Temas de la Parashá
(Levítico) 9:1 - 11:47
Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:
Primera aliá (9:1-16): Algunos de los sacrificios ofrecidos cuando se inauguró el Mishkán (Santuario).
Segunda aliá (9:17-23): Otros de los servicios realizados al inaugurarse el Mishkán.
Tercera aliá (9:24 - 10:11): El fuego Divino. La muerte de Nadav y Avihú. La prohibición de servir a D'os estando ebrios.
Cuarta aliá (10:12-15): La finalización del servicio de la inauguración.
Quinta aliá (10:16-20): La reprimenda de Moshé y la aceptación de la respuesta de Aharón.
Sexta aliá (11:1-32): Algunas leyes referidas a los alimentos y a las impurezas.
Séptima aliá (11:33-47): Otras leyes referidas al cuidado de las leyes alimentarias.
Comentario de la Parashá
La parashá de esta semana, nos enseña cómo debemos enfrentarnos a los momentos difíciles de la vida. En ella, la Torá nos relata acerca del fallecimiento de dos de los cuatro hijos de Aharón, el sacerdote: Nadav y Avihú.
Después de este triste episodio - cuya profundidad es grande - vemos cómo Moshé reconfortó a su hermano, y la reacción de Aharón ante todo eso:
"Le dijo Moshé a Aharón: Eso es lo que había hablado D'os diciendo: A través de los cercanos a Mí seré santificado y delante de todo el pueblo seré honrado. Y se calló Aharón" (10:3).
La Torá nos dice que Aharón simplemente se calló. Nosotros no sabemos lo que pasaba por su cabeza en ese momento tan duro, pero el comentarista Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki 1040 - 1105) nos da una pista, basado en el midrash Vaikrá Rabá (12:2):
"Recibió recompensa por su silencio, ¿cuál es?, que Su palabra habló sólo con él ya que le fue dicha sólo a él la parashá siguiente".
El midrash nos dice que la recompensa que recibió Aharón por haberse mantenido en silencio, fue que D'os habló solamente con él (y eso es algo muy grande para la persona). El midrash aprendió esto del mismo texto de la Torá ya que al comenzar el próximo tema de nuestra parashá, D'os no se dirigió a Moshé a través del conocido "Habló D'os a Moshé diciendo", sino que dice la Torá allí: "Habló D'os a Aharón diciendo" (10:8), y el midrash entendió que no es casualidad que D'os haya querido hablar "solamente" con Aharón inmediatamente después de este episodio, habiendo tantas oportunidades para hacerlo.
Entonces el midrash comprendió que Aharón no se calló porque no tenía palabras para decir, sino que todo lo contrario. Aharón sabía que lo único que le queda al hombre por hacer cuando le ocurre algo que le trae sufrimiento es recurrir al silencio. No a un silencio que es consecuencia de una falta de palabras para expresar el dolor, sino a un silencio que exprese la aceptación total del veredicto Divino, sin cuestionamientos.
Y esta idea también está insinuada en parashat Beshalaj. Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, en un momento dado, ellos quedaron encerrados entre el ejército de los egipcios por un lado, el desierto por el otro, y el Mar de los Juncos por el otro. En aquel momento ellos tuvieron mucho miedo, sintieron tanta angustia que incluso pensaron rendirse y volver a Egipto para seguir viviendo como esclavos. Sin embargo, Moshé - contestando a sus reproches, les dijo: "Hashem ilajem lajem veatem tajarishún - D'os peleará por ustedes y ustedes mantengan silencio" (14:14).
A pesar de que la intención que tuvo Moshé al decirles esto es clara, una vez leí una interesante interpretación que decía que nosotros también podemos traducir el versículo de otra manera: "Hashem ilajem lajem veatem tajarishún - D'os peleará con ustedes y ustedes mantengan silencio". ¿A qué se refería Moshé al decirles esto a los hijos de Israel?
Ellos pensaban de alguna manera que D'os estaba "peleando" en su contra, ya que ellos habían quedado sin escapatoria. Es por eso que Moshé les dijo a ellos: "Cuando ustedes piensen que D'os está peleando en contra de ustedes, ustedes deben mantener silencio. Ustedes deben saber que eso es sólo vuestra idea y vuestro pensamiento, pero la mejor manera de actuar en esos momentos es callarse la boca y afrontar la situación sin cuestionamientos".
Es por eso que después de la muerte de dos de sus hijos, lo único que hizo Aharón Hacohén fue mantenerse en silencio, como dice la Torá: "Y se calló Aharón" (10:3), recibiendo una gran recompensa por ello.