Rav Salomón Michan
Para Reflexionar Juntos

¡Vive positivo, vive confiando en Hashem!

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Cada uno de nosotros debemos saber, entender y vivir con el entendimiento de que todo lo que nos pasa particularmente y todo lo que sucede en el mundo es para bien. Hashem sabe exactamente lo que hace y no hay duda de que cualquier situación es buena para nosotros; incluso si muchas veces nos resulta difícil entenderlo.

El pensamiento constante en la mente del Yehudí debe ser: “Todo lo que hace Hashem es para bien”, en cualquier situación y en cualquier momento.

Muy a menudo nos enojamos por pequeños acontecimientos y nos amargamos la vida. Si intentamos quitar de nuestra mente el pensamiento negativo que ha provocado en nosotros una circunstancia aparentemente desfavorable y nos concentramos en lo “positivo” de la expresión: ¡Gam Zu Letobá!, “¡También esto es para bien!”, no sólo nos ahorraremos calmantes y preocupaciones, sino que adquiriremos una perspectiva absolutamente distinta de nuestra vida.

No entendemos nada

La persona tiene una comprensión limitada y ve solamente aquello que un ser de carne y hueso es capaz de ver, aquello que, de acuerdo con su intelecto, no es bueno. En cambio, el Creador ve una imagen completamente distinta: el pasado, el presente y el futuro, e infinitas combinaciones que se encuentran fuera de la capacidad del entendimiento humano; programas y finalidades para las cuales sí es algo bueno, y de ese algo “no bueno” brotará un bien enorme.

De esto cada uno debemos aprender que, cuando nos encontramos en una prueba, no debemos esperar comprender cómo realmente esto es para bien, sino que solamente debemos apoyarnos en la fe. De esta manera lograremos alabar y agradecer al Creador en todas las circunstancias. Es así como endulzaremos y mitigaremos todos los juicios severos que haya sobre nosotros y tendremos el mérito de ver la bendición y el bien que llegarán.

Año bueno y dulce

Todos sabemos que en Rosh Hashaná, el día en que Hashem decreta todo lo que nos pasará en el año, o incluso en muchos años, pedimos: “Que tengamos Shaná Tobá Umetuká”, “Que tengamos año bueno y dulce”. La pregunta es: ¿por qué pedimos por un año “bueno” y “dulce”? ¿Acaso no la palabra “bueno” automáticamente incluye “dulce”?

El Judaísmo nos enseña que todo lo que sucede es para bien. Todo es parte de la Voluntad Divina. Incluso aquellas situaciones que pueden parecer “malas” a nuestros ojos, son en realidad “buenas”. Por eso, cuando pedimos a Hashem que el año sea “dulce” además de bueno es porque sabemos que todo será para bien. Pero también pedimos que sea un bien “revelado”, es decir, que su sabor sea “dulce” para nosotros.

Realmente, todo lo que recibimos es bueno. El problema somos nosotros, que a veces, en varias situaciones que recibimos, pensamos que son malas y nos parecen amargas. Pero en realidad TODO es absolutamente bueno; nuestro deber es trabajar para que nos sepa también dulce (aunque así es en verdad).

Por poner un ejemplo sobre esta idea, la Guemará nos dice que Rabí Meir solía preguntar: “¿Por qué la Torá nos ordena apartarnos de nuestra pareja varios días al mes?”. Aparentemente esto es algo ilógico y negativo, ya que al casarnos “adquirimos” a nuestra pareja y podemos hacer con ella lo que queramos y cuando queramos; sin embargo, la Torá nos dice que varios días al mes no podemos estar con ella físicamente.

La respuesta es que la Torá nos favorece mucho con esa ley. Si estuviéramos con nuestra pareja todos los días, se nos haría una costumbre y a la larga ya no sentiríamos el mismo amor por ella. La Torá nos da la receta para que cada mes revivamos el mismo sentimiento de nuestra noche de bodas (1).

Quien aplica esto en su vida, revive esa sensación cada mes. Quien no lo aplica en su vida piensa que es una ley ilógica y que quienes lo hacen están locos.

Incluso las leyes que Hashem nos proporciona, muchas de las cuales consideramos ilógicas, al final de todo nos daremos cuenta de que son para nuestro bien sin lugar a dudas.

¿Por qué no sonreímos todo el día?

Muchos de nosotros pensamos que somos creyentes y que tenemos mucha fe en Hashem. Si nos preguntan: “¿Crees en Hashem? ¿Confías en Hashem?”, por supuesto que nuestra respuesta será: “¡Sí! ¡Sin duda alguna!”.

Entonces, si realmente confiamos y creemos en Hashem, ¿por qué no sonreímos todo el día? ¿Por qué a veces nos quejamos de las situaciones que no suceden como nosotros quisiéramos?

Quien vive con el sentimiento de que “Todo es para bien” tendrá la seguridad de que puede vivir toda su existencia sonriente y alegre…

Incluso en la cárcel estaba contento

Todos conocemos la historia de Yosef Hatzadik, quien estuvo encarcelado en Egipto durante un largo periodo.

Nos dicen los Jajamim (2) que Yosef nunca perdió la alegría y la felicidad, incluso estando en la cárcel.

Es por eso que el versículo nos dice que Hashem estaba protegiendo a Yosef a cada momento en prisión. Esto lo aprendemos de lo que dice la Guemará, que la Presencia Divina no puede posarse sino únicamente donde hay felicidad.

Yosef Hatzadik vivía con ese sentimiento de sentirse protegido por Hashem en cada momento e instante que estaba cautivo, y decía y sentía que todo era para bien, aun cuando él mismo estaba preso, sin libertad y en el país más corrupto.

Esa era para él la única manera de salir de su cautiverio: por medio de alegría y de saber que todo es para bien.

Nos preguntamos: ¿cómo fue posible que Yosef estuviera feliz y contento dentro de la cárcel?

La respuesta es: Yosef sabía que todo es para bien. Esa es la clave y el secreto de la felicidad…

1-Masejet Nidá 31a.

2-Ktab Sofer, Oraj Jaim, Simán 27.