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Para Reflexionar Juntos

La Tefilá judía y la liturgia innovadora

Nos enfrentamos a un grave problema en el mundo judío actual. Para muchos  es difícil rezar y cuando finalmente lo intentan, les cuesta mucho relacionarse con los rezos de nuestros libros de oraciones, o por que no se entiende el idioma, o no tenemos concentración, o por qu
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Nos enfrentamos a un grave problema en el mundo judío actual. Para muchos  es difícil rezar y cuando finalmente lo intentan, les cuesta mucho relacionarse con los rezos de nuestros libros de oraciones, o por que no se entiende el idioma, o no tenemos concentración, o por que no nos conectamos con las palabras y el sentido de la Tefilá. Podríamos decir que ha surgido una especie de "brecha en la oración".

Muchos intentos han tratado de cerrar esta "brecha". Se ha intentado ayudar a los judíos a sentirse más entusiastas acerca de la oración con métodos como la repetición continua de los textos, usando frases emotivas, agregando cantos y bailes a la liturgia y usando traducciones.  Lo que fue muy común en los Estados Unidos, se llamo” Servicios Creativos". Esto significó reescribir las oraciones para intentar darles un "toque más contemporáneo”. El mito: Los servicios creativos reemplazarán nuestras "anticuadas" oraciones que tienen mas de 2000 años de existencia, por rezos modernos, que incluyen citas de grandes pensadores como de Martín Buber, del Rabino Shimshon Rafael Hirsh e incluso de Moshé Dayán, todo esto para parecer más moderno, ¡mas adecuado a la época!

El Rabino Emanuel Feldman es uno de los grandes líderes de la comunidad Judía norteamericana. El analiza estos "Servicios Creativos"  planteando uno de nuestros principales interrogantes al respecto: ¿Debemos o no cambiar nuestros libros de oraciones para ayudar a los judíos a realizar esta mitzvá (precepto) de orar?, además, basado en su vasta experiencia en servicios tradicionales, nos explica cómo lograr una mayor acercamiento a la oración.

Relata el Rabino Feldman: “He estado estudiando dos folletos que aparecieron recientemente sobre "servicios creativos": "Shalom, un servicio suplementario contemporáneo para Rosh HaShana" y "Una Hagadá para nuestro mundo actual" de Baruj Raskas. Este material está considerado dentro de lo mejor que se ha escrito sobre liturgia judía contemporánea. Uno ve en ella una devoción positiva y un verdadero deseo de alcanzar lo espiritual. Es a la vez un tipo de ejemplo de todo lo que es legítimo y es problemático en este género.

De hecho nos enfrentamos en nuestros días a serios problemas con nuestro judaísmo, especialmente en el ambito de la oración. El principal de ellos es que muy pocos judíos saben el poder de la Tefilla y la gran mayoría no sabe ni siquiera que significa hacerlo como nos enseña nuestra tradición.
Esta liturgia creativa ha surgido porque se ha ido olvidando la oración, la Tefila, tal como la encontramos en el Sidur, y por una convicción casi universal, de que la rezo judío tradicional no tiene sentido, crean un abismo cada vez más grande ante el deseo del judío de hablar con D’s.

Es cierto que los escritores de esta liturgia innovadora han sido motivados por la necesidad existente de encontrar medios para enseñarle a los desconocedores de la oración, que no debe temer "comunicarse y conectarse" con D’s. Es en cierta forma darles confianza y seguridad, experimentando esta nueva técnica. Buscamos un puente, un camino para aquéllos que no oran, que no pueden hacerlo o no saben como hacerlo.

El propósito es bueno, pero estos nuevos servicios tienen grandes problemas, ¡prometen cosas que no pueden cumplirse!. Los mismos nombres que se se les ha dado a este género, -“Oracion creativa”, “Conexión importante", “oración contemporánea", "celebración”, son términos más bien pretenciosos, que desafortunadamente refuerzan la triste impresión de que el Sidur es poco creativo, es obsoleto, es falto de conexión, y que en cierto modo, hoy en día, no tiene importancia ni valor alguno.

Este tipo de oraciones creen ofrecer experiencias religiosas en "nuevos horizontes", encuentros con el Todopoderoso con nuestras propias mentes extraordinarias y ua conexión con fuerzas motivadoras y salvadoras. Pero todas estas esperanzas se desvanecen cuando el inocente devoto abre estos coloridos y creativos folletos,  descubriendo que entre oraciones tradicionales destrozadas, hay una antología de diversos textos, una mezcla extraña de poesías, filosofías y textos de "hombres famosos", frecuentemente conmovedores y auténticos, pero que no hablan del "Melej Maljé, HaMelajim" (El Rey de los Reyes) que buscamos desesperadamente para conectarnos con El por medio del rezo sincero. Por ejemplo, refiriéndome en general a los servicios creativos, usan textos como el del  "El milagro de estar vivo" de Walt Whitman que es hermoso, pero ¿a  esto le llaman oración judía?

Usando citas de Moshé Dayán medianamente interesantes en el contexto de la fe judía, serán muy interesante para la historia de Israel, pero ¿cómo puede existir en un libro de oración una definición de fe que incluya al General Dayán y omita por completo la fe en D's?, ¿Es acaso esto parte de la oración?

Los aforismos sobre la vida de Henry Ward Beecher son inofensivos, pero ¿Son éstas acaso oraciones judías? ¿No existe aquí, acaso algo que puede ser compartido por otras doctrinas o religiones com por ejemplo, un budista y un ateo simultáneamente?

Aquellas lecturas que muestran un intento consciente de ser un creyente judío, y también “contemporáneo”, eliminando el pasado de Am Israel y su vasta literatura litúrgica, ¡son alarmantes! Boletines informativos sobre el sudeste asiático, ecología o las lechugas de California ¿sirven acaso para mantenernos “comunicados espiritualmente y mantener una estrecha relación con D’s”? Recordemos que todo es importante, todo es información positiva, pero con toda franqueza están fuera del contexto, es mas, algunos de estos textos nos revelan una sinceridad y honestidad palpable, pero que no “entusiasman” espiritualmente para conectarnos a El.

Otras de las características de esta liturgia es que los "creativistas", irónicamente, no dejan nada para la imaginación del devoto. La esencia misma de la oración es la avodah she ba lev (el servicio del corazón), en otras palabras, son miles de chispas que una simple palabra puede encender dentro de nosotros como dice el profeta: "¿No es mi palabra como fuego y como martillo que quebranta la piedra?" (Jeremias 23:29)

El Shema Israel, la Amida, Barejú y Kedushá (diferentes partes del servicio tradicional), pueden llegar al alma de mil maneras distintas sin articular una sola palabra. Pero los "creativistas" insisten que con sus extensos sistemas de meditaciones, diciéndonos lo qué debemos sentir y pensar, en cada momento, destruyen lo implícito con sus cambio explícitos.

No lo niego, ciertamente dentro de la tradición hay lugar para la oración personal y espontánea. ¿No dice acaso Maimónides que toda oración a D’s, ya sea formal o espontánea, cumple con la mitzvá de Tefila -oración?. Pero como venimos explicando, la "liturgia creativa" actual no es una “oración espontánea”, solo está “espontáneamente” codificada, Impresa, resumida, formalizada dentro de un hermoso envoltorio, muy atrayente, pero no concuerda en absoluto con la formalidad tradicional que busca reemplazar.

Creo que los "creativistas", al reconocer que hay un problema en la oración, han enfocado el asunto desde un solo punto de vista. Están trabajando aparentemente sobre la premisa de que la oración tradicional es esencialmente un asunto de palabras, frases y oraciones gramaticales, y como las palabras del Sidur parecen para ellos ser antiguas y "fuera de moda", deben formularse nuevos planteamientos.

Pero éste es precisamente el problema: La oración tradicional no es meramente un asunto de palabras, sino que las usa para crear un estado de introspección espiritual; un estado en que el hombre está dispuesto a escuchar lo que D's ha dicho y nos está diciendo hora. Lo que grandes hombres como el Rey David han dicho, y está diciéndonos hoy.

La oración tradicional fue compilada por nuestros sabios, para estar en armonía con nosotros mismos y ser capaces de participar en este coloquio eterno con el Creador, hombre, Israel, pasado, presente y futuro.

Nuestras "bobbes" y "zeides"" (abuelas y abuelos) no “crearon” y no "innovaron”,  es por ello, quizás, que sollozaban  y lloraban cuando rezaban. La verdadera devoción judía es más que una mera verbalización de sentimientos privados, sin importar cuan conmovedores, solemnes y auténticos puedan ser. Ser sincero y tener una buena voluntad son grandes cualidades, pero se necesita mucho más que eso para convertirse en un Shakespeare, un Beethoven o un Chagall, y por supuesto en un “escritor de oraciones”.


El culto judío abarca muchísimo mas, es un encuentro con el Señor de Israel, con el Creador del mundo y con el pasado, presente y futuro del pueblo judío, y también con nuestro destino histórico como el Pueblo Elegido.

Amor, paz, celebración, universalidad, comunidad, fraternidad, son palabras hermosas. Pero al usarlas en una forma poética, no constituye necesariamente una búsqueda, un anhelo de llegar al Señor de Israel, que es el objetivo y el tema de la Tefila - la oración judía. Lo que que dicen “Tenemos hoy un servicio innovador”  sabemos que ¡desaparecerá mañana! ¿Es esto eternidad?

Ahora es el momento de volver a evaluar estos conceptos y buscar un camino diferente. Deberíamos  tomar en serio el Salmo 65 que dice  "Para Tí, silencio es alabanza”, en vez de esa búsqueda frenética por algo nuevo. Los reformistas deberían más bien permanecer callados frente a nuestra oración tradicional y volver a considerarla. En vez de desvirtuar el Sidur, sería mejor que innovaran explorando las sutilezas y belleza de la liturgia judía tradicional.
Antes de “actualizar ceremoniosamente” la tradición, sería mejor aceptar honesta e intelectualmente el desafío de enseñarle a los judíos a apreciar la grandeza reverente de la liturgia, por ejemplo de Rosh Hashaná, la minuciosa precisión de nuestra Amidah (oración silenciosa) de todos los días; las palabras sutilmente entrelazadas en el texto clásico de los Salmos, los temas y ritmos cuidadosamente forjados de los Pesuké de-Zimrá -los salmos de alabanza antes de decir el Shma. El resplandor y elegancia del servicio de Kabalat Shabat los viernes en la noche, la gracia y fuerza de la oración tradicional para los días de fiesta y la intensidad y la majestuosidad de la liturgia para Yom Kipur. Así como enseñamos  a apreciar la música y las artes, enseñemos a apreciar la oración clásica judía.

Pero esto, también tiene su dificultades, miembros de algunas comunidades quieren una experiencia sin preparación, sin conocimiento sin estudio previo, buscan solo la gratificación inmediata, la experiencia espiritual instantánea. La mejor forma para comenzar es enseñando: cuando, como, qué fue y que es la oración de Israel.

¡Los patrocinadores de esta causa, están confundidos! Al poner énfasis en nuevas formas de oración bloquean de partida el puente que deseamos abrir.
El camino a D's no está en el uso de nuevas técnicas; no lograremos el rezo con sentimiento vanos, y el propósito espiritual con guitarras y cantantes. La senda que nos llevará a la tefilah es la tefilah. Por qué no poner el énfasis en la idea de que la oración tradicional une a un judío con cien generaciones de judíos que oraron de esa forma antes que él, y también a sus hermanos de Rusia, Israel, Siria, México, Turquía y Australia, que también pueden estar rezando en ese momento con la misma liturgia. La oración tradicional convierte al individuo en una parte integral de una comunidad. Entonces ¿Por qué no aprenderla y emplearla para acercarnos a D's orando?

Es muy probable que al exponernos a la inmensa riqueza de la oración tradicional y su significado, tanto intelectual como emocional,  en el mismo idioma que usaron nuestros antepasados, nos daremos cuenta claramente de que incluso los intentos más sinceros de escribir oraciones, serán inevitablemente en vano.

El Rabino Feldman agrega una nota de su propia experiencia: como Rabino también tuve problemas con una congregación que no sabía que es y como se hace la tefila. Durante años realizamos todos los viernes un tipo de servicio "creativo" agregando lecturas en inglés, celebrando cumpleaños en Shabat, y haciendo servicios especiales para la juventud. Me di cuenta que la gente venía esporádicamente, pero nada lograba conmoverla. Luego comenzamos a "innovar”. Eliminamos el "último espectáculo" de los viernes en la noche  y restauramos la oración tradicional de los sábados en la mañana como punto clave de la semana. ¡Dejamos de lado todos los trucos y artimañas!

Comenzamos a utilizar el inglés sólo para el sermón, y éste no es ni siquiera un aspecto regular del servicio. Empezamos a enseñar a rezar a nuestros congregantes con distintos métodos. Ellos reconocieron en esto un intento honesto por restaurar la tradición sin artificios, y su respuesta fue muy positiva.

Nos demoramos unos cuantos años en alcanzar nuestra meta pero ahora, unas trescientas personas de esta joven comunidad ortodoxa  de quinientas familias va a rezar al "shul" -sinagoga- en Shabat. Además, nos sentimos orgullosos de nuestros jóvenes que van a la escuela, o cuando se casan y forman familias no logran sentirse a gusto en otro tipo de servicio, ni siquiera en los "creativos", porque añoran la oración tradicional, la auténtica tradición que nosotros les entregamos.

Concluimos que debemos replantear la “conveniencia” de esa tendencia innovadora en la oración.  No tenemos poetas que puedan igualar la profundidad y belleza de los salmos y oraciones del Sidur, nuestros esfuerzos no son mas que una mala imitación, sustitutos temporales que en algunos casos tienden a transformarse en accesorios permanentes que menosprecian la oración tradicional y finalmente la eliminan en favor de la imitación.

Si seguimos reformando, estamos siendo desleales con los jóvenes que sin educación judía, se cansarán de este tipo de judaísmo que habían considerado auténtico, y rechazarán finalmente ambos, causado la asimilación.

Debemos hacer una reevaluación y lograr un estado de calma con el que podamos escuchar lo que tienen para decirnos los más sabios y santos que nosotros, que están en mayor armonía con D's. Quizás entonces lo lograremos, esto si será creativo y sin duda una gran innovación.


Basado en un artículo de Rav Emanuel Feldman



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