Arrancamos con una pregunta.
¿Usted siente como yo que estamos sumergidos y arrastrados cada vez mas en una sociedad que nos lleva de las narices a lugares y a situaciones que no nos pertenecen? A ver, voy a intentar ser más clara. Uno en la vida, busca materializar la sensación de plenitud, lo que comúnmente llamamos FELICIDAD ¿Quién no quiere tenerla? y dirigimos entonces todas nuestras energías sean físicas, intelectuales y/o económicas en pos de conseguirla.
Justamente el tema puntual que queremos abordar hoy es que la mayoría de las veces lamentablemente y sin darnos cuenta erramos el camino para hallarla.
No solo derrochamos, entonces, todas nuestras fuerzas, sino provocamos además un resultado diametralmente opuesto al que deseábamos. Como nos instruye la siguiente historia:
Una noche, un niño se encontraba agachado buscando algo en una esquina. Un hombre que pasaba por allí le preguntó: ¿Qué buscas pequeño? ¿ perdiste algo?
Si he perdido mi juguete favorito por allá, respondió el niño señalando un lugar alejado de donde él estaba buscando
¿y por que no lo buscas entonces allá? pregunto el anciano
-¡Porque aquí hay mejor luz…!
En esta parábola esta la respuesta al porqué muchos de nosotros no encontramos la verdadera felicidad. Simplemente ¡No buscamos en el lugar correcto!
Sin lugar a dudas la verdadera felicidad se logra a través de cosas netamente espirituales ya que esa es su naturaleza. Sin embargo esta sociedad quiere hacernos creer que quien más tiene mas feliz es y si no tenés no sos, no servis, no estas a la altura de los demás. Para eso nos ilumina en lugares incorrectos nos muestra ilusoriamente medios inadecuados disfrazados de posibles canales por donde podríamos percibir la tan ansiada y buscada felicidad. No nos dejemos engañar, nada hay mas erróneo que este concepto.
Pero para que negarlo existe una realidad “el hombre es hombre” lejos estamos de los ángeles vivimos en un mundo material y nuestra naturaleza nos hace correr tras nuestros deseos y dejarnos influenciar por el entorno ya que indefectiblemente siempre estamos mirando a nuestro alrededor.
Vivimos en una sociedad que sabe muy bien, no solo como cubrir esta debilidad del ser humano, sino también como crear nuevas y permanentes necesidades (ilusorias por cierto) que pensamos “debemos” satisfacer sí o sí para ser felices.
Vamos a los ejemplos concretos y pido disculpas si alguien se siente ofendido con esto, cabe aclarar que no es mi intención herir o atacar sino reflexionar juntos
Estamos sufriendo (especialmente las mujeres) una invasión de ofertas de distintas cosas
_. ¿No te enteraste? mañana hay una mejirá (liquidación) de polleras bordadas “lo último de EEUU”
-¡Estas pelucas ya pasaron a la historia! ahora tenes multidireccional, con raya liviana, ni se nota que es peluca!!!!
-¿Vamos a comer sushi? hay un lugar nuevo, también podes, sin moverte de tu casa degustarlos “DELIVERY”
-Este Pesaj no me quedo ni loca limpiando y cocinando me voy toda la semana al seder comunitario que organizan.
O comentarios como- ¿Qué haces en las vacaciones? --No sé, pero salga lo que salga, en Capital no me quedo es insano estar con todos los chicos adentro.
¡¿Cómo?!.. Se te fue la ishire?! ¡Estar sin servicio doméstico es una desgracia! ¿Cómo te vas a arreglar? Llama ya a la agencia.
Oferta, oferta y oferta, de bienes, de servicios, todo rápido, todo Express sin esfuerzos sin sacrificios y hasta perdiendo nuestras tradiciones y peor aún muchas veces hasta nuestro Sha-lom Bait (paz en el hogar).
Y no echo culpas a nadie todos tenemos nuestra cuota de participación. El que ofrece, ofrece porque ve la oportunidad. Nosotras deseamos en el fondo una vida mas cómoda léase, sin tanto esfuerzo y si bien no esta mal disfrutar del gashmiut (de las cosas materiales) ya que todo fue puesto por Hashem en este mundo para que este al servicio del hombre, lo que si esta mal es correr tras esas cosas pensando que son un fin y no un medio. Confundiéndolas con la llave de la felicidad, olvidando que no fueron puestas para subyugarnos sino para elevarnos. Como dice el Mesilat Iesharim; Todo el mundo fue hecho con la finalidad de servir al hombre. Así como el hombre tiene como finalidad disfrutar de la grandeza de Di-s, así todo lo que en el mundo existe es únicamente para el servicio del ser humano, para que este se ayude y pueda servir mejor a su Creador, ganando así su mundo venidero.
Esta escrito que cuando Iaacov Avinu colocó las piedras en su cabeza para dormir estas se pelearon por poder cumplir con su misión( ayudar al ser humano). Dijo Rabí Itzjak cuando Iaacov colocó las piedras bajo su cabeza estas se unieron diciendo: Sobre mi colocará su cabeza el Tzadik ya que entre mayor santidad tiene la persona mayor es la obligación de lo mundano por atenderlo. Pero si la persona al descubrir esto se aprovecha y se introduce más en lo mundano dejando a Di-s jas veshalom, lo único que está haciendo es tomar el medio como finalidad dejando lo principal y de esta forma no solo se afecta a él sino que afecta al mundo entero. Contrariamente cuando le da un uso correcto además de beneficiarse el mismo, eleva al mundo entero.
Entonces basándonos en este concepto, podemos vestirnos con las mejores ropas para Sahbat y Iom Tob pero no hacer un culto de ello y mucho menos una competencia o un desbarajuste en nuestro presupuesto mensual.
Podemos y debemos tomarnos unas merecidas vacaciones para retomar fuerzas y compartir un momento de distensión con nuestras familias pero eligiendo el lugar correcto y acorde a nuestras posibilidades económicas sin importar cual es el lugar de moda o si mis amigas van o no van.
Podemos y debemos usar una linda peluca pero como dijo La Rabanit Ruth Shemesh ¡cuidado chicas cuando no se nota que tenemos peluca!
¿Salir a comer?, si necesitas un momento a solas para charlar con tu marido y crear un espacio para la pareja perfecto! Adelante si podes, pero no para liberarnos de la cocina y los platos o porque es una moda o una vidriera.
En fin podríamos seguir dando ejemplos pero creo que la idea quedó clara.
Estamos viviendo bajo presión, hacemos lo que hacen todos simplemente porque está de moda y nos dejamos llevar. Pero finalmente vemos que eso no nos lleva a la plenitud.
El Orjot Tzadikim (capitulo 9) indica la siguiente fórmula para lograr la felicidad:
Si una persona obtiene todo lo que desea y no le sucede nada que le cause tristeza, será permanentemente feliz. Su rostro resplandecerá y demorará en mostrar signos de vejez.
A primera vista este pasaje parece describir un inalcanzable estado utópico, pero si observamos más atentamente tendremos la comprensión de cómo llegar a la felicidad. En primer lugar abstente de desear aquello que este más allá de tu alcance. Cuantos mas simples sean tus deseos, mayor será la posibilidad de satisfacerlos. Todo lo que obtengas en forma adicional fuera de esas aspiraciones te proporcionará mayor felicidad, no tienes entonces nada que perder y mucho que ganar al bajar la magnitud de tus demandas y expectativas. (Las puertas de la Felicidad de Zelig Pliskin)
Pero aquí está la cuestión… ¿bajamos realmente las expectativas? Personalmente siento que la vida del iehudi con Torá se está transformando. Aunque lo disfracemos con las mejores hashgajot “nos estamos asimilando” y no me refiero a la forma tradicional de asimilación sino a esta nueva forma de pensar tan alejada de la verdadera hashkafa (visión) del iehudi. Permitimos lo que no es necesario y terminamos necesitan do lo que no esta permitido. Y lo peor de todo es que igual no somos felices. En el aire se respira un halito de inconformismo, de insatisfacción. Siempre estamos buscando cosas nuevas.
Aunque suene gracioso tomemos estos simples ejemplos ¿Necesitamos además del guefilte fish o el maude comer sushi para ser feliz? O pasar Sucot en una suca vip en un Hotel de 5 estrellas con playa privada y la transitoriedad de la suca para mostrarnos lo pasajero de este mundo ¿dónde está? ¿No es todo esto una forma de alejarnos de lo nuestro? ¿Y por qué nos alejamos? Ese es el punto .Vuelvo a repetir, creo que no estamos conscientes y solo nos dejamos arrastrar. Solo seguimos una moda.
Entonces, el primer paso es reconocerlo y el segundo: saber si nos interesa salir de esto
En caso afirmativo creo que para ser feliz debemos buscar en el lugar donde realmente perdimos nuestro juguete favorito.
Hashem nos da el secreto: Apegarnos a Él, fuente de todo placer. Estudiar, ir a shiurim ayudar a los demás, participar en grupos con fines comunitarios, usar nuestro tiempo en cosas realmente valiosas. Esa es la fórmula para encontrar lo que buscamos.
Otra receta es siempre recordar que Feliz no es el que tiene todo sino el que no necesita nada. Estar contento con nuestra parte saber que lo que tenemos es realmente lo que necesitamos, no estar mirando lo que tiene el otro, es evidente que si no lo tenemos es porque realmente no lo necesitamos. El Rab Jaim Vital enumera el sentirse constantemente feliz con lo que se tiene, como una de las cuatro virtudes básicas del carácter que es esencial adquirir (las otras tres son la humildad, silencio adecuado y el control de los deseos). Una persona verdaderamente feliz no permite que su felicidad dependa de factores externos (Jojma Umusar Vol. 2 Pág. 331-2)
Por otra parte todo aquel que hace que su felicidad dependa de riqueza, fama o éxito o de otros factores externos no podrá manejar la felicidad, los factores externos lo dominarán.
En base a todo esto, no hay opción, “la felicidad real y duradera” solo se encuentra buceando en nuestro interior, creciendo espiritualmente y alcanzando la verdadera unión con Di-s fuente de todo placer.
Finalmente para ir cerrando esta idea, quiero compartir con ustedes el siguiente cuento, que en forma muy ilustrativa, nos hará reflexionar aun más sobre lo que acabamos de analizar
Érase una vez un mimo muy famoso que durante años deleito a multitudes con la magia de su actuar. De diversas partes del mundo concurría gente a su ciudad para verlo y disfrutar de su gran capacidad histriónica. De pronto, nuestro protagonista cae preso de una fuerte depresión. Aun así no deja de actuar y cumplir con su labor.
Provocaba en el teatro la risa de los presentes, mas en la soledad de su hogar lloraba y gemía como consecuencia de su depresivo estado. Finalmente se decide e inicia una terapia, un largo tratamiento sin resultado alguno. Su depresión era cada vez más fuerte. Intentó entonces con remedios y ansiolíticos pero en ningún caso tuvo éxito.
Le comentó alguien, que había escuchado de un médico que curaba la depresión (aun la mas aguda) tan solo debía para ello cruzar el océano ya que el famoso doctor atendía allende del mar. Tiempo después nuestro famoso mimo, haciendo un paréntesis en su actuación, emprende el largo viaje para encontrarse con el eminente doctor. Ya en consulta este le recomienda distintas terapias a lo que le contesta el abatido paciente haber intentado esos tratamientos sin obtener resultados positivos. Es entonces cuando le recomienda determinadas drogas con las que superaría su malestar. Nuevamente el mimo le contesta que ya intentó con tales remedios sin resultados. Ante tal circunstancia el medico le sugiere que cruce el mar y concurra a ver a cierto mimo famoso que según él escuchó quien presencia su actuación supera cualquier tipo de estado depresivo por el que pudiera atravesar. Un momento doctor, le interrumpe el paciente. Ese mimo del que usted habla ¡soy yo!, solo ahora frente a usted lo descubro. En mí, mas que en terapias o remedios, está la solución y la posibilidad de superación!
Amigas no hay mas claro que esto. El medio nos encandila con todas sus ofertas y grandilocuencia bloqueando así nuestras posibilidades de conectarnos con nosotras mismas y con nuestro creador para obtener de esta manera la verdadera y única felicidad que nos trae vivir aferradas a las mitzvot que Hashem nos dio para elevarnos. No busquemos afuera, en cosas materiales la plenitud. Esta felicidad que nos quieren vender es pasajera e ilusoria. Orientemos bien la búsqueda. Para adentro y no para afuera. Adentro esta la luz y afuera a la larga solo encontraremos oscuridad. “Esta en nosotras no dejarnos arrastrar”