Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

Parashat Kedoshim

BS"D ALGO MUY, PERO MUY SABIDO “No odiarás a tu hermano con tu corazón…” (Vaikra 19,17) Todos sabemos muy bien, dice el rab hagaon Iaacov Noiman ztz”l, que si una persona me hace algún mal (o que aunque me está haciendo un bien, y
First slide

BS"D

ALGO MUY, PERO MUY SABIDO

“No odiarás a tu hermano con tu corazón…”

(Vaikra 19,17)

Todos sabemos muy bien, dice el rab hagaon Iaacov Noiman ztz”l, que si una persona me hace algún mal (o que aunque me está haciendo un bien, y a mí me parece que me hace un mal), tengo terminantemente prohibido devolverle ese u otro mal, porque ya me lo ordenó la Tora: no te vengarás ni guardarás rencor! Nuestra obligación es perdonar y sacar, arrancar o borrar ese odio que queda en nuestro corazón.

Lo sabemos perfectamente, pero qué difícil es hacerlo! Eso es exactamente lo que no sabemos hacer, ¿y qué podemos hacer?, ¿cómo se gobierna sobre el corazón? Pueden pasar años, y el rencor siempre está presente, esperando la oportunidad para cobrar venganza, y cuando esa oportunidad aparece, no tenemos como frenarnos…

El Maran, rab hagaon Israel Salanter ztz”l nos trae la solución en su libro “Tnuat Musar”, y nos asegura que su sistema está probado, y funciona! Si una persona me hace un mal, yo tengo que devolverle con un bien! Pagar con bien al mal, y con eso logramos arrancar el odio del corazón y también convertimos y renovamos una relación “golpeada”, formando una nueva y profunda amistad, de ambas partes…

Existen innumerables relatos sobre la conducta tan especial de rabi Israel Salanter ztz”l, como pagaba con bien cuando alguien le hacía un mal.

Podemos ver, en la práctica, si una persona le hace un mal a otra, y esta persona que sufrió el mal, es una persona callada que no acostumbra a contestar, ni conversar de más, se alejará del que le hizo el mal y no hablará nunca más con él, como está escrito, “…y no terminará sus palabras en paz”. ¿Cuál es el problema de este accionar?

Que el odio queda para siempre en su corazón. En cambio, si su reacción será hacerle un bien al que le hizo el mal, esto borrará el odio del corazón. El problema reside en que esto no es tan fácil de hacer, no resulta sencillo hacerle un bien a la persona que odiamos porque nos hizo algo malo.

Todo el mundo habla sobre las buenas cualidades y sabemos muy bien que las no buenas no son apropiadas para el normal desenvolvimiento de una sociedad civilizada, éstas sólo nos traen sufrimientos y penas, mientras que las virtudes son la base que nos permite cumplir con la Tora, como dijo rabi Akiva: amarás a tu prójimo como a ti mismo, es la gran regla que nos enseña la Tora. Y agrega el Saba Mikelem ztz”l, no solamente es lo que nos enseña la Tora sino que es fundamental para poder cumplir con ella, como lo confirmó el rab Jaim Vital ztz”l en su libro “Shaare Kedusha”: encontramos que las malas cualidades son un impedimento para cumplir con la Tora y sus preceptos, y también cuando a pesar de todo, esta persona pueda cumplir con los preceptos, no se cumplirán con la intención debida ni tampoco con la alegría de cumplirlos, ya que será como una preocupación o un sufrimiento el tratar de cumplir lo que la mente no permite, por esto está dicho que se asemeja a un brillante de oro en la nariz de un chancho!!! Porque la impureza proveniente de las malas cualidades pretende salir a la luz y nosotros estamos intentando cubrirla, hasta que se produzca una tremenda explosión... Ya dijeron nuestros jajamim: si tenemos el mérito haremos de la Tora nuestra fuente de vida, si no, lo alenu, se convertirá en el veneno que nos mate!

Y aunque podamos evitar, momentáneamente esa explosión, de todas formas, no se ve ningún cambio en lo referente a las buenas cualidades, porque no podemos aprender lo más primordial, hacer el bien cuando recibimos un mal. Como nos enseña la Guemara, en el tratado de Baba Metzia (hoja 32b), en el caso en que tenemos delante dos personas, una que amamos y otra que odiamos, cada uno está frente a su burro, y los dos necesitan ayuda, la persona que amamos necesita descargar lo que tiene sobre su burro, y la persona que odiamos necesita levantar lo que tiene en el suelo y ponerlo sobre su burro, la Tora nos ordena primero ayudar a la persona que odiamos, para así poder vencer a nuestro ietzer que nos sugiere lo contrario...

Y vemos nuevamente la base de todo nuestro trabajo sobre nuestras cualidades, arrancar la maldad, el odio hacia nuestro hermano haciéndole un bien. Y la Guemara nos enseña algo mucho más profundo, porque puede ser que nuestro odio aumente al ver que este hombre está pecando, ya que al poner una carga muy pesada puede estar haciendo sufrir al animal, y esta es una prohibición de la Tora, con todo, la Tora nos ordena primero hacer lo que nuestro corazón rechaza, para vencerlo, porque no podemos mentir y decir que lo odiamos por lo que hace ahora, nuestro odio venía de antes, por eso, la Tora nos hace eliminar primero ese odio, el odio a la persona, y si después todavía lo odiamos por lo que le hace al animal, eso no es malo, ya que este odio no es personal, sólo está provocado por este pecado, con lo que buscaremos que este hombre ahora abandone su pecado, y resulta ser que ahora nuestra intención es buena por partida doble. Ya que ahora lo amamos y por eso queremos que deje de pecar, y ese amor también tendrá influencia para lograr su sincero arrepentimiento.

 

“...amarás a tu prójimo...” (Vaikra 19,18)

Estudiamos en la Guemara, continua el rab Noiman, en el tratado de Berajot (hoja 28a), que cuando se enfermó rabi Eliezer entraron a visitarlo sus alumnos y le dijeron: rabenu, queremos que nos enseñes los caminos de la vida para que seamos merecedores de la vida en el mundo venidero.

Rabi Eliezer les dijo: preocúpense por el honor de sus compañero, eviten enseñarle a sus hijos tonterías y siéntenlos en las rodillas de los Talmide Jajamim, y cuando estén rezando, tengan conciencia plena, sepan delante de Quién están parados. Con esto, se harán merecedores de la vida en el Olam Haba.

Y no resulta claro, ¿recién ahora los alumnos se acordaron de pedirle a rabi Eliezer que les enseñe lo más importante que deben aprender?, ¿tenían que esperar hasta el último momento de la vida para pedirle eso a su rabino?, ¿qué les enseñó el maestro durante todo ese tiempo?, ¿es posible pensar que antes nunca les enseñó cómo deben vivir?

Direms que rabi Eliezer siempre les enseñó los caminos de la vida, pero tan grande era rabi Eliezer, que su espiritualidad iba en un constante ascenso, por eso ahora, justo antes de morir, había llegado a su punto más alto, todo lo que les había enseñado hasta ahora estaba de acuerdo a su categoría espiritual anterior, y los alumnos querían saber la enseñanza que podía darles en este momento, cuando llegó a la máxima espiritualidad.

Agregó el Saba Mikelem sobre la elevación espiritual: al mundo venidero se lo llama el día en que todo es largo, y toda cosa de este mundo no es larga sino limitada, en contra del Olam Haba donde cualquier cosa, por más insignificante que sea, siempre es larga, hasta infinita. Podemos imaginarnos una mesa, si decimos que la mesa es larga, significa que la mesa, en su totalidad, es larga, pero eso no quiere decir que cada parte de la mesa también sea larga, en general diremos lo contrario, que solamente con la unión de una cantidad de partes (cortas), obtuvimos la mesa que ahora es larga. En el Olam Haba la cosa es diferente, el Olam Haba es “largo”, y cada parte en que se divide también es larga...

Cada precepto que cumplimos, cada buena acción, cada virtud, son cosas “largas”, cosas que se elevan y elevan siempre, y seguramente rabi Eliezer, ahora, justo antes de su muerte, alcanzó una elevación imposible de imaginar para nosotros, pero sus alumnos, que siempre lo siguieron y palparon esa elevación, sabían que ahora era la última oportunidad, la oportunidad de saber más, algo que todavía su maestro no les había enseñado porque recién en este momento esa enseñanza está a su alcance.

Para nuestra sorpresa, rabi Eliezer no revela secretos ocultos profundamente en la Tora sino conceptos simples. Y les dice, si ustedes quieren conseguir la elevación espiritual como la de una persona que está al borde de la muerte, entonces, cuiden el honor de sus compañeros, y así, con estas cosas simples podrán elevarse más y más, porque lo que eleva a la persona es la Santidad de la Tora, inclusive con cosas tan sencillas, la Santidad de la Tora y ninguna otra cosa...

Jazal dijeron: si no hubiera estado escrito en la Tora, habríamos aprendido a no robar de la hormiga.

Y preguntamos, ¿por qué la Tora nos viene a ordenar sobre cosas tan simples como ésta? Nos dice que no debemos robar, no debemos envidiar, cosas aparentemente lógicas...

Porque si hubiéramos aprendido estas cualidades de los animales, ahora seríamos simples personas (o animales) con buenas cualidades, pero ahora que nuestra Sagrada Tora nos lo ordena, la misma orden de la Tora nos hace elevarnos espiritualmente, nos aporta Santidad, por eso dijeron nuestros jajamim que las cosas sencillas nos convierten en personas cuando lo hacemos solamente porque la Tora nos los ordena.

De acuerdo a estas palabras, comprendemos que, en el momento de la entrega de la Tora, cuando Hakadosh Baruj Hu “habla” con el pueblo de Israel por primera vez desde que Creó los cielos y la tierra, sería entonces la oportunidad para revelarle al pueblo los secretos de la Tora, cosas muy elevadas, y hasta incomprensibles para nosotros. Sin embargo, el Bore Olam se dirige al pueblo con órdenes simples y precisas, con los “diez mandamientos”, cosas que se podrían entender perfectamente con el sentido común, no envidiar, no robar, etc.

Precisamente estas cosas tan simples, cuando las cuidamos porque están ordenadas con la Santidad de nuestra Tora, nos elevan hasta hacernos llegar a las alturas celestiales, y nos hacen entender todos los secretos de la Tora y cuáles son las columnas que sostienen al mundo.

Por eso rabi Eliezer aconseja a sus alumnos, si ustedes quieren saber cómo llegar a la máxima altura espiritual, esa categoría a la que puede llegar un Talmid Jajam como rabi Eliezer solamente unos instantes antes de dejar este mundo, entonces, cuiden las cosas más simples, y así alcanzarán la altura máxima, ese es el único camino.

Darje Musar.

Leiluy Nishmat

Harav Arie Halevi Bloj zz"l



Articulos Relacionados

Inscribite
Contactanos