El Nueve de Av no fue siempre un día de tragedia.
Durante los días del Segundo Templo, se convirtió en un día de gran alegría en el que se celebraba la reconstrucción del Beit haMikdash. Cuando el Segundo Templo fue destruido, Tisha be Av recobro su antigua tristeza.
Cada generación en la que no se reconstruye el Templo Sagrado, es como si ella misma lo hubiese destruido. El Profeta Yeshayahu se lamenta, no por la destrucción del Templo, sino por todos los males que acarreo dicha destrucción. Porque no basta con que lloremos por lo que alguna vez fue. Debemos ser conscientes de que tenemos el poder de traer la Redención y la reconstrucción del Beit HaMikdash. Y debemos aprovechar este momento de duelo nacional para analizar nuestros errores y corregirlos.
¿Que es lo que hace que las personas se alejen los unos de los otros? Si hay algo que separa a las personas, es la avaricia, el deseo de tomar. La lógica que hay detrás de la avaricia es que todo lo que posee la otra persona esta restando de lo que yo poseo. En otras palabras, el otro esta llenando mi espacio, esta respirando mi aire, esta ocupando mi sitio. Todo lo que posee el otro significa que yo tengo menos.
Cuando una persona siente esto, la existencia misma de los demás le molesta. Esto es lo que se llama sinat jinam, odio porque si. El sinat jinam es la causa del exilio del Pueblo Judío. Hace dos mil años, fue destruido el Segundo Templo y fuimos exiliados y dispersados por todo el mundo a causa del sinat jinam.
Pero el castigo del sinat jinam, el exilio, es también su cura. El exilio hace que la persona se sienta desarraigada y desestabilizada. Inevitablemente, esto niega su avaricia. Ese sentimiento de que los otros me están quitando lo que es mío por derecho es ahora reemplazado por un sentimiento de unidad: "Tal vez no tenga mucho, pero lo que tengo, estas invitado a compartirlo"
El castigo del exilio puede curar la separación entre las personas que es la manifestación del sinat jinam.
"Desde el día que el Bet Hamikdash fue destruído"
Nuestros Sabios nos enseñan, "la profecía fue dada a tontos e infantes". Cuando Israel moraba en su Tierra santa, energía celestial - tanto espiritual como material - descendía a su correcto lugar. Desde la destrucción del Bet Hamikdash por odio gratuito, sin embargo, esta energía se ha extraviado - la energía material ha surgido en tierras desoladas y el resplandor espiritual ha descendido en personas completamente inapropiadas - "tontos e infantes". Esto es lo que el profeta quiere decir cuando pregunta si "aquellos destetados de la leche (de su madre)" pueden ser "hechos para entender un mensaje".
El santo Zohar predijo que en el año 5600 la "entrada a la inundación de sabiduría" sería abierta. Esto corresponde al año 1840 en el calendario secular, el tiempo de la revolución industrial. Desde entonces hemos presenciado un acelerado desarrollo de la ciencia y la tecnología. Si el Pueblo Judío hubiese sido merecedor, esta tremenda lluvia de conocimiento hubiera encontrado su propio hogar en la sabiduría de la Torá y la santidad. Pero, al no ser merecedores, esta difusión de alta energía encontró su camino en las sabidurías superficiales y precipitó la invención de armas de destrucción masiva para la profunda pérdida de la humanidad. Otra vez vemos el poder devastador del odio gratuito, incluso a nivel mundial.
"Te corrompistes, Israel, porque solo Yo te puedo ayudar..."
Una vez, un importante Rey preguntó a uno de nuestros sabios: ¿Por qué durante la destrucción del Templo murieron tantos judíos? El Sabio le contestó que los judíos siempre confiaron en D-os y que en efecto D-os siempre les dio su protección. Ellos nunca se prepararon para la guerra con armas sino con la oración - la fuerza de los descendientes de Yaacov está en la boca, en la plegaria. Pero ahora pecaron, por su odio gratuito D-os retiró sus alas protectoras y así se quedaron sin defensas, pues no sabían como hacer la guerra. Cayeron como pajaritos delante de sus enemigos, como ovejas sin pastor, desgarradas por los dientes del lobo.
Los judíos son las ovejas delante de los setenta lobos, las ovejas que no pueden ser protegidas por aviones F- 16 ni por cualquier fuerza militar, por grande que sea. el judío solo tiene un "amigo" D-os. y en verdad es el único amigo que se necesita.
Si volvemos a nuestras fuentes y amamos al prójimo, corrigiendo nuestros errores y las causas que llevaron a la destrucción del Templo, lograremos nuevamente contar con la Protección Divina.
Reconociendo y exaltando las buenas cualidades de nuestro projimo, juzgando favorablemente las acciones de los que nos rodean y evitando el LASHON HARA – hablar mal de otros, podremos apresurar la reconstrucción del Templo Sagrado y bajar nuevamente la Shjina para que more entre nosotros.
"Este Templo que construiste; si sigues Mis decretos, realizas Mis estatutos y observas todos Mis preceptos..."
Si bien las estadísticas físicas de la construcción de Shlomo ha Melej son asombrosas, lo que Le importa a Hashem es que la verdadera construcción debe surgir del corazón generoso. Eso es lo que Hashem le dice a Shlomo ha Melej en el versículo que citamos: No pienses que la construcción de mi casa es a través de medios meramente materiales; con el oro y con la plata. Todas ésas son meras ilusiones, no son el verdadero Beit ha Mikdash. Sino que "si sigues Mis decretos, y realizas Mis estatutos...", éso es con lo que se construye en verdad el Beit ha Mikdash.
Y como los "materiales" de su construcción son en realidad espirituales, el Beit ha Mikdash, inclusive después de su destrucción física, y hasta después de que se desintegraron sus componentes materiales, continúa existiendo: "Yo habitaré entre los Hijos de Israel, y no abandonaré a Mi pueblo Israel"
Recopilado de Ohr Somayach Torah Magacine Spanish Edition con el permiso de su editor