Sucot es una fiesta muy misteriosa. Imagínese que usted es un marciano que llega al planeta tierra durante la fiesta judía de Sucot. ¿Qué vería? Gente dejando la comodidad de sus acogedores hogares que se instalan en precarias chozas. También vería a

Para empezar a descifrar el misterio de Sucot, debemos hacernos una pregunta. (Los judíos son especialistas en contestar una pregunta con otra). Al buscar en la Tora una descripción de Sucot, encontramos algo extraño:

"Durante siete días habitaréis en cabañas; todo ciudadano de Israel residirá en cabañas. Sabrán que Yo (Di-s) hice que el pueblo de Israel morara en chozas cuando lo saqué de Egipto..." (Vayikrá 23:42-3).

La Tora nos está diciendo que vivimos en chozas durante Sucot para conmemorar que estuvimos en chozas similares hace 3.500 años cuando dejamos Egipto. Todos sabemos que el pueblo de Israel se fue de Egipto hace 3.500 años en Pésaj, durante el mes de NIsán, ¡Por lo tanto, según la Tora, el mes de Sucot debería estar inmediatamente después de Pésaj, puesto que nos asentamos en chozas poco después de salir de Egipto! No obstante, sabemos que Sucot se celebra hoy en día después de Yom Kipur y no de Pésaj, es decir, ¡nos equivocamos de mes para celebrar Sucot! ¿Cómo podemos arreglar este supuesto error?

Para encontrar solución a ese enigma, comenzaremos con otra introducción. Ustedes conocen seguramente los dos términos que describen nuestra relación con Di-s, principalmente "Creencia en Di-s" y "Fe en Di-s". ¿Pero, qué significado tienen estos dos términos para nosotros? ¿Quieren decir lo mismo o son intrínsecamente diferentes?

Desde el punto de vista judío, "Creencia en Di-s" está relacionado con "Fe en Di-s" pero son muy distintos. La "Creencia en Di-s" es un concepto esencialmente intelectual, la mente acepta la existencia de un Creador. Muchas veces esa creencia puede ser muy profunda, pero permanece en la esfera del intelecto. La fe, por otra parte, es algo mucho más profundo. Existe fe cuando esa creencia se infiltra hasta la esencia misma de nuestra existencia. Hay fe cuando la persona siente la presencia de Di-s en su vida diaria y en su corazón, no sólo en su mente. Esa fe es vivir con Di-s y no sólo conceptualizar en forma intelectual su existencia.

El relato siguiente nos ayudará a ilustrar este punto. Conozco a un judío muy rico de Sudáfrica que da grandes cantidades de dinero para causas judías. No sólo da el diezmo que obliga la Ley Judía sino que, ¡un amplio 20 % de sus ingresos! (Y no olvidemos, además cuánto se entrega en calidad de impuestos). Cuando le pregunté por qué era tan caritativo, me contestó lo siguiente: "Di-s me hizo rico porque yo doy mucho para caridad". Debo agregar que este hombre ha hecho fortuna por sí mismo, sin ayuda de alguna herencia. Su actitud muestra un alto grado de fe en Di-s. No es sólo una mera aceptación intelectual de la existencia de Di-s sino una vida en que se hace realidad.

De los planteamientos anteriores podemos entonces concluir que la creencia en Di-s precede cronológicamente a la fe en Di-s. Una persona debe primero creer en Di-s en su mente y luego comenzar a desarrollar un lazo emocional con Hashem, el Creador.

Cuando los judíos partieron de Egipto pasaron primero por la etapa de creencia en Di-s y luego fueron adquiriendo confianza (fe) en El. Primero, los judíos fueron expuestos a los milagros de las Diez Plagas -acontecimientos que ciertamente reforzaron su creencia en Di-s-. Sin embargo, fue sólo después de esta "inyección" espiritual, que se les hizo un llamado a seguir adelante, simbolizando así su fe en Di-s ordenándoles dejar Egipto. ¡Y esto fue sin duda un acto de fe! Nuestros Sabios nos cuentan que los judíos tuvieron una vida excelente en los últimos meses que vivieron en Egipto. Los egipcios tenían tanto miedo de las plagas que trataron a los judíos como reyes. Fue entonces un gran acto de fe dejar todo atrás y partir hacia lo desconocido.

Este principio también nos ayuda a comprender porqué se celebra Sucot después de Yom Kipur y no de Pésaj. Yom Kipur es un momento en el año en que los judíos logran tener niveles de creencia en Di-s muy elevados. Pasan un día entero en la sinagoga repitiendo sin cesar su lealtad a Di-s. Es sólo después de alcanzar ese alto nivel de creencia que se nos pide demostrarla a través de un acto de fe, dejando la comodidad de nuestros hogares y viviendo en una Suca durante siete días.

Estar una semana entera en la Suca es realmente un acto de fe. Allí estamos expuestos a todas las fuerzas de la naturaleza, frío, calor y a veces incluso lluvia. Esto nos enseña que todas las cosas físicas de este mundo son simplemente pasajeras y que sólo es eterna nuestra fe en Di-s.

Vemos entonces que el vivir en la Suca no es una experiencia extraña del planeta Marte sino que una profunda experiencia espiritual de trascendencia. Es una experiencia que nos lleva mucho más allá de una mera creencia en Di-s, nos lleva a las profundidades sublimes de la fe. Si no han experimentado nunca el placer de Sucot, quizás éste sea el año para comenzar. Es ciertamente la mejor oportunidad para crecer espiritualmente.