Rina Levi
TANAJ

Sefer Iehoshua-1

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El Libro de Iehoshúa

Primera parte

Hemos hecho una traducción y adaptación libre del libro de Iehoshúa, (no es una traducción literal) con comentarios basados en el libro Meam Loez. Dividiremos el libro en cuatro partes.

En la foto vemos parte de las ruinas de Jerico, una de las ciudades mas antiguas, y la primera ciudad destruida por Iehoshua cuando el Pueblo de Israel entró a la tierra de prometida.

Ruinas de laciudad de Jerico


Capítulos 1:1 - 6:5

Cuarenta años pasaron y el pueblo estaba en las llanuras de Moab, a la orilla del río Jordán. Ya había pasado un mes de la muerte de Moshé. Fue después de la muerte de Moshé que Di-s le dijo a Iehoshúa Bin Nun que Moshé había muerto y ahora él debía cruzar el Jordán junto con toda su nación y entrar a la tierra que Di-s les daba.
Di-s les dice que toda tierra que sus pies pisen Él se las dará. Desde el desierto y el Lebanón hasta el río Eúfrates. Y luego Di-s le asegura que no los abandonará y nadie los vencerá.

La tierra sagrada se llamaba Quenaan porque los pueblos que allí vivían descendían de Quenaan, hijo de Jam (uno de los tres hijos de Noaj). Los pueblos eran Hititas, Emoritas, Hivitas, Jebusitasa, Perizitas y Girgasitas.(Jiti-Emori-Jivi-Yebusi-Prizi-Guirgashi)

¿Por qué es que Di-s les describe los límites de la tierra que les daba si primero les dijo que cualquier tierra que pisaran sería de ellos? Porque primero debían conquistar la tierra sagrada y si luego querían otras tierras Di-s se las daría. ¿Por qué Di-s tuvo que decirle a Iehoshúa que no lo abandonaría? Porque él temía no ver los frutos de su esfuerzo así como ocurrió con Moshé.

Dice le Di-s a Iehoshúa que sea fuerte y constante, pues él hará que el pueblo herede la tierra y que sea fuerte en el cumplimiento de las leyes que Di-ss le dio a Moshé, y también le advierte que no se desvíen ni a la derecha ni a la izquierda, para que prosperen donde sea que vayan.

Luego Di-s le advierte otra vez, que cuando ya salgan a la conquista no deje que la Torá cese de su boca y que la estudien día y noche.

Ahora el pueblo debía salir a la conquista y seguro estaría muy ocupado planeando estrategias, luchando y preocupándose por sus necesidades.

Hasta ahora, durante los años en el desierto, el pueblo había recibido el "Man", pero desde el momento en el cual entraría a la tierra tendría que trabajarla para poder proveerse de sustento.

Entonces Di-s los previene respecto del estudio y les dice que si ellos no van a abandonar la Torá, Él hará que prosperen en todo. Luego Iehoshúa le ordena a los policías del pueblo que vayan a través de los campos y ordenen al pueblo a que se preparen provisiones, pues tres días más tarde cruzarían el Jordán y tomarían la tierra que Di-s les daba como herencia.

Si hasta el momento de cruzar el Jordán, tenían aún el "Man", ¿qué es lo que tenían que preparar?
Hay quienes dicen que Iehoshúa les estaba diciendo que sólo necesitaban preparar sus cosas personales y no armas, pues Di-s se encargaría de ellos. Y otros dicen que se refería a una preparación espiritual así como lo hicieron para recibir la Torá, que se prepararon durante tres días.

Por otro lado, una vez que cruzarían el Jordán, comenzarían a tener una vida normal, sin nubes de gloria, sin Man, etc. Por lo tanto, tenían que preparar sus mentes para esa situación futura y además seguir estudiando Torá en esa nueva situación.

Luego Iehoshúa les dice a las tribus de Reubén, Gad y la mitad de la tribu de Menashé que recuerden el pacto que hicieron con Moshé. Que les daba la tierra del otro lado del Jordán pero ellos tenían que ir a luchar por sus hermanos y ayudar a conquistar la tierra. Y luego que vuelvan a la tierra que Di-s les permitió tomar.
La respuesta de ellos a Iehoshúa fue que por supuesto harían todo lo pactado (Números 32).
Luego Iehoshúa secretamente envió desde Shitim dos hombres como espías, diciendo: Vayan y miren la tierra de Ierijó. Ellos fueron y llegaron a la casa de una mujer cuyo nombre era Rajab y se hospedaron allí.

Iehoshúa los envió porque quería que ellos investiguen para poder determinar la estrategia de conquista. La tradición dice que los espías fueron Pinjás y Caleb.

El rey de Ierijó se enteró de que habían llegado los espías de los hijos de Israel y mandó a decir a Rajab que los saque de su casa.

Pero Rajab escondió a los hombres y dijo que, efectivamente, los hombres habían estado allí pero se habían ido para el momento en que los pórticos de la ciudad se cerraban y les aconsejó perseguirlos. Luego ella los escondió en el techo de su casa y antes de que ellos puedan acostarse en el techo entre las pajas, ella se acercó a ellos y les dijo que sabía que ellos iban a conquistar la tierra y todos temían de ellos. También les hizo prometer que así como ella fue buena con ellos, ellos serían buenos con ella y su familia, pidiéndoles hacer una señal para que al conquistar la tierra, ellos sepan que allí vive su familia y no los maten.

Ellos aceptaron el pedido con la condición de que nadie se enterase del trato.
Luego ella les dio una soga para que pasen del techo al otro lado del paredón de la ciudad, pues ella vivía al lado del paredón de la ciudad.

Ellos le dijeron a ella que cuelgue una cinta roja en su casa para que ellos la vean y pasen de largo por su casa cuando lleguen a la tierra para conquistarla.

Los espías se refugiaron tres días en la montaña para evitar encontrarse con los persecutores. Luego de tres días los hombres regresaron a Iehoshúa y le dijeron que Di-s le había dado la tierra a él y que todos allí se habían derretido delante de ellos.

Las dos señales que ellos le dieron a Iehoshúa para decir que Di-s estaba con ellos fueron:
1. La exitosa escapatoria.
2. Que los quenaanitas temieron de ellos.

Iehoshúa se levantó temprano en la mañana y viajaron desde Shitim. Llegaron al Jordán y descansaron allí antes de cruzar.

De aquí aprendemos tres buenos hábitos:
1. Es mejor viajar de día que de noche.
2. Es bueno ser presuroso para hacer lo que Di-s ordena y cuando tenemos una buena acción para hacer.
3. Rezar: antes de salir Iehoshúa se levantó temprano para rezar. Y así hizo todo el pueblo al verlo. Pues es importante pedir a Di-s se Su ayuda antes de hacer algo importante.

Y ya habían culminado los tres días y los oficiales les dijeron al pueblo que al ver el arca, y a los cohanim y leviim cargándola, que dejen sus lugares y la sigan, pero nunca se alejen más de 2000 amot (1000 metros aprox.), porque podían perderse, pues nunca hicieron este camino.

Hasta ahora el arca iba entre medio del pueblo, pero ahora iría adelante. Luego Iehoshúa les dijo que se santifiquen pues Di-s haría milagros para con ellos al día siguiente.

Iehoshúa les dijo a los cohanim que tomen el arca y que pasen delante del pueblo. Luego Di-s le dijo a Iehoshúa que en ese día lo haría grandioso a ojos de Israel, y así como estuvo con Moshé estaría con él.
Luego los cohanim se pararon frente al borde del Jordán. Iehoshúa le dijo al pueblo que se acerque para escuchar las palabras de Di-s.

Iehoshúa les pidió que escojan un hombre de cada tribu y les dijo que cuando los cohanim con el arca pisen las aguas del río Jordán, éstas se partirían. Al ocurrir esto el pueblo cruzó el río. Y los cohanim esperaron en el río hasta que todos cruzaron.

Y cuando toda la nación terminó de cruzar el Jordán, Di-s le dijo a Iehoshúa: \"toma doce hombres del pueblo, uno de cada tribu. Ordénales lo siguiente: \"levanten doce piedras del Jordán, de donde los pies de los cohanim pisaron. Y las llevarán con ustedes y las pondrán en el lugar donde descansarán esta noche. Iehoshúa les transmitió el mensaje de Di-s y les dijo que esto sería una señal para ellos, para que cuando sus hijos pregunten ¿qué son estas piedras?, ellos digan que las aguas del Jordán fueron abiertas ante el arca del pacto cuando cruzaron el Jordán. Y esas piedras quedaron con los hijos de Israel para siempre\".

Y así hicieron los hijos de Israel.
Luego Iehoshúa puso doce piedras en el Jordán, en el lugar en el cual los cohanim cargaron el arca. Y estas piedras están allí hasta el día de hoy.

Y los cohanim que cargaban el arca se quedaron allí hasta que Iehoshúa terminó de hablar con el pueblo y todos cruzaron.

Cuando todo el pueblo terminó de cruzar, los cohanim con el arca pasaron delante del pueblo. Y las aguas del Jordán volvieron a su curso normal.

¿Cuántos milagros ocurrieron aquel día?
La Torá dice en Deuteronomio 27:

\"Y será en el día que cruzaréis el Jordán hacia la tierra - que Di-s te concede a ti - habrás de erigir piedras grandes y las blanquearás con cal. Y habrás de escribir sobre ella, todas las palabras de la Torá cuando hayas pasado para que vengas a la tierra que Di-s te concede, una tierra que fluye leche y miel, como había hablado Di-s, a ti. Y será que cuando crucen el Jordán erigirán las piedras estas en el monte Ebal y las blanquearán allí con cal. Y construirán allí un altar de piedras y no deberán blandir sobre ellas hierro. Con piedras intactas construirán el altar deDi-s y ofrecerán en él sacrificios ante Di-s. Y ofrecerán sacrificios de paz allí y comerán allí y se regocijarán ante Di-s y escribirán sobre las piedras todas las palabras de la Torá en una lengua clara.\"

Si leemos las palabras cuidadosamente veremos que hay muchos milagros hechos para el pueblo de Israel.
1. El milagro del tiempo. A pesar de que ellos esperaron en el Jordán mientras que lIehoshúa les hablaba y los doce hombres volvieron a buscar las doce piedras, ellos pudieron llegar al monte Gerizim y Ebal ese mismo día. Incluso que ellos hubieran comenzado a caminar desde la mañana, hubieran tardado más o menos 18 horas de caminata constante sin parar, pues tenían que caminar 6 millas. Pero Di-s les acortó el camino así como lo hizo cuando llegaron al Jordán, que llegaron inmediatamente.
2. Ellos pudieron cargar las piedras que eran extremadamente pesadas.
3. Los quenaanitas nunca fueron hacia ellos para atacarlos, pues cuando escucharon que el pueblo judío estaba en el territorio de ellos, temieron por el milagro que hizo Di-s al partir el río Jordán.
4. El cuarto y quinto milagro involucraba la escritura de la Torá en las piedras. Ellos habían llegado al monte Guerizim y Ebal y recitaron las bendiciones y maldiciones como había dicho Moshé. Luego construyeron un altar y llevaron sacrificios. Y luego escribieron en las piedras toda la Torá en todas las setenta lenguas. Uno de los milagros fue que toda la Torá en las setenta lenguas pudo entrar en las doce piedras, pues naturalmente hablando, eso no era posible.
5. Y el último milagro fue que ellos no sabían las setenta lenguas y sin embargo Di-s le enseñó a Iehoshúa todas las lenguas para que puedan escribirlas.

Y las tribus de Reubén, Gad y la mitad de Menashé fueron armadas al frente de los hijos de Israel, como les había dicho Moshé. Como 40 000 hombres armados pasaron delante de Di-s para ir a la guerra en la llanura de Ierijó.
Ese día Di-s hizo a Iehoshúa grande a ojos del pueblo, y ellos le temieron como a Moshé. El pueblo cruzó el Jordán el día 10 del primer mes, y acamparon en Gilgal al lado este del Jordán.
Iehoshúa llevó las doce piedras a Gilgal, y le dijo al pueblo de Israel: Cuando vuestros hijos pregunten ¿qué son estas piedras? Ustedes les dirán \"Sobre tierra seca Israel cruzó el Jordán\".

De aquí podemos aprender que así como las piedras fueron una gran protección para Iaacov cuando él las puso bajo su cabeza, y fue como si se hubiesen convertido en una sola piedra, así también las doce tribus serán fuertes cuando estén unidas. Mientras vivan en paz y armonía entonces, sus enemigos no tendrán éxito sobre ellas y podrán defender y resguardar la tierra. Pero si hay pelea entre ellas, entonces se dividirán y sus enemigos vendrán a conquistar la tierra y serán exiliadas. Es por eso que Di-s le ordenó a Iehoshúa que tome 12 piedras por las doce tribus y construyan todos juntos un altar. Estas piedras eran todas iguales para indicar que las doce tribus deben ser iguales al obedecer a Di-s, para así heredar la tierra. Y vemos del versículo el mensaje que se quiso transmitir a futuras generaciones.
No dice \"los israelitas cruzaron el Jordán\", sino que dice \"Israel cruzó el Jordán\". Es decir que los hijos de Israel estaban unidos como un solo cuerpo en el momento de cruzar el Jordán, y fue por ese mérito que ellos pudieron conquistar la tierra.

Y cuando todos los reyes de los emoritas y todos los reyes de los quenaanitas escucharon lo que Di-s hizo por el pueblo de Israel, al secar el río para que ellos pasen, sus corazones temblaron y no tuvieron más fuerzas ante los hijos de Israel. Luego Di-s le dijo a Iehoshúa: hagan cuchillos de piedras y circuncisa a todos los hombres de los hijos de Israel una segunda vez. E Iehoshúa hizo lo que Di-s le dijo en Givat Haaralot.

Y esta es la razón por la cual Iehoshúa circuncidó al pueblo. Todos los que fueron circuncidados fueron los que nacieron durante los 40 años en el desierto, pues los que salieron de Egipto habían sido circuncidados pero murieron en el desierto. ¿Por qué no fueron circuncidados en el desierto? Porque estaban de viaje y era peligroso hacerlo. Es por eso que inmediatamente después de que se asentaron, Iehoshúa los circuncidó.

Y después de que terminaron de circuncidarse, ellos se quedaron en el campamento hasta recuperarse. Y Di-s le dijo a Iehoshúa : Hoy he removido la vergüenza de Egipto de entre ustedes, es por eso que ese lugar es llamado Gilgal.
En el 14 del mes, hacia la noche, ellos hicieron el sacrificio de Pesaj. Y en el día después de Pesaj comieron pan ázimo de la cosecha de la tierra, Y comieron trigo asado en ese mismo día.
Y cuando ellos comenzaron a comer del fruto de la tierra, al día siguiente, el man dejó de caer.

En el 7 de Adar, cuando murió Moshé, el man dejó de caer del cielo, pues caía por mérito de Moshé. Ahora él ya no estaba, entonces cesó de caer. Pero Di-s bendijo al último man que cayó y lo hizo durar hasta que los judíos pudieron comenzar a comer de los frutos de la tierra. No se pudrió al día siguiente y se mantuvo fresco día tras día. Y nunca se consumió. Duró durante los 39 días hasta que ellos hicieron el sacrificio de Pesaj.
Entonces vemos que el man dejó de caer en dos niveles. Primero dejó de caer del cielo cuando murió Moshé, cuando ellos acampaban en las llanuras de Moab, pero siguieron comiendo por cuarenta días más, hasta que pudieron hacer el pan ácimo.

Cuando Iehoshúa estaba en Ierijó, levantó sus ojos y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Iehoshúa le preguntó \"¿Eres de los nuestros o de los enemigos?\". Yo soy el oficial del ejército de Di-s, y he venido ahora. Iehoshúa se prosternó ante él y le preguntó qué era lo que le ordenaba hacer.
Entonces el oficial de Di-s le dijo a Iehoshúa: Sácate el zapato de tu pie, pues el lugar que estás pisando es santo. Y así lo hizo.

Hubieron tres señales mediante las cuales Iehoshúa reconoció que era un ángel el que estaba frente a él.
1. Las otras personas no vieron a nadie.
2. Tenía una apariencia tan imponente que ningún otro ser humano la poseía.
3. Apareció ante él de repente. Pues en general cuando alguien se acerca a uno, lo vemos venir, pero el ángel apareció repentinamente frente a Iehoshúa.

Ierijó estaba completamente cerrada ante los hijos de Israel. Nadie salía ni entraba. Y Di-s le dijo a Iehoshúa que le daba la tierra de Ierijó con su rey, con sus habitantes. Rodea la ciudad con todos los hombres de guerra, y luego marchen alrededor de la ciudad una vez, durante seis días. Siete cohanim cargarán siete shofarim delante del arca. En el día séptimo rodeen la ciudad siete veces y los cohanim tocarán el shofar. Luego, cuando escuches el sonido del shofar en su última nota, todo el pueblo gorjeará (vibrará) y la muralla de la ciudad caerá. Entonces el pueblo entrará a la ciudad, cada uno al lugar en el cual estará parado.

Un día domingo Di-s les dio este mandamiento. En ese mismo día ellos hicieron la primera vuelta. Entonces el séptimo día fue shabat. ¿Por qué fue en Shabat? Porque Di-s quería que la conquista de la tierra sagrada comience con la santidad del shabat.

 

Resumen y Comentario sobre algunos libros del tanaj