Adaptación Rav Avigdor Miller zz"l
Perlas

Los siete portones del alma

La sección de la Torá que leemos esta semana se llama Shoftim que comienza con esta ordenanza: "jueces y guardianes pondrás para ti en todas tus ciudades que HaShem, tu Di-s te da para tus tribus, y juzgarán al pueblo con juicio justo" (devarim 16: 18) Hemos
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La sección de la Torá que leemos esta semana se llama Shoftim que comienza con esta ordenanza: "jueces y guardianes pondrás para ti en todas tus ciudades que HaShem, tu Di-s te da para tus tribus, y juzgarán al pueblo con juicio justo" (devarim 16: 18)

Hemos traducido el versículo de acuerdo a la interpretación que los exégetas le han dado, sin embargo, si lo traducimos literalmente, el versículo dice: "jueces y guardianes pondrás para ti en todos tus portones..."

La mayoría de nuestros sabios se esforzaron en explicar que no debemos interpretar la palabra "portones" como tal, sino que su sentido aquí es "ciudades", (tal como lo tradujimos al principio).

De todos modos, nosotros sabemos que en cada ocasión en que alguna palabra de la Torá fue escrita diferente de su forma habitual, por más pequeño que sea ese cambio, es para enseñarnos algo.

El versículo en cuestión podría haber dicho directamente "tus ciudades" ¿por qué dijo entonces “tus portones”, y tenemos que entender que se refiere a “tus ciudades”?. Evidentemente es para que aprendamos que debemos poner jueces en tus ciudades, y también en tus portones.

Ahora bien: ¿cuáles son esos portones a los que se refiere la Torá en esta parashá? Encontramos en el sefer haietzirá (mishná 4) que se refiere a los portones del alma que reciben la influencia y la abundancia del exterior.

Sobre esto explica el Gaon de Vilna, que estos portones son los siete órganos que comunican el interior de la persona con el exterior. Los dos ojos, los dos oídos, las dos fosas nasales y la boca.

Los ojos corresponden a la letra "yu'd" del nombre de Di-s, los oidos corresponden a la letra "he'i" del nombre de Di-s, las fosas nasales corresponden a la letra "va'v" del nombre de Di-s, y la boca corresponde a la letra "he'i" del nombre de Di-s.

Y esto está insinuado en el versículo, ya que "jueces y guardianes pondrás para ti en todas tus ciudades que Di-s tu Di-s te da...", La palabra “en todas” que en hebreo es "BEJOL"  tiene una guematria -valor numérico de 52 (BET=2 +JAV=20+ LAMED=30 = 52). Y si sumamos los componentes de esta cifra, obtenemos el numero menor de la misma -este proceso se llama en hebreo "mispar katán"- 52 = 5 + 2  = 7

Ahora aplicando esta guematria, según la cual "BEJOL" se reemplaza por el número 7, el versículo se puede leer así:

-jueces y guardianes pondrás para ti en los siete portones que HaShem, tu Di-s te da a ti-

Como lo mencionamos anteriormente, estos portones a donde el versículo nos ordena poner guardias son los siete órganos que mencionamos; los dos ojos, los dos oídos, las dos fosas nasales y la boca.

Además, tengamos en cuenta que el versículo mismo habla de jueces y juicios; esto es un indicio de Rosh HaShaná, "el día del juicio" que se celebra en el comienzo del año nuevo. Rosh HaShaná literalmente “cabeza del año”, es llamado también "yom Hadin" -día del juicio.

Como leímos en el versículo la parashá, habla del juicio y es una insinuación al Día del Juicio. Entonces nos preguntamos ¿acaso esta sección de la Torá se lee causalmente en el principio del mes de Elul, que es el que antecede a Tishrei, o sea el primer mes del año en el que cae Rosh HaShaná?.

Seguro que debe haber una razón valida, inmediatamente la sabremos.

Es sabido que en el mes de Elul, que es la antesala de Tishrei, debemos prepararnos convenientemente para el día del juicio, que es en Rosh HaShaná.

Para despertar a las personas a que tomen conciencia de esa preparación, las distintas comunidades ponen en práctica sus costumbres: las comunidades "sefaradí" durante todo el mes de Elul se levantan a la madrugada y se reúnen para recitar las plegarias conocidas como selijot. En las comunidades ashkenatzim, al finalizar la tefilá de shajarit hacen sonar el shofar (cuerno de carnero), y tocan los sonidos que se solían ejecutar cuando el Pueblo de Israel salía a la guerra –la tekiá y otros similares al llanto entrecortado de un niño que es la teruá. Además, agregan después de las plegarias el salmo 27, y en la última semana de Elul también recitan las plegarias de selijot por la madrugada.

Estos cambios en la tefilá, se realizan para que las personas despierten de su letargo, cambiando la rutina y se den cuenta que deben mejorar sus actos para prepararse y poder salir airosos en el Día del juicio. Por eso se debe reflexionar mucho en este mes, el mes de Elul y ver en que uno anduvo flojo este año, asumiendo y tomando la decisión de corregir esas faltas.

En especial, tenemos que tomar conciencia del momento en el que recibimos la Torá y la unidad que había en el pueblo. En la Torá consta como después de la salida de Egipto, los hijos de Israel acamparon en tal lugar, luego viajaron a tal lugar, y así en cada una de las estaciones, siempre se usa el plural "acamparon", "viajaron", lo que demuestra que el pueblo no estaba unido y habían discusiones entre ellos, hasta que llegaron al monte Sinaí, allí versa "acampó el pueblo" en singular. Es por eso, que en esa estación, Di-s dijo: ¡si el pueblo está unido! ha llegado el momento de entregarles la Torá".

Por eso la sección que se lee al comienzo del mes de Elul, pretende dar el empujón necesario para que reconsideremos nuestra conducta, y reparemos todo aquello que requiera ser enmendado. De esta manera, podremos llegar al juicio de Rosh HaShaná, debidamente preparados.

Fundamentalmente debemos pensar en corregir este error que se ha propagado en forma alarmante, nos referimos a las riñas y las discusiones dentro de nuestro pueblo que nos han separado. Es nuestro deber recapacitar y hacer justo lo contrario, es decir, amar la paz y ayudar a que la misma rija en cada lugar, para unirnos como un solo pueblo.

Debemos trabajar para solucionar este asunto con todas nuestras fuerzas, y si tenemos éxito, el Todopoderoso verá nuestra unión, y enseguida nos redimirá de este duro y pesado exilio en el que nos hallamos inmersos, y nos llevará a la ciudad reconstruida de Jerusalem.

Narraremos un caso que sucedió y que debe servir como ejemplo para nuestras propias vidas.

En cierta comunidad, se generó una discusión que ponía en peligro la continuidad del rabino del lugar. Los opositores al Rab argumentaron que este permitió un alimento en el cual había dudas si contenía un elemento que se consideraba lácteo, y estaba mezclado con carne. Y frente a este tipo de mezclas, la tendencia de la mayoría de los sabios es de prohibir tal comida. Por tal razón pretendían destituir al actual rabino y nombrar otro en su reemplazo.

Al cabo de una prolongada seguidilla de discusiones, deciden llevar el caso al gran sabio, Rabí Abraham de Sochotshob, autor del libro "Aabnei nezer", y se comprometieron a obedecer a la resolución que tome Rabí Abraham.

El Rab escuchó a ambas partes (los que estaban a favor del rabino del lugar y los que estaban en contra), y sentenció delante de los presentes: Sin lugar a dudas, nadie pone en tela de juicio los conocimientos de la Torá y el temor de Di-s que tiene el rabino del lugar, y con todo esto, escucho de boca de ustedes que pretenden destituirlo por haber permitido algo que quizá sea una prohibición rabínica. Sin embargo, ustedes pretenden transgredir una prohibición de la Torá que es mucho más grave que una prohibición rabínica, porque las discusiones y las riñas son, sin ningún lugar a dudas, una prohibición de la Torá. Y no solo esto, sino que las riñas y las discusiones, provocan consecuentemente como es sabido, otras prohibiciones de la Torá".

Por eso es nuestro deber poner "jueces y guardianes" en los siete portones que comunican nuestro interior con el exterior.

Los jueces son nuestro raciocinio, es decir, la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Debemos analizar y sopesar cada una de las cosas que pretende atravesar alguno de los portones que citamos anteriormente, y debemos juzgar si eso está de acuerdo a las leyes de la Torá, si estamos haciendo la voluntad de Di-s o si no.

Si lo que tenemos delante es positivo, según nuestro análisis lo dejaremos entrar, sin cerrar esa puerta. Y si no le podemos permitir la entrada ocuparemos para ello la fuerza de "los guardianes".

Más ahora, que estamos en el comienzo del mes de Elul, debemos esforzarnos y limpiar completamente nuestro interior, dejando la casa apta para que el nombre de Di-s pueda habitar en nosotros.

Como es sabido, cada precepto que cumplimos, se transforma en las cuatro letras que componen el nombre de Di-s y la presencia divina pasa a habitar en nuestro interior, así que debemos tener nuestra casa apta y pura, para que el nombre sagrado encuentre en nosotros un lugar propicio para habitar.

Shabat Shalom

 



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