Rav Stephen Baars
Fundamentos

Parashat Kedoshim-18

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La Brecha Generacional
Levítico 19 - 20

"Cuando un padre se queja de que su hijo se ha desviado por el mal camino, ¿qué debe hacer?  Amarlo más que nunca"

El Baal Shem Tov

 

La puerta se abrió despacio y se vió la calle con lluvia. La cabeza de un hombre se asomó; no había moros en la costa y él corrió.  Llegó hasta un poste de luz y miró a su alrededor en busca de perseguidores.  La calle estaba vacía.  Él esperó que llegue su contacto.  Enseguida, una figura alta y oscura se acercó. Se intercambiaron palabras claves. 

"¿Lo tienes?"  - preguntó el contacto con una voz gruesa.

"Sí" - él contestó.  La culpa causó que sus palabras se entrecorten.

Abrió su sobretodo y sacó un cuaderno.  El contacto lo inspeccionó por algunos minutos y sonrió mientras le daba una bolsa de papel marrón.

"¿No quiere contarlo?" - el contacto preguntó.

Sin responder, él dió media vuelta y regresó a su casa, despacio, su cabeza se mantenía hacia abajo como con un dogal.  Él acababa de vender la tarea de la escuela de su hijo.

Esta graciosa historia ilustra un hecho de la vida: a pesar de que los padres saben que ellos quieren lo mejor para sus hijos, el hijo frecuentemente puede llegar a dudar de esa motivación.  La tarea, el tiempo de ir a la cama y los quehaceres pueden hacer sentir al niño que él es un esclavo certificado!  Por ejemplo: el niño puede llegar a imaginar que él tiene que hacer su tarea para que su papá pueda salir y venderla!

Nuestra pregunta: ¿Cómo los padres pueden comunicarle al hijo qué funciones y comportamientos son importantes, sin que el niño sienta que los intereses de los padres están de por medio?  Esto es incluso más importante cuando se trata de temas morales.  ¿Cómo los padres pueden aconsejarlos y dirigirlos de una manera en la que los hijos sientan que es bueno para ellos - y no simplemente la obsesión del padre?

Una relación exitosa - ya sea entre padre e hijo, marido y mujer, o simplemente entre amigos - depende de que ambos lados eliminen el "yo".

 

El Primer Paso

El primer paso es obvio.  Para que el hijo no sienta que hay un interés personal de la otra parte, no debe haber un interés personal.  Esto es sorpresivamente difícil.  Requiere que el padre se mire a sí mismo de manera honesta y profunda, y se pregunte: "¿Cuáles son mis motivaciones?".   Porque lo que nosotros podemos pensar que es "altruismo", puede ser de hecho una proyección paternal.  Lo que frecuentemente es llamado orgullo paterno puede ser frecuentemente  autointerés.  Puede ser sutil, pero el hijo lo capta.

Si las metas del padre para el hijo exceden las propias metas del padre, entonces el hijo va a ver eso como autointerés.  Los padres frecuentemente piensan que un tremendo amor por sus hijos anula el autointerés.  Pero el niño va a ver los pedidos de los padres como los propios deseos de los padres, y no verdaderamente lo que es correcto para el niño.  Después de todo, el hijo piensa: "si sería realmente correcto, entonces mis padres también lo harían!".

Incluso después de que las motivaciones fueron revisadas y los padres están seguros de sus intenciones, las instrucciones paternales frecuentemente se pierden.  Todo el consejo y la guía quedan a un lado cuando el hijo deja la casa o madura.  Años de dirección pueden disiparse en algunos meses de universidad o cuando se van a vivir fuera de la casa.

¿Por qué?

Porque incluso que el padre tenía en mente el mejor interés para el hijo, simplemente no fue suficiente.  El padre le enseñó buenos valores y le dió un gran consejo.  Pero hubo un problema: eran los valores del padre, era el consejo del padre.  Cuando el hijo deja al padre, también deja los valores.  El padre no pudo sacar el "yo" de los valores.

 

Los Padres y el Shabat

La parashá de esta semana nos muestra una gran visión sobre el desafío de educar a los hijos:

"La persona debe respetar a su madre y a su padre, y Mi Shabat debe cuidar.  Yo soy Hashem, tu D'os" (Levítico 19:3).

La Torá conecta el respeto que nosotros debemos dar a nuestros padres con el cuidado del shabat.  ¿Por qué?

El shabat que se menciona aquí es usado como un ejemplo.  Es la representación de todas las responsabilidades morales que uno tiene - honestidad, bondad, caridad, etc.  Nosotros aprendemos de aquí que el respeto a los padres y todas las otras buenas acciones están separadas, pero necesitan estar unidas.

En el corazón del autointerés paternal está el deseo de que el hijo respete al padre.  Todos los otros valores pueden ser de mucha importancia, pero es la falta de respeto lo que generalmente provoca una reacción más fuerte.  Y el problema es que es esta misma reacción lo que indica el autointerés paternal.  Si lo que los padres enseñaron fue verdaderamente tan importante como ellos dijeron que era, entonces valores más importantes deberían recibir por lo menos, una reacción equivalente.  Pero muchos padres se enfurecen con sus hijos porque no los escucharon - mucho más de lo que lo hacen por otras desobediencias!

El padre tiene que asegurarse que así como es requerido del niño que respete a sus padres, así también el niño debe ser bueno y moral.

 

Más Que Ser Consecuente

La gran palabra en la educación de los niños es coherencia.  "Haz lo que yo digo no lo que yo hago" puede sonar bien, pero es arriesgado.  Los niños frecuentemente hacen lo que ellos ven que tú haces, y no lo que tú le dices a ellos que hagan.  El ideal judío iguala el campo de juego para el padre y para el hijo.

El hacer sentir al hijo que las instrucciones del padre respecto de otras cosas deben ser iguales al respeto que el niño debe sentir por su padre, suena mucho más fácil de lo que es.  La clave está en la última parte del versículo: "Yo soy Hashem, tu D'os".  La Torá nos está diciendo que la manera de equiparar el respeto paternal con todas las otras moralidades, es unificar la fuente de la obligación.  Un niño debe respetar a sus padres, no porque los padres le dijeron (lo cual es generalmente la razón), sino porque D'os se lo dijo.  La extensión de esto es que así como D'os dice "Honra a tu madre y a tu padre", Él también ordena todos los otros valores.

Más aún, es el mismo D'os que ordena a los padres los valores y moralidades.  El ver a sus padres cumplir con sus obligaciones no sólo le dá al hijo un sentimiento de cuán serio deben tomar a D'os y a la moralidad, sino que también, automáticamente, coloca al hijo y al padre en un mismo plano.  No para que se hagan amigos, sino para que el hijo pueda relacionarse más fácilmente con su padre quien es también responsable ante D'os..  Sin D'os en la ecuación, el hijo es responsable ante el padre, pero el padre es sólo responsable ante sí mismo - si es que lo es.

 

La Brecha Generacional

Me gustaría sugerir que esto es lo que causa el moderno fenómeno de la brecha generacional.  El dejar de lado a D'os en la educación del niño, no sólo anula una relación con D'os que más tarde el niño querrá encontrar, sino que también - casi inevitablemente - crea una gran barrera entre el padre y el hijo.

La brecha generacional no fue causada por diferentes valores, fue causada por una distinta fuente de esos valores.  Cuando los mismos padres se ponen como la única fuente disponible de moralidad, sus hijos inevitablemente van a dudar de las intenciones y la legitimidad de sus padres.  Y esas son las mismas dudas que tradicionalmente han sido dirigidas hacia D'os.  La generación moderna ha tomado estas luchas entre el hombre y D'os, y las ha puesto entre el hombre y sus padres. 

Así, cuando el niño crece, casi inevitablemente él debe rechazar a sus padres como la fuente de valores y al hacerlo rechaza a sus padres de alguna manera.

Sin embargo, cuando el padre y el hijo son ambos responsables ante D'os, entonces los valores se convierten en temas menos personales en la relación entre ellos.  Cuando ellos están en desacuerdo sobre algún valor en particular, ellos están, por decirlo así, en desacuerdo con D'os, y no uno con el otro.

Educar hijos no es nada fácil.  Yo dudo que la mayoría de nosotros nos demos cuenta cuán difícil es, hasta que vemos lo ineficientes que fuimos.  D, ese momento es con frecuencia demasiado tarde.  Presta atención a aquellos que nos advierten sobre cuán difícil es, pues Nuestros Sabios dijeron: "La persona sabia aprende de los errores ajenos".

No hagas que la educación de tus hijos sea más difícil de lo que es.  Ayuda a todo interesado e incluye a D'os en el mundo de tu hijo.  Juega el papel de un padre… y deja que D'os sea D'os.

Preguntas Para Reflexionar

#1: Si tú pudieras elegir cómo tus hijos saldrían, ¿preferirías que tengan una vida significativa y estén satisfechos, pero sin que tú puedas verlos otra vez.  O, que ellos carezcan de dirección y nunca se sientan satisfechos, pero con la posibilidad de poder verlos siempre que tú quieras?    

#2: Si tú sabrías que el curso que tu familia está tomando eventualmente los llevará al fracaso, ¿qué aspectos de tu vida cambiarías?

#3: ¿Cuáles son los tres aspectos de tu vida o personalidad que no te gustaría que tus hijos hereden?