Yaffa Ganz - 2000
Januca

Los Viajes e Historias del Dr. Mitzvá

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Una Luz Para Andy

Una Historia de Januká
Por Iaffa Ganz

Ya había pasado más de una semana desde que alguien había visto al Dr. Mitzvá. Sus pacientes lo buscaban, sus cartas comenzaron a apilarse en su escritorio y su teléfono no dejaba de sonar.

Todo lo que la Sra. Goldengreen decía era que el Doctor estaba ocupado y no podía ser molestado.

"Me gustaría saber en dónde él está y qué está haciendo" - dijo Sara. \"El Dr. Mitzvá no acostumbra esconderse así!\".

 

"Él no se está escondiendo\" - dijo Joey. \"Probablemente él está haciendo algo importante\".

Joey Singer dijo que vio al Dr. Mitzvá entrando a la mansión de los Masterfeld, afuera de Cedarville

\"¿Qué puede estar haciendo allí?\" - preguntó Seffy. \"La familia Masterfeld tiene sus propios doctores. Ellos nunca llamaron a Dr. Mitzvá\".

\"Esperémoslo aquí, pues él tiene que volver a casa tarde o temprano\" - dijo David.

Andrew Masterfeld tendría que haber estado en la misma clase que Seffy, Sara, Joel y David, pero Andy era ciego y es por eso que estudiaba en su casa. Él tenía maestros privados, tutores especiales, su propio pony y un gimnasio privado. Y ahora él tenía un nuevo problema.

El Sr. Masterfeld llamó al Dr. Mitzvá.

\"Yo pasé por su oficina el otro día y vi su placa, la cual dice que usted es un Doctor en casi todo. Yo no creo que usted pueda curar los ojos de mi hijo, pero quizás nos puede ayudar. Usted sabe, Andy aprendió que es una mitzvá ver la luz de las velas de Januká, e insiste en que él también las verá. Él no quiere regalos de Januká, él no quiere ninguna fiesta. Todo lo que él quiere es ver las velas de Januká. Él dice que tendrá su propio milagro de Januká\".

\"Él es un buen chico, Dr. Mitzvá, pero es muy obstinado! Él no escucha a nadie. ¿Existe alguna posibilidad de que lo pueda ayudar? Quizás usted le puede explicar que las luces no son tan importantes y que podemos celebrar la fiesta sin las luces. De lo contrario, se desilusionará mucho, ¿puede usted ayudarnos?\".

Dr. Mitzvá escuchó cuidadosamente. \"Pero las luces son importantes\" - él dijo. \"Sin las luces no hay Januká! Déjeme pensar un poco\".

Ese mismo día, Dr. Mitzvá se puso a trabajar. Compró caños, tornillos y pernos. Compró pintura dorada, pinceles y válvulas de metal. Se encerró en su habitación de trabajo y no contestó llamadas telefónicas, ni visitó a sus pacientes - a menos que fuera una emergencia.

El día anterior a Januká él se fue a la mansión de los Masterfeld cargando un paquete muy pesado. Cuando volvía, él vio a Joey, David, Seffy y Sara sentados en el banco de su patio.

\"Qué maravilloso!\" - él dijo. \"Ustedes son justo las personas que yo necesitaba! ¿Me podrían ayudar a llevar algunos paquetes a la mansión de los Masterfeld? No pude encontrar ningún taxi y los paquetes son muy pesados para que los lleve todos juntos de una sola vez\".

\"Yo voy a llamar a mi papá y le pediré que nos alcance con el auto\" - dijo Seffy. \"Seguro que él no tendrá ningún problema\".

El padre de Seffy llegó enseguida a la casa del Dr. Mitzvá y los ocho pesados paquetes fueron puestos en el profundo baúl de su auto. Dr. Mitzvá se sentó en el asiento de adelante y los niños en el de atrás. En la mansión de los Masterfeld los sirvientes ya estaban esperando para entrar los paquetes a la casa.

\"¿Podemos pasar nosotros también?\" - preguntó Sara.

\"Mm, ¿generalmente ustedes vienen a visitar a Andy?\" - preguntó el Dr. Mitzvá.

Los niños se quedaron en silencio.

\"Generalmente no\" - respondió suavemente Sara.

\"Saben, sería muy bueno por parte de ustedes que sí lo hicieran\" - dijo el Dr. Mitzvá. \"Definitivamente él apreciaría mucho un poco de compañía. Bien, vamos y quizás esto sea el comienzo de muchas visitas!\".

Los chicos saludaron a Andy y se sentaron a ver cómo Dr. Mitzvá abría los paquetes, los cuales contenían tubos largos de color dorado con muchas pequeñas partes, esperando ser ensambladas. Habían 41 piezas en total.

\"Wau!\" - dijo Seffy. \"¿Qué es lo que usted va a hacer con todos esos tubos?\".

\"Yo sé\" - gritó Sally. \"Él va a construir una Janukiá!\".

\"Absolutamente correcto, Sally!\" - dijo sonriendo el Dr. Mitzvá.

\"Yo no puedo esperar verla\" - dijo Andy. Él también estaba sonriendo.

Los chicos se miraron unos a otros pero nadie dijo nada en absoluto.

\"Comencemos a trabajar\" - dijo el Dr. Mitzvá.

Él sacó un gran dibujo y comenzaron a ensamblar las piezas. Era como construir un rompecabezas tridimensional. Cuando todos terminaron, las 41 piezas estaban firmemente ensambladas. La menorá medía un metro y medio de alto y dos de ancho. Andy la palpó cuidadosamente desde un extremo al otro.

\"Es una hermosa menorá\" - él dijo. Y una pequeña sonrisa se posó en su boca.

\"Verdaderamente sí, y la razón es, porque Januká es la historia de un hermoso gran milagro\" - dijo el Dr. Mitzvá. \"Cuando los helenistas griegos-sirios, conquistaron la tierra de Israel, la mayoría de la personas pensaron que los judíos tenían que comenzar a ser como los griegos. Ellos estaban seguros de que todo lo que los griegos hacían era bueno y correcto, y que seguir las leyes de la Torá de los judíos era erróneo y malo. Después de todo, los poderosos griegos eran el pueblo más civilizado del mundo!

\"Muchos judíos estuvieron de acuerdo, pero muchos otros, como los Macabeos, se negaron a seguir a los griegos. Ellos eran personas obstinadas, fieles a D\'os y a Su Torá. Ellos se negaron a convertirse en griegos. Ellos, incluso, lucharon en contra de los poderosos griegos. D\'os los ayudó en las batallas y ellos pudieron sacar a los griegos de Jerusalem. Entonces, un milagro ocurrió. El aceite que ellos encontraron para volver a encender la Menorá del Templo Sagrado de Jerusalem sólo alcanzaba para un día, pero duró ocho días, hasta que nuevo aceite pudo ser extraído y traído a Jerusalem. Entonces, ustedes ven, que a veces es bueno ser obstinado\".

\"Como yo\" - dijo Andy con una gran sonrisa.

\"Como tú y el pueblo judío!\" - dijo Joey.
 

\"Pero, ¿cómo es que Andy va a poder ver las luces?\" - murmuró Sally al Dr. Mitzvá.

En la última noche de Januká, los chicos fueron invitados a una gran fiesta de Januká en la mansión de los Masterfeld. La menorá estaba en medio de la habitación sobre una mesa baja. El Sr. Masterfeld encendió ocho velas grandes y altas - justo el tamaño correcto para una menorá tan grande. Él dijo las bendiciones y todos respondieron Amén.

 

Repentinamente, Andy se paró y extendió sus brazos. Caminó hacia la menorá y puso sus manos frente a las luces. El calor de las velas llegó hasta su cara y la luz brilló en sus ojos que no podían ver.

\"Ustedes saben\" - dijo Andy - \"yo siento como si realmente pudiese ver las luces de Januká. Yo puedo sentirlas en mi cara e imaginarlas en mi mente. Yo incluso las escucho titilar. Ellas titilan, pero nunca se apagan. Incluso algún día yo las veré con mis propios ojos, como las ven ustedes ahora.

Si somos obstinados y creemos, no importa lo que otros digan, D\'os siempre nos ayuda. Él transforma la oscuridad en luz y hace milagros, incluso hoy!\".

\"Amén\" - murmuró el Dr. Mitzvá.

FIN