Rab. Shraga Simmons
Panorama

Parashot Vayakel - Pekude -18

First slide

Este Shabat terminaremos de leer el Libro de Shemot, por lo tanto leeremos dos parashot juntas Vayakel y Pekude. Los comentarios de ambas parashot estan en este articulo.


El Shabat - El Tabernáculo del Tiempo
Éxodo 35:1 - 38:20

Comencemos con una divertida adivinanza de Torá: algunas mitzvot nosotros las cumplimos a través del acto de comer (por ejemplo: matzá en Pesaj), otras las cumplimos mediante el pensamiento (estudiar Torá). Algunas mitzvot las cumplimos hablando (el Shemá), y otras las cumplimos escuchando (el shofar en Rosh Hashaná). Pero hay ciertas mitzvot que las cumplimos con todo nuestro cuerpo, es decir, cuando nuestro cuerpo está completamente rodeado por la mitzvá. Intenta adivinar cuáles son antes de seguir leyendo…
Hay cuatro mitzvot cuyo cumplimiento requieren la inmersión de todo el cuerpo:

1 Sucá: en la fiesta de Sucot, la mitzvá de vivir en la sucá.
2 Mikvé: en el tiempo adecuado, nosotros nos sumergimos en las aguas purificadoras de la Mikvé.
3 La Tierra de Israel: es una mitzvá vivir en la tierra de Israel.

Todas estas son inmersiones en un lugar en particular. ¿Y la cuarta?...
El shabat. Cuando llega el shabat, nosotros nos sumergimos en una nueva dimensión, una dimensión de tiempo. De esta manera, el shabat es cualitativamente diferente. A diferencia de un lugar sagrado al cual debo viajar, el shabat es una santidad que llega hasta mí, una vez por semana, todas las semanas. Y mientras yo puedo alejarme de una sucá o dejar la tierra de Israel, el shabat tiene la estabilidad y la permanencia que trascienden las limitaciones del espacio. Está en todo lugar en el mundo, es una vacación sin cargo, sin necesidad de agente de viajes.

La santidad, sin importar qué forma tenga, es una sustancia metafísica que nuestras almas pueden percibir. Yo recuerdo un incidente que me ocurrió hace algunos años atrás en Jerusalem. Después de haber estado de viaje en América por dos meses, yo volví a Israel un día miércoles. Yo recién salía del avión, cuando vi a alguien que tomó un lápiz y comenzó a escribir. Instintivamente yo me dije: "Nosotros no escribimos en Shabat!". Pero luego recordé que era miércoles!

Más tarde yo me di cuenta que la experiencia de volver a Israel me había dado una sobrecarga de santidad, que intuitivamente la asocié con el sentimiento de shabat. La forma pudo haber sido distinta, pero la substancia fue la misma. Puesto que así como la tierra de Israel es santidad en el espacio, el shabat es santidad en el tiempo.
Al comienzo de la parashá de esta semana, Moshé reúne al pueblo judío y les dice lo siguiente:

"Pueden hacer melajá durante los seis días de la semana, pero el séptimo día será sagrado para ustedes, un shabat shabatón para D'os. Quien haga melajá en este día será sentenciado a muerte. No harán fuego en ninguna de sus moradas en el día de shabat" (35:2-3).

Porque el Shabat y el Templo son una sola cosa.
Los dos están ligados a una dimensión trascendental. Durante los dos mil años de exilio del pueblo judío, el shabat fue lo que sirvió como nuestro santuario. Como se dice habitualmente: "Tanto como los judíos cuidaron el shabat, el shabat cuidó a los judíos".

El Talmud (Shabat 73a) explica: la Torá yuxtapone el Shabat con el Tabernáculo para enseñarnos que aquellas actividades que eran necesarias para la construcción del Mishkán, son las mismas actividades que están prohibidas en shabat. Puesto que dentro de esas actividades se encontraban coser - nosotros no cosemos en shabat, cocinar - nosotros no cocinamos en shabat. ¿Suena arbitrario? Difícilmente. Los Cabalistas explican la conexión de la siguiente manera:

Puesto que D'os creó el mundo en 6 días y en el séptimo descansó, en nuestro esfuerzo para emular a D'os nosotros también debemos descansar el séptimo día. Pero en función de saber cómo es que D'os descansó el séptimo día, nosotros debemos saber en primer lugar, qué labores creativas hizo D'os durante los seis días. Y es en este preciso aspecto que el Tabernáculo es una clave: el Tabernáculo representa un microcosmos del mundo. Es una destilación de todas las energías, patrones y materiales encontrados en el mundo. Betzalel, el arquitecto director del Tabernáculo, entendió el proyecto para la construcción porque él entendió el código de la Creación. (De hecho, el nombre Betzalel significa "a la sombra de D'os").

Es por eso que como el microcosmos de la creación, las actividades realizadas en la construcción del Tabernáculo se asemejan a aquellos actos realizados por D'os (por decirlo así) al crear el mundo. Puesto que en las actividades del Tabernáculo encontramos "escribir", nosotros emulamos a D'os descansando al no escribir en Shabat. Esto explica por qué las actividades - melajot - prohibidas en shabat son distintas de la definición secular de "trabajo". Pues en shabat nosotros no nos abstenemos de "los esfuerzos", nosotros nos abstenemos de "actos creativos".

Por ejemplo: puede estar permitido en shabat cargar una caja pesada desde el garaje hasta el altillo, pero al mismo tiempo está prohibido encender un fósforo. Mover la caja no implica un cambio en el estado creativo del objeto, mientras que encender un fósforo claramente lo hace. Y el efecto es profundo. En shabat, cuando yo dejo de crear, yo no siento más la necesidad de competir con el mundo que me rodea.

La Torá específicamente escogió "encender fuego" como único ejemplo de melajá porque esto resume las energías combustibles y divisivas que el shabat busca evitar. En lugar de imponer mi voluntad sobre el mundo, yo estoy en armonía con él. Yo no conduzco mi auto, yo no trabajo con mi animal, yo ni siquiera corto una hojita del césped.

En shabat, somos todos reyes. Tomamos ventaja de la espiritualidad extra insuflada en shabat para reflexionar sobre nuestras metas espirituales, las cuales expresamos a través del rezo, el estudio de la Torá, las comidas festivas, y el tiempo que dedicamos a nuestra familia y amigos. Es por eso que nuestra parashá se llama "vaiakhel", que significa "y reunió". Pues un día cada semana, no hay competición. Hay sólo crecimiento.

Más allá de una paz comunal, el shabat trae paz interior también. Seis días a la semana, el hombre moderno está encerrado en un círculo de teléfonos celulares, e mail, y fax. El shabat es nuestra oportunidad de dar un paso atrás y liberarnos momentáneamente de esas garras.

Muchos años atrás, yo estaba entrevistando a una famosa estrella del rock (perdón, pero sin nombres) en la cima de su carrera.
"Dime" - yo dije -
"¿qué es lo mejor de ser una estrella de rock? ¿Es la fama? ¿El dinero? ¿Los viajes alrededor del mundo?".
Él pensó unos momentos y dijo: "Lo mejor de ser una estrella de rock es salir al escenario cada noche".

Muy perspicaz - yo pensé. "Entonces dime" - yo pregunté - "¿Qué es lo mejor de salir al escenario cada noche? ¿Es la adorada multitud? ¿La fuerte música y las luces brillantes? ¿La increíble atmósfera festiva?".

Con toda la sinceridad, él me miró y dijo: "Lo mejor de salir todas las noches al escenario es que nadie me puede encontrar en el teléfono".

Este es un hombre que tenía todo, y todo lo que quería era un descanso.

Para el judío, el shabat es nuestro descanso. Nos fortalece, no para despreciar nuestro mundo de trabajo, sino para mantener nuestra habilidad de ser independientes de él. El shabat nos equilibra y nos brinda una perspepara nuestra vida y nuestra semana. Un cubo, el cual tiene seis lados, obtiene la forma y substancia de su centro. Así también, los seis días de la semana están equilibrados por el shabat… la dimensión interna.
El Talmud (Shabat 118b) dice: "Rabí Iojanán dijo en nombre de Rabí Shimón ben Iojai: si todos los judíos observarían sólo dos shabatot correctamente, la redención vendría inmediatamente". La pregunta obvia es: ¿Por qué es necesario observar dos shabatot correctamente? ¿Por qué uno solo no es suficiente?

Hay un mundo de diferencia entre el primer shabat y el segundo. Un shabat observado aisladamente seguro que elevaría espiritualmente, pero este no sería la clase de shabat que traería la redención. Más que un solo día, el shabat debe "derramarse" en nuestra semana, elevando todas nuestras acciones y pensamientos. El shabat no es el fin de nuestra semana, sino que es el punto céntrico y la fuente de energía. El segundo shabat, alcanzado después de una semana tan influenciada, es completamente distinto. Marca un ápice espiritual, y no una isla espiritual. Esta es la clase de shabat cuya observancia traerá la redención. Es el shabat de una semana, y de un mundo, elevado. (ver Kedushat Haleví, ki tisá 31:13).

A la puesta del sol de este viernes, tómate un minuto e intenta el siguiente ejercicio: aprieta fuerte el puño por 60 segundos. Luego suéltalo y déjate llevar. Amigos míos, eso es Shabat.


Parashá Pekudé - "A Ojos de D'os y del Hombre"

Éxodo 38:21 - 40:38
Las parashot anteriores describieron la construcción del Tabernáculo en el desierto, incluyendo la donación de materiales y la construcción en sí. Esta semana, Moshé presenta un preciso recuento de cómo fue utilizada cada donación. Por ejemplo: puesto que medio shekel de plata fue recolectado por cada uno de los 603.550 hombres (dando el total de 301.775 shekels), Moshé reporta que se construyeron 100 zócalos de las columnas del Santuario (a 3000 shekels por pieza), y los 1775 shekels restantes fueron para los ganchos de las columnas.

De la misma manera, Moshé detalla para qué fueron usados todo el oro, el cobre, la madera, las telas, las pieles de animales y las piedras preciosas -- confirmando así que cada centavo fue para el Tabernáculo -- y no a su cuenta bancaria en Suiza.

Pero, puesto que Moshé era conocido por su increíble integridad y tenía una reputación inigualable, ¿por qué es que él consideró necesario detallar todo públicamente? En ningún lado nosotros vemos que D'os requirió esa información. Y aún así Moshé lo hizo voluntariamente. ¿Por qué?

La respuesta ofrece una visión muy profunda respecto del significado de la integridad: Es una calle de doble mano. No sólo los otros tienen la responsabilidad de juzgarme favorablemente, sino que al mismo tiempo es mi responsabilidad evitar crear una situación en la cual otros puedan llegar a la conclusión errónea.

Muy frecuentemente, nosotros escuchamos que alguien dice: "A mí no me importa lo que los demás dicen - yo sé que estoy haciendo lo correcto". Sin embargo, el punto de vista de la Torá es que mientras que nosotros ciertamente buscamos hacer lo que es correcto a ojos de D'os, no debemos dar una mala impresión a nuestro prójimo.

El Talmud (Shekalim 3:2) dice que cuando el tesorero sacaba fondos del cofre del Templo, no tenía permitido entrar allí vistiendo una ropa en la cual podía llegar a esconder dinero - por ejemplo: bolsillos, puños, e incluso zapatos. Estas precauciones no eran tomadas porque se dudaba de que el dinero sería realmente robado, sino para que menos personas lleguen a pensar eso! Como dijo el Rey Shelomó: "Debes encontrar gracia y entendimiento en los ojos de D'os y de las personas" (Proverbios 3:4).

Cantera de Zafiros
En el caso de Moshé, había una necesidad particular en demostrar todo. Después de que Moshé rompió las tablas en el episodio del becerro de oro, D'os perdonó al pueblo judío y le ordenó a Moshé que cincele las segundas Tablas. El Midrash (Vaikrá Rabá 32:2) dice que D'os puso en la tienda de Moshé una cantera de zafiros, convirtiéndolo así en un hombre muy rico.

Inmediatamente después, comenzó la construcción del Mishkán y le fue confiado a Moshé aproximadamente una tonelada de oro y plata. El potencial para el abuso era tan grande, que a pesar de que nunca había habido una acusación de equivocación, de todas maneras, Moshé quería hacer desaparecer hasta la sospecha más ínfima de que él se enriqueció por haberse apropiado del fondo para el Tabernáculo.

La preocupación de Moshé era agravada por su prominente posición pública. Él sabía que todos los ojos estaban sobre él. Entonces, mientras que esta sensibilidad nos incumbe a todos, debe incumbir mucho más a nuestros líderes. Si el presidente de los Estados Unidos tiene algunos negocios cuestionables, él debe - ante todo - salir al frente y ser franco. Ya sea que las actividades son legales o no, uno nunca debe aparentar deshonestidad.

Evitando Malos Entendidos
Esto tiene una implicación particular en el judío observante. Imagina que un judío religioso entra a McDonalds a hacer una llamada telefónica. Una persona que pase por allí en ese momento puede llegar a la conclusión errónea:

1 Que McDonalds es realmente casher y está bien comer allí.
2 Que este judío (quien demuestra por su apariencia, que come casher) está dando vueltas haciendo algo que no debería hacer.
3 A pesar de que McDonalds no es casher, puesto que otros son negligentes en esto, yo también puedo hacerlo.

Nosotros no vivimos en un mundo aislado y dividido en compartimentos. Sino que somos una comunidad y una nación - y eso nos pone a cada uno de nosotros en una posición en la cual inspiramos a otros y elevamos las bases de un comportamiento aceptable.

Nos guste o no, todos nosotros somos modelos unos para otros.
Se cuenta el chiste de un rabino que estaba muy molesto por el hecho de que nunca iba a poder comer cerdo. Entonces decidió viajar a una isla tropical lejana y tomar una habitación en un hotel. Inmediatamente se sentó en la mesa del restaurante más fino del hotel y ordenó el plato de cerdo más caro del menú. Mientras estaba esperando impacientemente su pedido, se asombró al escuchar que alguien lo llamaba por su nombre desde el otro lado del restaurante. Miró y vió a diez de sus congregantes más fieles que se estaban acercando. Qué suerte la suya, ellos escogieron el mismo lugar para visitar, en el mismo momento que él!

En ese momento, el mozo apareció con una bandeja de plata llevando un cerdo asado entero con una manzana en la boca. El rabino miró avergonzadamente a sus congregantes y dijo: "Wau… uno pide una manzana en este lugar y miren cómo la sirven!!".

Llevándolo a la Práctica
Este concepto tiene infinidad de aplicaciones en la vida de todos los días.

Imagina que has comprado una revista en el kiosco y ahora yo entro al supermercado. Si tú sales del supermercado con la revista en tu mano, tú me estás invitando a que yo tenga acusaciones desagradables. Entonces, basados en lo que hemos visto, toma alguna de las siguientes precauciones:

1 Pide una bolsa en el kiosco y guarda la revista allí con el recibo de compra antes de entrar al supermercado.
2 Cuando pasas por la caja, anuncia en voz alta que has comprado la revista en otro lado.
3 Deja la revista en tu auto antes de entrar al supermercado.

De esta manera, nadie podrá malinterpretar nada.Todos nosotros tenemos la responsabilidad de mantener nuestra integridad, e inspirar a otros a hacer lo mismo. Este shabat, pensemos sobre qué pasos podemos dar para incrementar nuestra integridad.

Shabat Shalom!!!