta ciudad hay una epidemia que ya alcanzó los siete días, y cada día que pasa se agrava más. Tal vez Rabenu tenga algún consejo para salir de este problema.

El rab les dijo: vayan al Beit Hakneset y eleven vuestras oraciones frente a Hashem Itbaraj para que detenga esta epidemia.

Fueron al Beit Hakneset y volvieron, y vinieron otras personas que contaron que la epidemia seguía agravándose, y que tal persona y otra más habían muerto, y que éste y otro estaban agonizando…

Dijo rab Aja: por cuanto que la epidemia aumenta en intensidad y los daños se ven a cada momento más trágicos, el tiempo no está a nuestro favor y ni siquiera alcanzaremos a llegar al Beit Hakneset.

En lugar de ir allí a rezar, harán como yo les voy a ordenar ahora. Elijan entre los habitantes de la ciudad cuarenta hombres, los que ustedes conocen por ser sabios y temerosos de Hashem. Yo los acompañaré, nos separaremos en cuatro grupos, hacia los cuatro puntos cardinales de la ciudad, diez hombres en cada extremo, y allí diremos con todo el corazón y el alma el “Pitum Haketoret” y la perasha de los “Korbanot”, y con la Ayuda de Hashem desaparecerá la epidemia.

Todos hicieron según las indicaciones de rab Aja, diez hombres hacia cada extremo de la ciudad, recitaron el “Pitum Haketoret” tres veces, con concentración, con fe, y la epidemia desapareció de ese lugar, y hasta los que estaban a punto de morir también se curaron.

Sigue diciendo el Zohar Hakadosh que después de haberse detenido la epidemia, rab Aja logró fortalecer espiritualmente a toda la ciudad, y decidieron cambiar el nombre de la ciudad que pasó a llamarse: “Mitrasha Limta Mejasia”, o sea, ciudad de la Piedad, en la cual Hakadosh Baruj Hu se apiadó de toda la ciudad y anuló los malos decretos que habían caído sobre ella.

Y con esto, podemos ver la importancia de la lectura de los “Korbanot”, que tienen la fuerza de salvar vidas.

Además de lo visto, encontramos en el libro “Jaredim”, que en un país se enfermó el rey, y los médicos que lo revisaron dijeron que hasta que no le traigan leche de leona y se la hagan tomar, no existía ninguna esperanza de curación.

Allí había un árabe, que aseguraba conocer un arbusto que crecía en los alrededores del palacio del rey, poseedor de una característica especial que Hashem Itbaraj puso en su naturaleza y que tendría la posibilidad de curar al rey. Pero, los doctores se burlaron de sus palabras y sin embargo el rey ordenó que le traigan de ese arbusto, y no pasó mucho tiempo y el rey se curó de la terrible enfermedad que tenía…

El rab que escribió el libro “Jaredim” -Rav Elazar Ezkari zzk"l- viene a enseñarnos, que Hakadosh Baruj Hu creó en Su Mundo, soluciones o medicamentos que se pueden obtener con extrema facilidad, solamente hace falta saber cómo encontrarlos, y aplicar el método conveniente, en realidad, el método que Hashem preparó para cada caso, porque para cada decreto no bueno, antes ya está preparada la cura de parte del Rey del Mundo…, como solemos decir que la cura llega antes que se desate la enfermedad…

Y estas curaciones no solamente se encuentran en los diferentes arbustos, sino también, o tal vez más frecuentemente, en las cosas espirituales, y en el libro “Jaredim” hay algunos ejemplos, como ser la lectura de la “Shirat Haiam”, en la perashat Beshalaj, el Canto posterior a la apertura de las aguas del mar donde los egipcios se ahogaron. Este canto que forma parte de la oración de todas las mañanas. Y si lo recitamos con intención y alegría, es una oración propicia para pedir por la salud y el éxito.

Y así como la “Shirat Haiam” hay muchas otras “patentes” que además de ser muy económicas, nos pueden traer muy buenos resultados, como la buena costumbre del recitado de los “Korbanot”, que sería muy bueno ponerla en práctica para quienes todavía no lo han hecho.

Traducido del libro Barji Nafshi.

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

 



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