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Tora y Ciencia

UNA MIRADA SOBRE LA CREACIÓN

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UNA MIRADA SOBRE LA CREACIÓN

"Levántate y considera las maravillas de Di-s" (Job 37:14)

"Eleva tus ojos a lo alto y contempla: ¿Quién creó todas estas cosas? (Isaías 40:26)

"Así como el manto da testimonio de la existencia del tejedor, la puerta, del carpintero y la casa de su constructor,-asimismo el universo atestigua la existencia del Santo, Bendito Sea, que lo creó."(Midrash Otiot -Letras- de Rabi Akiva)

Del hecho de que la Tora inaugura su enseñanza con el relato de la Creación, se puede concluir la inmensa importancia que se le otorga a la contemplación y al examen del universo tal como ha sido creado. Por esta reflexión arriba el hombre al reconocimiento de la creencia absoluta de que verdaderamente existe un Creador Universal.

Abraham fue uno de estos creyentes originales que alcanzó la conciencia plena de esta verdad apoyado únicamente en sus propias dotes deductivas, que son caracterizadas en la literatura midráshica como "ríñones" —es decir, la facultad de diferenciar entre la materia útil y el desecho. En cierta ocasión, al comienzo del proceso de examen de su entorno, observó Abraham las llamas continuas de una hoguera, e inquirió: "¿Es acaso posible que esta hoguera haya comenzado a arder por sí misma?" En ese momento, el dueño de la hoguera se le apareció, informándole:"Yo soy el dueño de esta hoguera" (es decir el que la originó). Posteriormente se dijo: "¿Es qué puede uno afirmar que este mundo no posee quien lo gobierne?" Y entonces Di-s miró hacia él y le dijo: "Yo Soy el Soberano del Universo". (Midrash Raba)

Maimónides permite esclarecer aún más este midrash:

"(Abraham) comenzó a reflexionar día y noche, y se maravillaba pensando cómo era posible que las constelaciones del espacio se movieran sin que nadie las dirigiera. ¿Quién podrá ser el que las ponga en movimiento, puesto que es imposible que se muevan por sí mismas? No tenía ningún maestro, ni nadie que le instruyera acerca de nada, ya que vivía en Ur de los Caldeos, una ciudad de idólatras. Tanto su madre como su padre y todos sus contemporáneos adoraban ídolos, y él mismo les rendía culto junto con ellos. Sin embargo, se sentía incómodo e inquieto, hasta que finalmente sus propios poderes de razonamiento lo condujeron a la verdadera comprensión del Di-s Único que gobierna las constelaciones en sus órbitas estelares, que creó absolutamente todo lo que existe, y fuera del cual no existe otro Di-s fuera de El. (Mishné Tora)

El Rabino Yeshaya Karelitz, mejor conocido como el "Jazón Ish" y que vivió en Eretz Israel desde comienzos de los años veinte, explica cómo puede el ser humano acceder al nivel de la fe por la contemplación de la Creación:

"El atributo de la fe es una fina y delicada cualidad del alma. Si una persona está llena de sensibilidad espiritual y halla armonía en lo que le rodea, entonces al contemplar los cielos en toda su inmensidad y la tierra en toda su profundidad, no puede menos que quedar asombrado: el mundo le parecerá un misterio insoluble. Este enigma cautivará su mente y corazón, hasta el punto de que no pueda pensar en nada más y se sienta languidecer y sin aliento en sus esfuerzos por hallarle solución. De buena gana pasaría por fuego y agua a fin de alcanzar la respuesta que lo acucia, puesto que ¿qué es la vida para él si no ha penetrado hasta su último sentido? Su espíritu, entonces, anhelará comprender...."

En esta etapa inicial, las preguntas brotarán a partir del reconocimiento de la belleza, la fuerza y la complejidad del mundo. El rabino Eljanán Wasserman, contemporáneo suyo en Europa, asevera:

"Las maravillas de la Creación exigen de toda persona inteligente que arribe a la conclusión de que todo fue creado por una Divinidad. Por lo tanto, todo ser humano será juzgado si no actúa conforme a lo que se espera de él como consecuencia de esta comprensión intuitiva."(Kovetz Maamarim)

Todos los hijos de Noé, es decir, la humanidad entera, están sujetos al cumplimiento de los Siete Mandamientos, y si no los llegaran a cumplir, ciertamente serán juzgados en el Mundo por Venir. Ahora bien, si se diera el caso de que un individuo común fuera traído frente a este juicio, seguramente alegaría que él no tenía manera alguna de saber que su vida estaba obligada por ningún código moral de "Siete Mandamientos". ¿Por qué entonces habría de ser condenado? Más si analizamos el asunto en profundidad comprobaremos que la creencia en Di-s como el Creador, es asequible a todo ser humano sensible, y no hay necesidad alguna de ningún tipo de sofisticación filosófica para adquirirla. El corolario moral de este conocimiento es evidente, como se desprende del siguiente discurso de Bajya Ibn Pakuda en su obra "Deberes del Corazón":

"Es obvio que cualquier cosa construida sin propósito alguno carecerá en sí misma de señales de inteligencia. Observamos que si alguien derrama tinta sobre un papel, sería imposible que apareciera una escritura clara y ordenada, así que si, alguien nos afirmara que una escritura coherente fue producida al derramar tinta por azar, merecería el nombre de mentiroso. ¿Cómo es posible, entonces que hombres inteligentes se atrevan a decir que la creación surgió por sí misma, cuando precisamente observamos por todas partes signos evidentes de una inteligencia infinita?". ("La puerta de la Unidad", cap. 6)

Desde que la ciencia adquirió respetabilidad y sistematización numerosos científicos de renombre han asentado la reverencia y el asombro que experimentaron conforme los mundos secretos se iban develando frente a ellos. Uno fue Sir Isaac Newton, el científico inglés del siglo XVII, que propuso las célebres Leyes del Movimiento y la Gravedad. A pesar de su evidente éxito en la utilización de los poderes de la razón y la deducción humanas, se sintió llamado a afirmar:

"Toda la naturaleza es un arte de Di-s.¿Quién la activa? La mano de Di-s hace esto sin utilizar las fuerzas de la naturaleza."

El sueco Cari Von Linné (Linnaeus), el gran sistematizador de las ciencias biológicas, fue también muy prolífico en ideas religiosas. Quería demostrar que las fuerzas que actúan en la naturaleza y que forman y constituyen la vida animal y vegetal no podían tener otra explicación sino el hecho de que Di-s había creado todo lo existente y que El continuaría sosteniéndolo hasta el final de los Tiempos:

"...La Fuerza Unificadora esencial que formó la vida y que existe eternamente (es) el Omnisciente, el Todopoderoso, el Creador del Universo".

Otto Winkow, uno de los más destacados pensadores del siglo pasado, dio expresión a un sentimiento común a todas las grandes mentes dedicadas a la filosofía natural, al afirmar:

"Los científicos de la naturaleza no son capaces de responder al interrogante y al enigma de la Creación". Escribió además:

"La aparición de la primera célula fue un milagro; estamos obligados a admitir que durante la evolución de la tierra súbitamente se manifestó el poder del Creador, algo que aún no hemos reconocido y que al mismo tiempo somos incapaces de describírnoslo. Desconocemos su origen y su propósito." ("Puertas al Judaísmo, p. 37)

El descubridor de la circulación de la sangre, así como de otros principios fundamentales de fisiología, el inglés William Harvey, escribió:

"Todo huevo nace de un huevo; toda célula, de una célula; todo animal, de un animal; y el primer animal fue creado por el Omnipotente Creador."

La estructura general de la creación igualmente testifica la existencia de Di-s en el universo, como lo puso de manifiesto el escritor americano Morrison, Presidente de la Academia de Ciencias de Nueva York, en su famoso "El hombre no está solo". El autor brinda numerosos ejemplos de fenómenos naturales supuestamente "accidentales" y que, no obstante, son condiciones necesarias para la creación del hombre y para la continuación de su existencia. He aquí algunos de los ejemplos que brinda al respecto, junto a algunos otros ofrecidos por otros investigadores:

1-Millares sino millones de meteoros entran diariamente en la atmósfera terrestre a velocidades que van desde los 30 a los 70 Km. por segundo. Si no fuera por la protección de la atmósfera, estos impactos ocasionarían el fin de todo signo de vida en la superficie del planeta. Además, la relativamente delgada capa de ozono en la parte superior de la atmósfera ofrece una protección completa de los rayos ultra-violetas que se originan en el sol.

2-El planeta Mercurio siempre mantiene uno de sus lados de cara al sol, mientras que el otro lado nunca recibe la radiación solar, de resultas de lo cual el planeta entero está desierto: un lado a causa del frío y el otro lado a causa del calor. Esto nos ayuda a comprender el contraste que existe con nuestra tierra, cuya situación en el espacio es tan radicalmente diferente. La tierra gira alrededor de su eje una vez cada veinticuatro horas y de esta manera mantiene un balance perfecto de calor y frío, según las leyes básicas que gobiernan las radiaciones de calor y su respectiva absorción. Si este movimiento de rotación fuera un poco más rápido o más lento las temperaturas se tornarían insoportables.

3-El eje de la tierra está inclinado a un ángulo de 23´ en relación con el plano de su órbita, lo que produce los cambios de las estaciones. Mas si ocurriera que el ángulo fuera ligeramente mayor, el contraste climático entre el Ecuador y lo Polos sería tan grande que se crearían vastos desiertos por un lado y montañas de hielo por el otro, ello aunado a grandes corrientes de agua tan turbulentas que volverían imposible todo trayecto o pasaje. Todo esto es igualmente resultado de las leyes fundamentales de la naturaleza que regulan la transmisión de calor.

4-El porcentaje de oxígeno en la atmósfera es de 21%;si fuera mayor, la biosfera entera hace ya tiempo que hubiera sido incendiada por el más pequeño relámpago.

5-Es muy conocido el hecho de que el agua se congela a una temperatura de 0´C. Sin embargo, esta congelación ocurre de tal manera que a causa de ella la totalidad del funcionamiento regular de la naturaleza se ve afectada. Por debajo de los 4´C el agua congelada comienza a expandirse y así el hielo que se está formando flota en el agua que originalmente lo formó. Esto ocasiona que los depósitos naturales de agua sean protegidos por una capa superficial de hielo, en vez de congelarse a partir del fondo hacia arriba. De esta manera la estructura vital entera de los lagos, ríos y mares es preservada.

En todos estos fenómenos científicos es posible comprobar objetivamente la mano del Creador, Misericordioso y Protector, sobre Sus criaturas. En palabras de Elihu, el amigo que intentó consolar a Job: "Por el aliento de Di-s viene el hielo y la anchura de las aguas es solidificada". Es por demás obvio que el autor de este libro bíblico ha reflexionado profundamente sobre la maravilla de la naturaleza, llegando a la conclusión de que en este curso regular de los procesos naturales encontramos a un Di-s Providencial, quien no solamente ordena Su mundo, sino que además hace patentes Sus intenciones a aquellos que desean acercarse a El.

6-La existencia de diversos substratos en el interior del sol y sus respectivas temperaturas, tan diferentes entre sí, parece contradecir a La Segunda Ley de la Termodinámica, es decir, que el calor no puede transmitirse de un cuerpo más frío a uno más caliente. Sin embargo, la temperatura del incandescente núcleo del sol va disminuyendo conforme se progresa hacia los estratos superficiales. Sorpresivamente, en la capa cromosférica del astro solar la temperatura de nuevo se alza drásticamente. Este fenómeno acusa la existencia de una estructura filtrante en el interior del sol mismo, la cual protege a la tierra y a sus moradores de la dañina intensidad de los rayos solares, hecho que es igualmente atestiguado e insinuado por las palabras del Salmista: "Sol y escudo es el Eterno, Di-s" (Salmo 84). Este fenómeno se lleva acabo a través de procesos físicos de una sabiduría tal que no la logramos comprender en su totalidad. Si uno contempla cuidadosamente todas estas obras de sabiduría es imposible no sentirse embargado de admiración y amor por el Uno que las incorporó a la existencia. La idea de que algún incomprensible capricho del azar produjo todo esto se revela a la luz de estos hechos como falto de sentido, y hace brotar en el hombre el deseo de volverse parte de este esquema universal, es decir, de encontrar leyes morales para el hombre que se correspondan con las ya existentes leyes de la naturaleza y las distinguen, y cuyo cumplimiento lo sitúe en comunión con todo aquello que en el universo sea coherente y pleno de sentido.

El mundo de los seres vivos y las ciencias biológicas que lo describen nos ha proporcionado ya, a través de numerosas instancias, connotaciones de carácter moral.

Los hombres de ciencia han observado casos de interacción entre diferentes especies, especialmente aquellas que existen entre predadores y sus respectivas presas. No obstante, las especies sujetas a ser predadas no se hallan nunca totalmente vulnerables frente a sus atacantes, sino que están siempre provistas de medios de detección y evasión tales como el "camouflage" o una gran velocidad de escape. Así, además de la armónica belleza en la interacción entre las diferentes especies, comprobamos que los débiles no están impotentes; que el fuerte y poderoso no sojuzga libremente y que un intrínseco equilibrio en las leyes gobierna cualquier aspecto de lo que superficialmente aparece como una caótica y violenta existencia. En palabras del Salmista:"Los leoncillos padecerán escasez y  hambruna,  mas  aquellos  que  buscan  a  Di-s  no carecerán de bien alguno." (Salmos 34:10-11)

Existen igualmente asociaciones activas entre diferentes especies de seres vivos, como por ejemplo el caso de ciertas plantas que necesitan de insectos para que las fertilicen y a quienes devuelven a cambio sustento; o como la aún más estrecha relación simbiótica que se establece entre hongos y algas, quienes pasan a conformar la familia vegetal del liquen, constituyendo al parecer formas de vida propias y distintivas. Un vivido ejemplo de estas asociaciones lo constituye el pájaro Dodó de las Islas Tropicales, el cual, anterior a su infortunada extinción, acostumbraba a comer las semillas de cierto árbol suavizándolas al mismo tiempo y facilitando de esa manera la germinación de aquellas que no ingería y arrojaba al suelo. Mas ahora que lamentablemente el pájaro se encuentra extinguido, el árbol antes mencionado carece de medios de propagación. Esta estrecha cooperación social entre los seres vivos y el desorden resultante al atentar contra ella, claramente evidencian la benevolencia divina y Su Misericordia en el esquema de la creación. Ello debería constituir un modelo a seguir para la conducta humana que coadyuvara a revelar las potencialidades morales ende su propia naturaleza.

Las fluctuaciones y el balance resultante de la población animal salvaje en relación con el número de las especies individuales, igualmente ofrecen un ejemplo similar de atención directa y benevolencia por parte del Creador para con Sus criaturas, a quienes otorga un mundo ordenado dentro de sus cauces naturales.

Todos estos hechos fueron totalmente evidentes para los sabios, fundadores de la ciencia, como por ejemplo Luis Pasteur, quien aseveró: "La ciencia acerca a los hombres a Di-s".Otro notable científico, el profesor Sheldon, concluye: "Ningún científico, aún cuando haya profundizado hasta lo más hondo, podrá llegar a concebir una idea más grande que aquella de que Di-s es la causa de todo lo existente, y de que Su Sabiduría y Amor crearon el mundo. Esta es la verdad y uno no necesita pensar más allá de ella."

La humanidad es parte de este esquema bondadoso, y si siguiera las leyes morales que le son propias, no debería experimentar dificultades en armonizarse con él, hasta el límite mismo de sus capacidades.