Rav Yehuda Levi
Haftara Semanal

Haftara Parashat Naso

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Esta Haftará la tomamos del libro de Shofetim -Jueces- 13:2-25

En la haftará de esta semana leeremos acerca del comienzo de la historia de uno de los personajes bíblicos más famosos que tuvo el pueblo de Israel: el juez Shimshón -Sansón-. Al comienzo del relato vemos cómo la futura madre de Shimshón - hasta ese momento, una mujer estéril - recibe la noticia de que dará a luz un hijo. Después de que ella le informó a su esposo Manóaj sobre la buena nueva, él le pidió a D'os que quien se le había aparecido a su esposa anteriormente para informarle eso, se le aparezca a él nuevamente para saber qué hacer con el niño que nacerá, y D'os escuchó su pedido:

"Le dijo Manóaj al ángel de D'os: 'Te demoraremos ahora y haremos delante de ti un cabrito'. Le dijo el ángel de D'os a Manóaj: 'No me demores, no comeré de tu pan; mas si harás un sacrificio a D'os, lo ascenderé' - pues no sabía Manóaj que un ángel de D'os era él. Le dijo Manóaj al ángel de D'os: '¿Cuál es tu nombre? - pues cuando se cumpla tu palabra te honraremos'. Le dijo el ángel de D'os: '¿Por qué es que preguntas mi nombre? Él es oculto'" (13:15-18).

Nuestros Sabios en el midrash (Bamidvar Rabá 10:5) nos explican que Manóaj no se dió cuenta que quien estaba delante de él era un ángel. Él pensaba que su interlocutor era un profeta de D'os, ya que generalmente cuando los profetas cumplían su función como enviados de D'os, el Rúaj Hakódesh (Espíritu de Santidad) que reposaba sobre ellos, provocaba que todos lo que los veían temieran de ellos, ya que los encontraban parecidos a los ángeles.

Manóaj le preguntó su nombre, ya que quería ofrecerle algún tipo de presente por la buena noticia, pero el ángel de D'os no quiso tener ningún beneficio por lo que había hecho, ya que ésta no era la costumbre de los que ejecutan la voluntad de D'os.

Nótese que aquí este ángel se comportó distinto que los ángeles que se le aparecieron a Abraham (Bereshit -Génesis- 18) ya que en aquella oportunidad los ángeles sí comieron de la comida de Abraham Avinu. Pero la diferencia radica en que los ángeles de Abraham se le aparecieron a él como personas, y por cuanto que él los invitó a su casa, no quisieron hacerle sentir mal al no poder cumplir él la mitzvá de ajnasat orjim (hospitalidad). Sólo después de que comieron, los ángeles cumplieron la función que D'os les había encomendado, y es por eso que allí no parecía que recibían recompensa por su misión. Pero en nuestro relato, este ángel, inmediatamente después de que se le apareció a Manóaj cumplió su misión, y en este caso sí iba a parecer que él estaba recibiendo alguna ganancia por su función.

"Tomó Manóaj el cabrito y la ofrenda, y los subió sobre la roca para D'os, y [el ángel] maravillas obraba, y Manóaj y su esposa veían. Y fue que al ascender el fuego por encima del altar hacia el cielo, subió el ángel de D'os con el fuego del altar, y Manóaj y su esposa veían, y se prosternaron sobre sus rostros contra la tierra. Y no se mostró más el ángel de D'os a Manóaj, entonces supo Manóaj que un ángel de D'os era él" (13:19-21).

El Rav Iosef Sorotzkin en su libro "Mégued Iosef" nos muestra una gran enseñanza que podemos obtener de todo este pasaje, ya que es sorprendente lo que vemos aquí.

El ángel obraba maravillas mientras Manóaj y su esposa observaban, pero todavía no estaban seguros quién era ese "hombre de D'os". Luego, al ver que el ángel subió al cielo junto con el fuego del altar, llenos de veneración y temor, ellos se estremecieron y se prosternaron conmovidos por aquella visión. Pero todavía no estaban convencidos sobre la verdadera identidad de ese "hombre". Sólo cuando el ángel de D'os no se les apareció más a ellos, sólo en ese momento, Manóaj se dió cuenta que ese hombre era un ángel de D'os. Lo que no pudieron lograr todos los milagros, lo logró el simple hecho de que Manóaj no lo vió más al ángel!!!

Esto nos enseña - explica nuestro autor - que los milagros y las proezas que una persona puede llegar a ver con sus propios ojos que ocurren delante de él no son ninguna garantía para la santidad y la grandeza de esa persona, ya que también es posible obrar milagros a través de las "fuerzas de la impureza", así como encontramos que con toda su grandeza Moshé Rabenu convirtió el agua en sangre, pero también los hechiceros del Faraón hicieron lo mismo, gracias a la brujería y a la magia negra.

Por otro lado, quien hace una buena acción con su prójimo - específicamente si lo hace a través de milagros - seguro pedirá que le devuelvan el favor, o por lo menos volverá a ese lugar para que lo honren y le agradezcan por su gran acción. Aún si él es un hombre justo colmado de buenas cualidades, y no busca el loor y el honor, de todas formas seguramente volverá a ese lugar para ver lo bueno que hizo y tener alguna clase de provecho del beneplácito que les provocó a los otros. Y por cuanto que es imposible para un ser humano no volver a ese lugar para ver las maravillas que hizo, el hecho de que esa persona no retorne al lugar, demostrará contundentemente que él es un ángel y no un hombre.

Sólo cuando el ángel no se le apareció más a Manóaj (y por la forma que se fue, entendió Manóaj que él no volverá más), entonces supo Manóaj sin ningún lugar a dudas, que ese hombre era un ángel de D'os.