Para Reflexionar Juntos
En el interior de la Franja, en el patio de armas del puesto avanzado de Hamás, los combatientes de la Brigada Golani celebraron una ceremonia de batalla en memoria de sus camaradas caídos en los combates desde el comienzo de los combates. En este lugar los terroristas de las organizaciones terroristas Hamás y GAP celebraron desfiles y ceremonias, y cerca de allí los terroristas de Hamás partieron hacia la masacre en la mañana del 7 de octubre.La justicia del camino siempre ha estado con nosotros y siempre estará con nosotros. Nos comprometemos, dijeron los soldados, en esta situación a seguir actuando con decisión y lealtad evitando dañar a inocentes.
Aprender del pasado
Cuando los altos mandos militares de Israel se reunieron para revisar los resultados de la guerra en Gaza algunos asistentes mencionaron los grandes milagros que trascendieron durante el conflicto, sin embargo uno de los más altos funcionarios hizo la siguiente declaración: "Usted dice que hay milagros. Yo digo que no hay milagros! Todo era Teva (naturaleza)!"
Esa negación pura y simple de los acontecimientos milagrosos claramente no es un fenómeno nuevo. El Faraón vio diez plagas en Egipto, aunque en breve, reconoció la mano de Hashem, sin embargo el efecto se fue rápidamente. Al parecer en ese caso, la ceguera de Faraón podría estar justificada, teniendo en cuenta que nuestros sabios de bendita memoria nos dicen que su libertad de elección fue quitada.
Rav Dessler nos revela lo que se entiende por la supresión del libre albedrío del Faraón. Cuando una persona es testigo de un milagro abierto, es natural que quede impresionado en tal medida, que comienza a cuestionar su mundo entero. Hashem suspendió esta reacción normal del Faraón, con el fin de revelar sus milagros al pueblo de Israel.
Ocurrió una vez que un Judío se quejó rápidamente al Rav: "Si sólo Hashem hiciera milagros para nosotros hoy en día, todos reconocerían su existencia y le cantarían alabanzas a Él". El Rav también rápidamente le respondió: ¡los milagros no cambian nada! Si una persona no hace el esfuerzo por reconocer la mano de Hashem en cada ocasión, será exactamente lo mismo después de los milagros como fue antes!
El pueblo de Israel en Egipto fue testigo de algunos de los milagros más grandes de la historia humana. Sin embargo, al menos ocho millones de Judíos murieron durante la plaga de la oscuridad porque no interiorizaron el mensaje de los milagros, por consiguiente, haciendo cambios en sus vidas. Sólo una quinta parte del pueblo reconoció verdaderamente los milagros y los utilizó como un catalizador para elevar su nivel de emunah.
En Kriat Yam Suf, cuando se partieron las aguas, encontramos que los ángeles debatieron con Hashem cuestionando la decisión de ahogar a los egipcios y cuidar a los Judíos, alegando "Halalu ovdei avoda zara, v'halalu ovdei avoda zara" – tanto el pueblo de Israel fue idolatra haciendo cultos extraños de la misma forma que los egipcios. ¿Por qué se merecen ser salvados?
Si los Judíos que se salvaron de Egipto interiorizaron el hecho que han sido testigos de los milagros, y que siguen existiendo; que son parte del 20 por ciento digno de ser sacado, ¿por qué los ángeles afirman que fueron servidores de ídolos?
Por que aquellos que creen en los milagros y no creen en hashgacha pratit, la supervisión personal Divina, niegan el primer principio de los 13 principios de emunah, fé, y esto equivale a la idolatría.
Si bien nos es fácil mirar hacia abajo a los demás que están más lejos de los ideales de la Torá que nosotros, en este momento de la historia judía, cada individuo debe centrarse en su propia situación. Durante las últimas guerras y problemas en el pueblo judío, todos nosotros hemos sido testigos de milagros abiertos. ¿Hemos respondido acaso con cantos y alabanzas o con agradecimiento, o cualquier cambio significativo en nuestro estilo de vida?
Las generaciones anteriores reaccionaron de manera diferente cuando se enfrentaron con milagros. Durante la Segunda Guerra Mundial, Rav Sternbuch fue un bachur yeshiva, un estudiante en la Yeshivá Toras Emes en Londres. El gobierno británico decretó que toda persona tiene que tomar parte directamente en el esfuerzo de la guerra, ya sea alistándose en el ejército o trabajar en las fábricas de “combustible” para la maquinaria de guerra inglesa.
Rav Shneider fue en esos días el Rosh Yeshiva, director de la academia, y pese a este reglamento, se negó incluso a cerrar temporalmente la yeshivá. Como resultado, él y todos los estudiantes estaban en peligro de encarcelamiento o peor. Esto fue descubierto un jueves por la noche, y todos juntos en la Yeshiva pidieron en una tefilá comunitaria para anular este decreto.
Al día siguiente, algunos de los estudiantes de la yeshiva fueron citados por un funcionario del gobierno para saber la razón de su negativa y hacer su parte para la guerra. El funcionario le dijo al primer estudiante, "¿No te das cuenta de que tus familiares están siendo sacrificados en Alemania?" El estudiante le respondió que aunque la situación es calamitosa, la mejor forma con la que podían ayudar a sus familiares era seguir estudiando en la yeshiva.
"Pero si tu familia es asesinada tendrás que buscarte tu sustento… ", continuó el funcionario. "¿En este caso aprenderás un oficio?" El estudiante respondió que de eso no le preocupaba, Hashem se ocuparía de ellos.
"Pero, señor", exclamó el funcionario, "¿qué pasaría si todo el mundo piensa como usted?"
El estudiante le respondió que Hashem había proporcionado el sustento para todos los miembros del pueblo judío cuando vagaban en el desierto por cuarenta años, y por lo tanto, no se tiene que preocupar. El funcionario llegó a la conclusión de que el rabino Shneider y que todos sus discípulos estaban locos, y todos ellos están exentos del servicio militar.
Rav Shnieder reconoció de que un gran milagro ha tenido lugar, y pidió que todo los alumnos de la yeshiva recitaran el Hallel. Cuando los estudiantes vieron las lágrimas de devekus, de apego a Di-s que fluían de los ojos del Rosh Yeshiva mientras recitaba aquel Hallel, estimaron que nunca habían experimentado antes un Hallel como este.
Debemos aprender de la historia y responder en consecuencia. Los milagros nos deben levantar a un nivel superior de Servicio Divino, rezos con mas fuerza, Mitzvot con mas intensión, y no sólo impartir una fugaz sensación de temor que rápidamente se desvanece a medida que volvemos a nuestra rutina diaria.
Un mensaje para el futuro
Si bien estamos viviendo un respiro temporal de la lucha en contra de nuestros enemigos, no debemos ser tan tontos como para pensar que esta guerra se acabo, ¡debemos pensar que acaba de comenzar!. Una gran guerra mundial se ve en el horizonte, y lo que hemos experimentado hasta ahora es una simple escaramuza en comparación con lo que traerá el futuro.
El Zohar escribe que la redención final irá precedida de un gran encuentro de los hijos de Yishmael, unidos, juntos, con el supremo objetivo de destruir al pueblo de Israel . Hoy todos somos testigos oculares de la profecía de este Zohar. Miembros del mundo árabe se unen a esta causa y estan dispuestos a morir en masa para la santificación de su religión y, Chas vashalom, la expulsión y aniquilación del pueblo judío.
Este ultimo año nos mostró una cara de lo que está pasando. Las naciones presionando por el territorio de este país soberano es otra cara del conflicto.
Quien desea ser testigo de la redención, debe actuar ahora y hacer cambios sustanciales en sus vidas. Lo que es más importante, cada uno de nosotros tiene que reconocer, hablar, y dar a conocer la hashgacha pratit, la Divina providencia personal que supervisa nuestras vidas.
El Midrash (Bamidbar Rabba 11) dice: "Antes de que el decreto se materialice, Di-s ya tiene misericordia, Hashem yisa panim, Él toma en cuenta los esfuerzos que se hacen. Después de que el decreto ha tenido lugar, Hashem no es yisa panim, y será demasiado tarde para realizar el cambio. "
Ahora es el momento de elevarnos, de despertar y prepararse para lo que preveían nuestros sabios, que tendrá lugar b'achrit Hayamim, en los días anteriores a la llegada del Meshiaj.
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