Rav Nissim Bahar z\"l
Para Reflexionar Juntos

Shalom, paz

Hola, hola… Chao, chao… ¿Acaso dijimos algo?, está bien, nos saludamos, pero han pensado alguna vez ¿qué significa saludarse?; usamos términos establecidos por un medio social para recibir al otro o despedirnos de él; en otras palabras, no
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Hola, hola… Chao, chao… ¿Acaso dijimos algo?, está bien, nos saludamos, pero han pensado alguna vez ¿qué significa saludarse?; usamos términos establecidos por un medio social para recibir al otro o despedirnos de él; en otras palabras, no mostramos un interés especial en lo que estamos diciendo, es una mera formalidad.

A veces pasamos a un nivel mas alto de saludo, con un: “hola, ¿cómo estás?”. Así demuestro que algo me importas, quiero saber de ti, quiero que me cuentes algo.

En el judaísmo el saludo no es solo un modo de recibimiento cuando te encuentras con otra persona. Shalom es un deseo, una bienvenida, viene de la misma raiz de Shlemut- completo

Nuestros sabios nos enseñaron las cualidades del shalom diciéndonos que El Creador del mundo escogió la paz, el shalom, como instrumento mediante el cual posa Su Bendición sobre Israel, más aún, tan grande e importante es la paz, que Shalom es uno de los nombres de D-ios.

La paz es tan estimada por D-ios, que todas nuestras plegarias, así como la Beraja de los Cohanim, los sacerdotes, terminan con la mención de Shalom. Esto nos enseña que nuestras rogativas no se aceptan si no existe Shalom entre nosotros.

Se permite incluso mentir en algunos casos, a fin de salvaguardar el Shalom

Una pareja siempre debe buscar el Shalom Bait, la plenitud y el entendimiento mutuo para formar un hogar. Todo hogar en que reina la paz, es querido por el Cielo.

El Sabio Hilel decía: "Debes pertenecer a los discípulos de Aharon Hacohen, que amaba la paz y perseguía la paz”. O sea, que uno debe seguir su ejemplo; cuando éste encontraba a alguna persona pecadora, le saludaba amistosamente interesándose por ella; cuando luego se presentaba a ésta la ocasión de seguir pecando, se acordaba del honor que Aharon Hacohen le había dado. Pensando en la vergüenza que le ocasionaría el próximo encuentro con él, se abstenía del pecado.

El que reconcilia a dos amigos y hace las paces entre ellos, gozará de mucho bien en este mundo y en el mundo venidero.

Cuando dos personas estaban en pleito, se dirigía primero a una de ellas y le decía que su adversario reconocía su culpa y estaba arrepentido por lo ocurrido. No se separaba Aharon de él, sin descartar de él su resentimiento. Luego se dirigía a la segunda persona y le hablaba de la misma forma hasta obtener el mismo resultado. Luego causaba un encuentro entre ambos y los reconciliaba. De la misma forma actuaba con marido y mujer en pleito.

Aquél que persigue la paz, su oración es siempre recibida.

Otra forma de mantener la paz, el Shalom, es no vengarse ni guardar rencor.
Un ejemplo sencillo ilustra esta prohibición: si uno rehusa prestar un objeto a su compañero, pues éste anteriormente rehusó un favor similar, actúa por venganza; por otro lado si accede a prestárselo, pero sin embargo le menciona a su compañero que no se comporta como él, que antes se rehusó - actúa con rencor.

No es fácil contenerse, debemos siempre aspirar al Shalom entre dos personas, se debe hacer un esfuerzo heroico a fin de evitar toda venganza o sentimiento de rencor.

No se debe guardar rencor aún a un enemigo. Nuestros Sabios nos recomiendan: "Si un amigo y un enemigo necesitan tu ayuda, da prioridad a tu enemigo".
No se debe guardar rencor por alguna ofensa o por algún daño causado por el prójimo, sino que se tiene la obligación de perdonarle en su corazón.

El Creador del Mundo desea que las personas se quieran y se honren mutuamente, El Creador nos alienta a buscar la paz. Las personas han de comprender que el mal que le causa el prójimo, en realidad está enviado de los Cielos con objetivo de expiación de pecados y el prójimo es tan solo un intermediario; no cabe, por consiguiente, guardarle rencor.

Aún por daños físicos o por ofensas a tu honor, cuando te pidan excusas, sé indulgente y perdona de inmediato. Aún si el ofensor no te pidió excusas, perdona y olvida, ten buen carácter y anula inmediatamente todo resentimiento. Así lograrás ser como aquel Jasid que no dormía de noche antes de estar en paz con todos. Si lo haces así, lograras la satisfacción y la paz interior, el Shalom, la plenitud.

"No guardes rencor en ningún caso, olvida de prisa todo el mal que te causaron. Si te acostumbras a actuar así, amarás fácilmente a todos, vivirás feliz toda tu vida y gozarás en el mundo futuro de las delicias del Gan Eden".

"D-IOS DA PODER (el poderío de laTorá) A SU PUEBLO, D-IOS BENDECIRÁ A SU PUEBLO CON "PAZ" (Salmo 29)

Texto adaptado del libro “Guia para la practica del judaismo” por el Rav Nissim Behar z”l con autorización de la familia.

 



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