Mijael Polaj
Para Reflexionar Juntos

Quienes somos

Se cuenta de un abogado recién recibido que estaba tratando de conseguir trabajo en distintas empresas. Llegó a la entrevista en el servicio fiscal y la respuesta fue: "Lo sentimos mucho, pero no hay trabajo para usted". Golpeó la puerta en oficinas privadas, pero desp
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Se cuenta de un abogado recién recibido que estaba tratando de conseguir trabajo en distintas empresas. Llegó a la entrevista en el servicio fiscal y la respuesta fue: "Lo sentimos mucho, pero no hay trabajo para usted". Golpeó la puerta en oficinas privadas, pero después de entrevistas, exámenes y grafología, la respuesta fue similar.

Antes de llegar a la desesperación se puso a pensar: "Con todos estos años de estudio y las excelentes calificaciones que obtuve, ¿cómo puede ser que no logre encontrar algo?"; y se puso en contacto con el profesor de la cátedra para preguntarle qué podía hacer.

Con mucha integridad, buen humor y seguro de si mismo, nuestro joven abogado alquiló un departamento, compró muebles y ordenó una línea de teléfono. "Ahora sólo faltan los clientes", pensó.

Pasaron uno, dos, tres días y… qué pasa con los clientes!

Finalmente, al cuarto día tocan la puerta. Nervioso y excitado toma el teléfono y comienza a hablar como si estuviera en la mitad de un pleito. Entre términos legales y palabras sofisticadas, hace una interrupción e invita cordialmente a la persona que estaba en la puerta a entrar.

"Perdone que lo moleste" - dice el individuo que acababa de entrar.

"No es ninguna molestia" - dice el abogado - "espéreme un minuto, estoy terminando los detalles de un importante caso con el fiscal del distrito…".

"Disculpe la molestia" - vuelve a decir el individuo - "soy de la compañía telefónica y le vengo a conectar la línea!".

 

En Búsqueda de la Verdad

Este cuento que escuché de un amigo puede ser la triste realidad en la cual vivimos. Tratamos de buscar nuestro medio y no lo encontramos. Nos aconsejamos con malas influencias, y el orgullo y las mentiras no nos permiten enfrentar la realidad.

Cuando tratamos este delicado tema de "quién es judío", no debemos olvidarnos de que somos hasta el día de hoy la única "civilización" que vió pasar a todas las otras y todavía sigue íntegra con la misma fe, creyendo en el Único Di-s y la misma Torá que recibimos hace mas de 3300 años atrás.

Muchos se levantaron en contra nuestro tratando de aniquilar nuestra alma y nuestro cuerpo. Por citar algunos ejemplos podemos recordar a los pueblos de Amalek o Moav, y salteando varias generaciones, a Babilonia, Grecia, Roma, la inquisición en España, Portugal y Lima (Perú), y aún más cerca en la historia, en nuestra generación, sufrimos del Nazismo, la misión Cristiana, etc.

Este "am segulá" - pueblo elegido - por muchos años fue atacado, perseguido y aniquilado, y todos los golpes llegaban de una forma u otra a la espalda de los judíos. Pero, ¿qué es esto de seguir siendo, y seguir queriendo ser judío? Aún más: hoy en día vemos que miles y miles de no judíos en todo el mundo se sienten atraídos al judaísmo, y piden ser parte de nuestro pueblo! ¿Qué está pasando?

Uno de los valores más importantes es la verdad - "emet" en hebreo. La palabra emet se escribe con las letras alef, mem y tav, y el valor numérico de la letra alef es uno. Si a la palabra emet le quitamos la letra alef nos queda mem y tav, la palabra "met", que significa "muerto". Esto significa que si separamos de la verdad al Único (uno) del mundo, es decir a D'os, nada nos queda.

Vemos que la verdad es un pilar en la vida y sin la verdad es difícil o imposible vivir. Tenemos que entender que la verdad es la parte esencial de la búsqueda de todo ser humano y así como lo vimos en el cuento mediante el cual comenzamos, si nos sorprenden mintiendo, la vergüenza puede ser aún más grande.

 

El Judío en el Pensamiento Bíblico

En el libro de Ester (2:5) encontramos que el texto se refiere a Mordejai como "Mordejai haiehudí" - "Mordejai el judío" y Nuestros Sabios en el Talmud formulan una interesante pregunta:

"¿…Y por qué es llamado iehudí (de la tribu de Iehudá) si él era ieminí (de la tribu de Biniamín)? Porque renegó de la idolatría y todo aquel que reniega de la idolatría merece ser llamado iehudí…" - “…ve amai kri le yehudi, al shum she kafar be avoda zara, she kol hakofer be avoda zara nikra yehudi” (Meguilá 13a).

El Talmud nos enseña esta idea en el libro de Daniel: “Habían hombres “judíos” (yehudain) que se abstuvieron de la idolatría de Babilonia… a sus dioses no adoraron y al ídolo de oro que erigió el rey, no se prosternaron” (Daniel 3).

Nuestros Sabios en el Midrash Rabá formulan también una pregunta similar:

"¿…Y por qué es llamado iehudí (de la tribu de Iehudá) si él era ieminí (de la tribu de Biniamín)? Porque unificó el Nombre del Santo, bendito es Él, delante de todas las personas del mundo… y por cuanto que unificó el Nombre del Santo, bendito es Él, es llamado iehudí - como iehudí iejidí".

Aquí encontramos que el Midrash aprende de la cercanía en la pronunciación entre las palabras iehudí (judío) y iejidí (único), que Mordejai fue llamado iehudí pues proclamó la unicidad de D'os en el mundo al negarse a prosternarse delante de Hamán y su imagen.

Otra referencia la encontramos en Divrei Hayamim (Apocalipsis) sobre Bitiá, la hija del Faraón que rescató a Moshé de las aguas del Nilo: "…Y su esposa la judía dió a luz a Iered…" (Divré Haiamim I -I Crónicas- 4:18).

Pregunta el Talmud:

"Si su nombre era Bitiá, ¿por que acá se le llama Yehudit, (que es la forma femenina de Yehudi)? Porque renegó de la idolatría…", la idolatría egipcia de la casa de sus padres y comenzó a creer en El Di-s Unico.

Vemos en estos dos casos que el Talmud y el Midrash se refiere básicamente a lo mismo. La pregunta que corresponde hacer es ¿por qué el mundo nos conoce como iehudim (judíos), si nuestros antepasados fueron llamados Ivrim (hebreos)? A lo largo de todo el Tanaj somos llamados AM ISRAEL, aparte de la referencia en la Meguilá, sólo en el libro del Profeta Zejariá (Sacarías 8/23) encontramos “ISH YEHUDI “.

Nuestro Padre Abraham es llamado IVRI, Itzjak es llamado Ish Ivri, Iosef es llamado Naar Ivri, cuando la Torá nos relata sobre Moshé en Egipto, el pueblo es llamado IVRI.

El profeta Iona (Jonas) al ser cuestionado sobre su pueblo nos dice:

“yo soy hebreo, a Di-s y al Todopoderoso, Creador del cielo Le temo, Quien creó el mar y la tierra…”.

Entonces, la razón más simple para contestar a nuestra pregunta es que después del fallecimiento del Rey Shelomó (Salomón) la corona se dividió en dos reinados, el reino de Iehudá al sur conformado por las tribus de Iehudá y Biniamín, y el reino de Israel al norte conformado por el resto de las tribus. Y por cuanto que el reino de Iehudá fue el que tuvo más duración, después de su destrucción, cuando su gente fue llevada al exilio babilónico fueron llamados iehudim pues provenían del reino de Iehudá.

Sin embargo, el Maharshá (Rabí Shemuel Eidels, 1555 - 1632), comentando el pasaje del Talmud del tratado de Meguilá que recordamos anteriormente nos enseña una explicación bastante novedosa. Él dice que las cuatro letras que conforman el Nombre de D'os (iod, he, vav y he) están incluidas en la palabra iehudí (iod, he, vav, dalet, he)..

La letra que no está presente en el nombre de Di-s es la dalet. El valor numérico de la letra dalet equivale a cuatro y ella simboliza los cuatro puntos cardinales; y esto podría llegar a representar la idea de que en todos los exilios donde el pueblo de Israel ha sido dispersado a lo largo y ancho del mundo, en los cuatro puntos cardinales, el iehudí tiene por función santificar públicamente el Nombre de D'os en el mundo, cumpliendo su función de ser el pueblo elegido, como está escrito: "Y ahora, si habréis de escuchar Mi voz y cuidaréis Mi pacto, ustedes serán para Mí algo preciado de entre todos los pueblos, pues Mía es toda la tierra. Y ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y un pueblo sagrado…" (Shemot 19:5).

Encontramos que en el pensamiento bíblico el judío es quien se apega a la verdad renegando de toda clase de idolatría por mínima que sea, y está dispuesto a entregar su vida antes de cambiar su fe en el D'os Único, en el D'os de la verdad. Y de hecho, esto lo hemos visto muchas veces a través de la historia cuando los judíos fueron forzados por griegos, romanos, cristianos y musulmanes entre otros, a abandonar su fe y rechazar su original forma de vida, bajo amenaza de muerte o torturas, mas nuestro pueblo optó por dar la vida "al kidush Hashem", es decir, para santificar el Nombre de D'os y la veracidad de Su Torá.

Por otro lado, tenemos la obligación de estudiar, mantener y cumplir todo lo que la Torá y el Tanaj (la Biblia) nos enseñan - estando prohibido agregar, cambiar o eliminar cualquier precepto o parte de él, como dice la Torá:

"No agreguen a lo que yo les ordeno a ustedes para hacer, y tampoco diminuyan de eso" (Devarim -Deuteronomio- 4:2)

Así también encontramos en el Talmud, que comentando el último versículo del libro de Vaikrá: "Estas son las mitzvot que ordenó D'os a Moshé para los hijos de Israel en el Monte Sinai" (Levítico 27:34), nos enseña:

"'Estas son las mitzvot…' - de aquí aprendemos que ningún profeta tiene el permiso de enseñar algo nuevo desde aquel momento" (Shabat 104a).

Nuestros Sabios nos enseñan que la intencionalidad de este versículo es decirnos: "Estas son las mitzvot que ordenó D'os a Moshé para los hijos de Israel en el Monte Sinai, y no otras", pues ni siquiera un profeta puede agregar o quitar un mandamiento a lo que está escrito en la Torá.

Además, es interesante notar que además de prohibir claramente cualquier agregado, sustracción o cambio en Devarim 4:2, como recordamos anteriormente, encontramos que la Torá hace más de 3300 años repite por segunda vez esta prohibición tan sólo algunos capítulos más adelante, al referirse a los falsos profetas que pudieren surgir en nuestro pueblo:

"Todo lo que yo les ordeno a ustedes lo cuidarán para hacer, no le agregues a eso y tampoco diminuyas de eso".

De todo esto aprendemos que un judío - que es alguien que se debe caracterizar por una ferviente búsqueda de la verdad - no puede ni debe aceptar otros libros post-bíblicos fuera de los conocidos como el Tanaj (la Biblia) que se terminó de compilar en el siglo III antes de la era común, y que está compuesto por la Torá , los Neviim y los Ketuvim - es decir por los cinco libros de Moshé, los libros de los Profetas y las Escrituras o Hagiógrafos*.

 

El Judío en el Judaísmo

Por otro lado, el judaísmo le brinda a los no-judíos la posibilidad de abrazar la fe y la tradición de nuestro pueblo si se convierten de la manera correcta y con la intención correcta.

 

Conclusión

Por muchos años han habido polémicas teológicas, tal vez las seguirán habiendo, pero hay que tener muy en claro la posición del judaísmo al respecto. Shemá Israel HaShem Elokeinu HaShem EJAD.

Él es uno, no tiene hijos ni representantes humanos en la tierra. La Torá, Su sabiduría, nos la entregó para ser estudiada y para poder entender - con nuestras limitaciones - cómo podemos acercarnos a Él y cumplir con los preceptos que Él nos ordenó.

Él no se equivoca, no entrega un Antiguo Testamento y después lo renueva porque las circunstancias han cambiado. Él vió, ve y verá desde el comienzo del mundo hasta el final. Él nos creó y Él sabe cómo es el hombre.

¡En Su Torá nos enseñó cómo vivir!



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